Vamos, lo que todos sabemos desde el principio. Antonio y el PSOE están vendidos al separatismo catalán y consentirán la fragmentación del país con tal de mantener sus cargos. Y el Falcon. No creo que haya mucha gente sorprendida por esta información.
Por desgracia para Antonio, el plan necesita al PSOE en el poder otros cuatro años. Y eso parece bien dolido que ocurra...
El abordaje de Pedro Sánchez al Tribunal Constitucional tiene un fin último que, de cumplirse los planes del presidente, pondrá en jaque la unidad de la Nación española; pese a que la Constitución proclama en su artículo 2 que ésta es «indisoluble».
El presidente quiere una mayoría de izquierdas en el TC para que sus magistrados validen una consulta futura en Cataluña sobre su encaje en España. Si el proyecto prospera, después iría el País Vasco. Ése es el horizonte a medio largo plazo que manejan el PSOE, ERC y Bildu, según fuentes al tanto del acuerdo a las que ha tenido acceso El Debate.
El enlace en el nuevo Constitucional sería el magistrado José Manuel Bandrés, que Sánchez quiere incorporar entre los nombramientos. Es magistrado de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Supremo y tiene un marcado perfil procatalanista.
Para que el plan surta efecto todo pasa, en primer lugar, por que Sánchez desbanque cuanto antes a la actual mayoría conservadora del Constitucional y decante la balanza a favor del bloque de izquierdas -también llamado «progresista»-, en una proporción de siete a cuatro magistrados.
De momento, como reveló este periódico este jueves, el presidente del CGPJ planea convocar un pleno extraordinario el lunes 3 de octubre para nombrar sin más dilación a los dos magistrados que corresponden al Poder Judicial. Dos días después, Carlos Lesmes dimitirá, una vez que el trabajo esté hecho.
Y pasa, en segundo lugar, por que Sánchez revalide su cargo de presidente del Gobierno. Sin él al frente del Ejecutivo, el independentismo catalán y vasco se topará con un muro, porque la Carta Magna confiere al Estado la potestad exclusiva para la «autorización para la convocatoria de consultas populares por vía de referéndum» (artículo 149).
Esto es algo que tienen muy presente tanto ERC como Bildu. De ahí se explica lo rápido que los de Oriol Junqueras pasaron página del capítulo del espionaje a sus dirigentes, entre ellos el president Pere Aragonès. Se conformaron con la cabeza de la directora del CNI, Paz Esteban, y con el cese de los pinchazos, como desveló El Debate el pasado 24 de junio.
Dos semanas antes, la portavoz de Bildu en el Congreso, Mertxe Aizpurua, afirmó en una entrevista que su partido hará «todo lo que se pueda» para agotar esta legislatura y que haya otra más del Frankenstein, hasta final de 2027.
Todo está escrito
En realidad, todo está escrito en el acuerdo que Sánchez firmó con Esquerra en enero de 2020 para que votara a favor de su investidura, a cambio de la creación de una mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat para la «resolución del conflicto político» (su última reunión fue el 27 de julio). Una hipoteca a plazos que el entonces candidato socialista firmó con el aval de su partido, entregado a su líder [...]
Por desgracia para Antonio, el plan necesita al PSOE en el poder otros cuatro años. Y eso parece bien dolido que ocurra...
El abordaje de Pedro Sánchez al Tribunal Constitucional tiene un fin último que, de cumplirse los planes del presidente, pondrá en jaque la unidad de la Nación española; pese a que la Constitución proclama en su artículo 2 que ésta es «indisoluble».
El presidente quiere una mayoría de izquierdas en el TC para que sus magistrados validen una consulta futura en Cataluña sobre su encaje en España. Si el proyecto prospera, después iría el País Vasco. Ése es el horizonte a medio largo plazo que manejan el PSOE, ERC y Bildu, según fuentes al tanto del acuerdo a las que ha tenido acceso El Debate.
El enlace en el nuevo Constitucional sería el magistrado José Manuel Bandrés, que Sánchez quiere incorporar entre los nombramientos. Es magistrado de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Supremo y tiene un marcado perfil procatalanista.
Para que el plan surta efecto todo pasa, en primer lugar, por que Sánchez desbanque cuanto antes a la actual mayoría conservadora del Constitucional y decante la balanza a favor del bloque de izquierdas -también llamado «progresista»-, en una proporción de siete a cuatro magistrados.
De momento, como reveló este periódico este jueves, el presidente del CGPJ planea convocar un pleno extraordinario el lunes 3 de octubre para nombrar sin más dilación a los dos magistrados que corresponden al Poder Judicial. Dos días después, Carlos Lesmes dimitirá, una vez que el trabajo esté hecho.
Y pasa, en segundo lugar, por que Sánchez revalide su cargo de presidente del Gobierno. Sin él al frente del Ejecutivo, el independentismo catalán y vasco se topará con un muro, porque la Carta Magna confiere al Estado la potestad exclusiva para la «autorización para la convocatoria de consultas populares por vía de referéndum» (artículo 149).
Esto es algo que tienen muy presente tanto ERC como Bildu. De ahí se explica lo rápido que los de Oriol Junqueras pasaron página del capítulo del espionaje a sus dirigentes, entre ellos el president Pere Aragonès. Se conformaron con la cabeza de la directora del CNI, Paz Esteban, y con el cese de los pinchazos, como desveló El Debate el pasado 24 de junio.
Dos semanas antes, la portavoz de Bildu en el Congreso, Mertxe Aizpurua, afirmó en una entrevista que su partido hará «todo lo que se pueda» para agotar esta legislatura y que haya otra más del Frankenstein, hasta final de 2027.
Todo está escrito
En realidad, todo está escrito en el acuerdo que Sánchez firmó con Esquerra en enero de 2020 para que votara a favor de su investidura, a cambio de la creación de una mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat para la «resolución del conflicto político» (su última reunión fue el 27 de julio). Una hipoteca a plazos que el entonces candidato socialista firmó con el aval de su partido, entregado a su líder [...]
Sánchez quiere tomar el Constitucional para que permita una nueva consulta en Cataluña
Todo está pactado con ERC, pero para que el plan prospere es necesario que el TC colabore. Y éste ha sido un muro de contención contra el independe...
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