Arte Objetivista (Ayn Rand). VEA y juzgue. Si le gusta quizás la Filosofía de Ayn Rand sea lo que ne

AdrianL

pacocóptero
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te ensucio hilo, o enriquezco?
piensa que soy howard roark... y tu de mollera dura
 

AdrianL

pacocóptero
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7 del 6 del 11*2 , jhon galt tiene una pitillera de madera y marfil, esta vez no viene el $ en el cigarrillo, sino que es de liar con papel RAW made in Spain.
 

ferengi

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En la cama de tu novia.
Bueno estoy viendo una serie, ultra secretos, la persona se llama reagan rand..(curioso juego de palabras) el padre monta una estatua de atlas... las referencias al objetivismo(para criticarlo) son aplastastes...
 

Miss Andorra

Mujera gata no trabolo
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Siendo pagafanteada
La judia esa era egoista y Mala como un dolor. El colectivo le daba miedo porque es una de las grandes pesadillas que tiene la gente de su comunidad : recibir una buena somanta de palos a lo Fuenteovejuna y quemar sus casas si se portan mal por un grupo con déterminado y bien cohesionado colectivamente.
Desde entonces nuestros queridos narigudos van creando ideologias para atomizar a los Goys para que seais débiles y esteis solos para que asi su Pueblo sea fuerte y se pueda imponer. Pero la penya con el prepucio intacto acaba dandole una buena somanta de palos cuando se despierta de la hipnosis, es decir cada 50-70 anos.

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futurista207

Himbersor
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La señora Rand pasaba una tarde a la semana en su domicilio conyugal con el señor Nathaniel Branden (que NO era su marido).

Su marido esa tarde se iba de casa (los críticos de Ayn Rand dicen que en esas tardes se hizo alcohólico) y no volvía hasta después de la hora fijada.

Teóricamente tanto la mujer del señor Branden como el marido de la señora Rand "consentían" este "menage a cuatre" (el marido de Ayn Rand y la mujer de Nathaniel Branden eran amigos, pero NO amantes).

Más madera: Natnaniel Branden se llamaba (y se llama) en realidad Nathaniel Blumenthal (judío, por supuesto). Pero se cambió el apellido para así tener a Ayn Rand en su apellido (bRANDen).

El señor Branden (Blumenthal) cuenta cosas muy interesantes sobre el Objetivismo:

The Benefits and Hazards of the Philosophy of Ayn Rand

Los detalles del "menage a cuatre" y de que explosiva manera terminó todo los cuenta la que entonces era la mujer del señor Branden (también discípula de la señora Rand):



The Passion of Ayn Rand - Wikipedia, the free encyclopedia



Antes de la SS todo el mundo que trabajase podía ir al médico.

Lo sé porque mi abuelo era médico y pasaba consulta a gente de todas las capas sociales.

Algunos pacientes menesterosos le pagaban a plazos o en bemoles y verduras.

Era una atención médica PERSONAL, lejos de la medicina colectivizada de hoy en día. El padre de Leonard Peikoff (el sucesor de Nathaniel Branden) era también médico, y lo que cuenta Peikoff sobre él me recuerda extraordinariamente a la práctica de mi abuelo.

Disparates como los "tests de VIH" o los "antiretrovirales" JAMÁS se hubiesen extendido si el médico siguiese siendo TÚ médico PERSONAL, aqien pagas directamente de tu bolsillo, y no un engranaje en una maquinaria médica colectivizada.
Y esos medicos sabrian o tendrian capacidad de hacer operaciones a pecho abierto en ambientes esterilizados?
 

Tanque

Himbersor
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Formas de vida
Juan Manuel de Prada
Sábado, 26 de Julio de 2014, 12:00 Tiempo de lectura:3 min.

Chesterton avisaba a sus lectores contra quienes les metían miedo con las calamidades que acarrearía un hipotético triunfo del comunismo, a la vez que introducían de matute esas mismas calamidades mediante el consumado triunfo del capitalismo. Un siglo más tarde, esas calamidades han destruido por completo nuestras sociedades; pero todavía hay quienes siguen agitando grotescamente el espantajo del comunismo (que en estos momentos luce coleta y es guapito de cara), anunciándonos que viene a abolir la religión, destruir la familia y arrebatar la propiedad.
Pero lo cierto es que el comunismo no podrá hacernos estas fechorías, por la sencilla razón de que ya nos las hizo el capitalismo. ha sido, en efecto, el capitalismo el que vació las iglesias y llenó los centros comerciales; ha sido el capitalismo el que mandó a los viejos a residencias para que no dieran la murga en casa; ha sido el capitalismo el que enfrentó a las generaciones, destruyendo el respeto reverencial que los hijos deben a los padres; ha sido el capitalismo el que instigó la competencia entre los sexos, convirtiendo los hogares en campos de Agramante; ha sido el capitalismo el que obligó a nuestros ancestros a abandonar la tierra donde habían erigido su morada (que el capitalismo se encargó después de convertir en campo de golf o urbanización de adosados) y los enviaron a un suburbio fabril a mil leguas de distancia (para que finalmente, después de malvivir durante décadas en un piso angosto, sus nietos pudieran comprarse un adosado en la urbanización que el capitalismo construyó sobre la tierra que sus abuelos tuvieron que abandonar). No dudo que el comunismo, si hubiese tenido ocasión, habría hecho lo mismo; pero lo cierto es que lo hizo el capitalismo. Los profetas y profetisas también nos dicen, jeremiacos, que el comunismo quiere destruir nuestra 'forma de vida'.
Supongo que se refieren al way of life que nos impuso el capitalismo internacional, arrasando todas nuestras tradiciones y nuestra lúcida manera de entender el paso por este valle de lágrimas, con los pies afianzados en la tierra y la vista clavada en el cielo. Esa 'forma de vida' consiste en vestir como si fuéramos mendigos yanquis, con vaqueros rotos que nos permiten mostrar gallardamente la raja del trastero cuando nos agachamos (y lucir ufanamente en verano chanclas y bermudas); esa 'forma de vida' consiste en trabajar como empleados en una oficina donde se nos obliga a comportarnos como chacales con nuestros compañeros y como gusanos con nuestro jefe; esa 'forma de vida' consiste en comer un sándwich al mediodía (para no abandonar el puesto de trabajo, logrando así que nuestro jefe nos dispense una palmadita cariñosa, como si fuésemos caniches) y una pizza recalentada en el microondas por la noche (porque ya no sabemos cocinar, aunque a veces el recuerdo de los platos que nos cocinaba nuestra abuela nos haga llorar de rabia); esa 'forma de vida' consiste en desahogarnos al modo pauloviano retuiteando exabruptos, trolleando en foros donde se permite el anonimato y haciéndonos gayolas ante el ordenador, gracias al suministro de prono que nos garantiza el 'mundo libre'; esa 'forma de vida' consiste en divorciarnos, amancebarnos y volvernos a divorciar (cuidando de no tener muchos hijos por el camino, porque nuestros sueldos mil veces recortados por la crisis solo nos permiten alguna escapadita low cost con nuestra 'pareja'); esa 'forma de vida' consiste en amuermarnos todas las noches delante del televisor, viendo programas cochambrosos en los que se nos habla de coitos (a ser posible por retambufa), o tertulietas más cochambrosas todavía, donde nos alertan de los peligros del comunismo.
Esa 'forma de vida' amenazada por el comunismo consiste, en fin, en acatar rutinas trazadas por otros para la abolición de nuestra maltrecha humanidad, en aceptar modas creadas por otros para el saqueo de nuestros bolsillos, en amar de forma compulsiva y pasajera, en repetir como loritos las palabras gastadas y perogrullescas que escuchamos en las tertulietas (haciéndonos la patética ilusión de que son brillantes ideas de cosecha propia), en realizar las funciones pasivas que nos asignan y disfrutar de los placeres vicarios que nos conceden. Y esa 'forma de vida' uniformizada, animalizada, impersonal y monótona, querido lector, es precisamente la forma de vida comunista; solo que esa 'forma de vida' tan abyecta, clausurada a Dios, huérfana de amores duraderos, aliviada tan solo por desahogos sórdidos y solitarios, no nos la trajo el comunismo, sino el capitalismo, a cuyo cadáver quieren que nos atemos a toda costa, no sea que vengan los comunistas a jorobarnos una 'forma de vida' tan molona.
 

Todoterreno

Lonchafinista
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Guaguei

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puedes resumir este tema , esta filosofia, o estas creencias o no creencias en 2 o 3 lineas?
si son no creencias, te mereces la visita de pazuzu para que te haga despertar

 

Tanque

Himbersor
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25 Abr 2022
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Discursos célebres, fundadores de una nueva época, ha habido unos cuantos a lo largo de la historia. El más famoso de todos ellos lo pronunció Jesús y se conoce como Sermón de la Montaña; en el cual se contienen, por cierto, muchas más cosas que las ocho Bienaventuranzas. Está también el discurso fúnebre de Pericles recogido por Tucídides en su Historia de la guerra del Peloponeso; está el discurso de Lincoln en Gettysburg, que los niños americanos aprenden de memoria en la escuela; y está el discurso que Churchill pronunció en la Cámara de los Comunes, en el que sólo prometía a los ingleses "sangre, sudor y lágrimas". Pero el discurso más célebre del momento, el discurso que tiene a la derecha española alborozada o mohína –y, en conclusión, meningítica perdida– es el que pronunció Esperanza Aguirre en el Foro de ABC hace unos días. ¿Y cuál es el busilis de ese discurso, que tanta tremolina ha levantado entre los escoliastas? Pues el busilis de ese discurso es la apología del liberalismo.


¿Y qué es eso del liberalismo? Para Esperanza Aguirre ser liberal consiste en considerar que "cada persona debe elegir libremente"; pero es una definición un tanto difusa que lo mismo sirve para definir a un liberal que a un abortista. O a un liberal abortista: ahí tenemos, por ejemplo, al escritor Vargas Llosa retirando su apoyo al PP porque no defendía con suficiente ardor el aborto, que es lo que a su parecer exige un liberalismo de buten. Para mí que eso de proclamarse liberal, antes que una declaración de principios ideológicos, es la última adscripción no peyorativa que le resta a la derecha, toda vez que proclamarse conservador en el Matrix progre es como proclamarse fascista, o siquiera reaccionario. Pero que lo tilden a uno de reaccionario puede ser un timbre de gloria, como lo prueba aquel envío de Antonio Machado a Azorín: "¡Admirable Azorín, el reaccionario/ por ardor de estomago de la greña jacobina!". El argentino Leonardo Castellani, otro admirable reaccionario por ardor de estomago de la época que le tocó vivir (menos greñuda que la nuestra, sin embargo), escribió diatribas formidables contra el liberalismo, esa "niebla ponzoñosa" que ha hecho caer al hombre en cinco idolatrías nefastas: 1) Idolatría de la Ciencia, con la cual el hombre quiso hacer otra torre de Babel que llegase hasta el cielo; 2) Idolatría del Progreso, nuevo Becerro de Oro con el cual creyó que haría en poco tiempo otro Paraíso terrenal; 3) Idolatría de la Carne, a la cual se le pidió el cielo y las delicias del Edén, pero la carne desvestida, exhibida, mimada y adorada ha sido a la postre destrozada y amontonada como estiércol; 4) Idolatría del Placer, con la cual se quiere hacer del mundo un perpetuo carnaval y convertir a los hombres en chiquilines agitados e irresponsables; y –last but not least– 5) Idolatría de la libertad, con la cual se quiere hacer de cada hombre un caprichoso caudillejo.


"Esta obsesión de la libertad –nos enseña Castellani– vino a servir maravillosamente a las fuerzas económicas y al poder del Dinero, que también andaban con la obsesión de que los dejasen en paz. Los dejaron en paz: triunfaron sobre el alma y la sangre la técnica y la mercadería; y se inauguró en todo el mundo una época en que nunca se ha hablado tanto de libertad y nunca el hombre ha sido en realidad menos libre". El liberalismo acabó engendrando la libertad enloquecida del Dinero, que fue lo que a la postre trajo el comunismo en el siglo XX; y también ha engendrado, en estos albores del siglo XXI, la creencia no menos enloquecida en una especie de Reino de la Paz Perpetua y las Delicias Universales, producto de la Ciencia, la Libertad y la Democracia; Reino que, básicamente, consiste –como Castellani profetizó con clarividencia– en que "un grupo de sabios socialistas, bajo la coartada de adoración al Hombre, gobiernen el mundo autocráticamente y con poderes tan extraordinarios que no los soñó Licurgo". El liberalismo, en fin, es el caldo de cultivo que la derecha aliña, creando las condiciones sociales, económicas y morales óptimas para el triunfo de la izquierda, que es la que mejor ha sabido vender las falsificaciones de la libertad inventadas por el liberalismo. Falsificaciones catastróficas para el hombre, que creyendo "elegir libremente" no hace sino ahondar en su esclavitud.


(ABC, 12-IV-2008)

@AYN RANDiano2 ¿Qué le respondes a Prada?
 

Tanque

Himbersor
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25 Abr 2022
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@AYN RANDiano2 Juan Manuel de Prada elogió "El manantial" :

Ayn Rand, aquella emigrada rusa que, huyendo de la revolución bolchevique, hallaría en los Estados Unidos el refrendo de una filosofía vital, a mitad de camino entre la epopeya individualista y la exaltación del capitalismo, que ella denominó objetivismo.
Su obra más divulgada, El manantial, aunque concebida como una novela de tesis, nos sacude de principio a fin a merced a la grandiosa composición del arquitecto Howard Roark, su protagonista, un hombre que arrambla a su paso con los obstáculos y cortapisas que le tienden la autoridad, las instituciones, los enemigos, la sociedad en suma; en su apetito de futuro, en su ansia de triunfo personal, en su desprecio por las asechanzas que tratan de torcer su designio, en su furiosa fe creadora, en su utopismo pragmático, Roark personifica un nuevo modelo de superhombre que ayuda a entender mejor la idiosincrasia americana. Seis décadas después de su publicación El manantial conserva una extraña y desasosegante vigencia, pese a sus periódicas excursiones por la charlatanería.