"Antidisturbios", de Rodrigo Sorogoyen. La he visto completa y está muy bien. Alberto Olmos: "Machos, tíos, antidisturbios y ositos de peluche"

Yo la vi este fin de semana. Me gustó bastante, sobre todo por cómo muestran a perfiles de policías distintos, cada uno con su personalidad, sus circunstancias, sus problemas vitales, etc... Dicho lo cual, el papel de la protagonista me resultó muy antipático, muy en la línea NWO de mujer ultraempoderada.

Pues era lo que me temía pero me convenció. La chica no es progre, en realidad no se sabe qué ideología tiene; le gusta su trabajo y hacer las cosas bien, y se ve desde la primera escena, desde el principio, cuando discute con su padre y deja claro que le gusta el juego limpio; no transige con los tramposos, aunque sea su padre. Es una cuestión jovenlandesal, no ideológica. Se agradece el hecho de que no nos la pongan dando mamporros como si fuera un especialista en artes marciales. Se dedica a lo suyo, a la investigación, y arriesga mucho, sobre todo su puesto de trabajo. No es una trepa, transmite un alto valor jovenlandesal. Me gustó.

La serie falla un poco en el guion cuando descubren la trama. Cruzan los nombres y dan explicaciones muy rápidas, con lo cual tuve que rebobinar para saber quién era Rosales, Parra, el sobrino de Rosales. Ahí tendrían que hacer una especie de 'flashback', retrospectiva, para que asociáramos los personajes y los sucesos que narran.

Pero está bien dirigida y los personajes creíbles, aunque excesivamente tensos (en los vídeos que colgaron los antidisturbios con lo de Barcelona se veía que la tensión a veces es máxima). Los actores muy buenos.
 
Estoy totalmente de acuerdo con esta crítica.


Opinión
Movistar
Antidisturbios

Mala Fama
ALBERTO OLMOS

Machos, tíos, antidisturbios y ositos de peluche
La extraordinaria serie de Rodrigo Sorogoyen e Isabel Peña genera polémica al retratar sin complejos la masculinidad menos moderna
Foto: 'Antidisturbios'. (Movistar+)
'Antidisturbios'. (Movistar+)
Alberto Olmos
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Tiempo de lectura6 min
21/10/2020 05:00
Hablar de 'Antidisturbios' sin recordar que no es una serie que pueda ver todo el mundo se me antoja poco elegante. 'Antidisturbios' es una serie que pueden ver los abonados a Movistar y aquellos que conozcan a un abonado a Movistar que pase las claves para visionarla 'online'. También supongo que puede piratearse. A pesar de ello, desde el día de su estreno, el pasado viernes, hubo gran revuelo en Twitter, como si todo Twitter pudiera permitirse Movistar y perder el tiempo, y luego Netflix y sentirse ofendido. Movistar y Netflix, perder el tiempo y sentirse ofendido retratan hoy la buena vida.

La primera reacción reseñable en las redes sociales sobre la serie creada por Isabel Peña y Rodrigo Sorogoyen la resumía bien un tuitero al afirmar que el 50% de la gente consideraba que se estaba “blanqueando” a los antidisturbios y el otro 50% que se les estaba estigmatizando. Esta opinión ambivalente tiene que ver con el primer capítulo de 'Antidisturbios', donde una unidad de esta policía extrema debe proceder a lanzar un desahucio. Siendo uno de riesgo, en lugar de acudir tres 'furgonas' se moviliza solo una. Dentro de la casa a desalojar esperan más de 20 vecinos con intención de detener la ejecución. El jefe de los antidisturbios se dirige a ellos con suma educación, y ellos le responden con suma educación y le exponen los motivos de su entorpecimiento de la ley. El jefe de antidisturbios pide en dos ocasiones al secretario judicial que llame al juez para ponerle en situación, pero el juez ordena llevar a cabo el desahucio de todas formas. Entonces aumenta la tensión, se suceden los insultos, los empujones, las sacas de vecinos a rastras de la casa, y finalmente un accidente donde una persona muere.

Tráiler de 'Antidisturbios'

A partir de esta premisa narrativa se desarrollará la serie. Asuntos Internos (Vicky Luengo) investiga a los antidisturbios, con bastantes ganas de que sean culpables de aquella fin; los antidisturbios tratarán de salir airosos del trance, no siempre de manera limpia; sus vidas privadas —no muy equilibradas de por sí —se ven azotadas por los vaivenes de la investigación. La cosa empieza a enredarse al punto de que aparece un mefistofélico Villarejo, con boina y todo. También sale Ferreras.

“sarama”
Esta misma semana, coincidiendo con que muchos seguidores de la serie habrían llegado ya al capítulo dos, tres o, quizá, terminado la serie en un maratón de domingo, varias asociaciones de policía mostraron su malestar por el retrato que en ella se hace de la Unidad de Intervención Policial. Jupol tuiteó directamente que la serie “era sarama”. SUP dijo que los antidisturbios eran “personas normales”, no “drojadictos”. Por su parte, Juan Carlos Girauta se preguntaba por qué atacaba Movistar a la policía. Gabriel Rufián, sin embargo, celebraba la serie y apuntaba que no era ficción, sino un documental.

La serie #Antidisturbios es una auténtica sarama.

Que ha contado con la “documentación” y complicidad de la DGP y la JUIP...

Mancha la imagen de la #UIP y de los PROFESIONALES que componen una unidad de élite de la Policía Nacional.

TENÉIS TODO NUESTRO APOYO. pic.twitter.com/AZtHLC1hzl
— JUPOL (@JupolNacional) October 18, 2020

Hay que detenerse en esta pulla del diputado de ERC, pues en buena medida representa la mezcla de ignorancia y tendenciosidad con que se está visionando 'Antidisturbios'. Al calificarla de documental, Rufián viene a decir que la serie es verdad, y que los antidisturbios que allí aparecen son los que, sin ir más lejos, se enviaron a Barcelona hace un año. Algunos esnifan cocaína, ninguno lee, todos tienen vidas familiares problemáticas; beben; uno acosa a una compañera que no quiere seguir acostándose con él. Todos son de sangre caliente, gritan o golpean cosas a la mínima oportunidad, o están dispuestos a pegarse con el de enfrente por nada. Son vengativos. Son, también, noblotes.

Vista la 1a temporada de Antidisturbios.

1) No es una serie, es un documental.

2) Id más allá del título y de la temática aparente.

3) Es de lo mejor en series q he visto nunca.

4) Todas y todos están muy bien pero lo de @vickyluengo es superlativo.

5) Hay que verla sí o sí. pic.twitter.com/ILz0ihyY5W
— Gabriel Rufián (@gabrielrufian) October 17, 2020

Rufián viene a suponer que los documentales se hacen para contar lo que pasa, sin el concurso de la imaginación o la fantasía. Es al revés. Los documentales se hacen para sostener una tesis previa, de modo que si Rufián mismo hiciera un documental sobre Inditex, la empresa de Amancio Ortega sería una máquina de defraudar impuestos y de explotar niños en el Tercer Mundo; y si el documental lo filmara Pablo Casado, esa misma empresa sería un ejemplo de modernidad, esfuerzo y mérito que además ha creado decenas de miles de puestos de trabajo en España. Por eso las ficciones son a menudo más verosímiles que los documentales, porque son más complejas.
La ficción no busca la verdad, sino el sentido. Quiere comprender

Asimismo, Girauta y las asociaciones de policías se equivocan al ver en la serie un ataque contra las unidades de antidisturbios. Entender que la aparición de un antidisturbios metiéndose cocaína destruye la reputación de este cuerpo es exactamente igual de pánfilo que entender que una periodista acostándose con un agente del FBI para sacarle información ('Richard Jewell', 2019, Clint Eastwood) supone llamar pilinguis a todas las mujeres periodistas. Obviamente, habrá antidisturbios que se metan cocaína, como habrá diputados de ERC, Podemos, PP o PSOE que se meten cocaína o pegan a sus mujeres o roban o mienten o son infieles o, no sé, enchufan a sus amigos con sueldos millonarios. La ficción no busca la verdad, sino el sentido. Quiere comprender. Así, 'Antidisturbios' no sirve para saber cómo son estos tíos, sino para entenderlos.

Un favor
Es ahí, justamente, donde me atrevo a decir que la serie le hace un favor extraordinario a este cuerpo policial. Acostumbrados a ser cascos sobre los que llueven piedras y porras que miden lomos de ciudadanos desarmados, Sorogoyen los muestra desnudos, humanos, masculinos. Después del primer capítulo, casi no hay acción policial, salvo una secuencia (inolvidable) en el marco de un encuentro de fútbol en el Bernabéu. Al margen de la trama delictiva que va aflorando, lo que vemos son pequeñas escenas cotidianas de una delicadeza, una verdad y una emoción fascinantes. Hombres que ya han dejado atrás los 40 y no saben cómo encajar las piezas de su vida. Divorcios, achaques físicos, soledad, hijos que no les hablan, suegros que tratan de sustituirles en la crianza, exmujeres que los desprecian. Viviendas sórdidas, alcohol, miedo al paro, obesidad.

Solo hay un varón delicado en toda la serie, el novio de Vicky Luengo, y es imposible para ella ponerse a amar con semejante muermo

'Antidisturbios' es una serie sobre esa masculinidad que ya no sale en los periódicos, sobre los tíos, los machos, los hombres duros y poéticos. Solo hay un varón delicado en toda la serie, el novio de Vicky Luengo, que le hace una cena distinta en cada capítulo y le masajea los pies y la quiere tanto y con tal mansurronería que es imposible para ella ponerse a amar con semejante muermo.

Hay una escena en concreto, rodada en un solo plano de 15 minutos, donde los seis amigos de la unidad cenan y toman copas en un restaurante medio vacío, y donde esa masculinidad queda dibujada con tal precisión que resulta increíble, pues ni Sorogoyen ni Isabel Peña deben de proceder de Alcorcón o Usera, ni tener ahora mismo muchos amigos que adoren las motos por sobre todas las cosas o que nunca lean un libro o vean siquiera series en Netflix. Sin embargo, lo clavan. Hombres orgullosos y violentos, pero leales; sin cultura ni mucho vocabulario, pero emotivos; dados a insultarse y burlarse unos de otros, pero tan excesivos en sus afectos mutuos que, por momentos, uno diría que son todos gais. Hombres, también, usados y desechados como latas vacías por sus jefes, sus mujeres, el Estado, otros hombres más listos y poderosos que ellos; y a los que nadie va a defender nunca.



BIOGRAFÍA
Alberto Olmos es escritor y periodista. Ha publicado, entre otras, las novelas 'Trenes hacia Tokio', 'Ejército enemigo' y 'Alabanza'. Sus últimos libros publicados son la colección de relatos 'Guardar las formas' (Random House) y 'Cuando el VIPS era la mejor librería de la ciudad' (Círculo de Tiza), una antología de sus mejores artículos en la sección de Cultura de El Confidencial.
 
Yo la vi en dos dias, la serie no está esta mal, pero muy pro NWO y de adoctrinamiento.

victima: neցro
protagonista: mujer policía
malos: equipo de 6 UIPs, donde no se salva ninguno, acosador, drojatas, enfermos, trastornados, etc

Puedo pensar que en la policía hay de todo, pero me parece demasiado forzado lo que metieron ahí...
 
Yo la vi en dos dias, la serie no está esta mal, pero muy pro NWO y de adoctrinamiento.

victima: neցro
protagonista: mujer policía
malos: equipo de 6 UIPs, donde no se salva ninguno, acosador, drojatas, enfermos, trastornados, etc

Puedo pensar que en la policía hay de todo, pero me parece demasiado forzado lo que metieron ahí...

Eso que dices es cierto a medias: el neցro es apropiado, dado el revuelo social que se puede armar. La chica contrasta con ellos, y está muy bien.

Sí coincido en que hay un exceso de tensión en el grupo. Pero también estoy de acuerdo con Olmos:

"Es ahí, justamente, donde me atrevo a decir que la serie le hace un favor extraordinario a este cuerpo policial. Acostumbrados a ser cascos sobre los que llueven piedras y porras que miden lomos de ciudadanos desarmados, Sorogoyen los muestra desnudos, humanos, masculinos. Después del primer capítulo, casi no hay acción policial, salvo una secuencia (inolvidable) en el marco de un encuentro de fútbol en el Bernabéu. Al margen de la trama delictiva que va aflorando, lo que vemos son pequeñas escenas cotidianas de una delicadeza, una verdad y una emoción fascinantes. Hombres que ya han dejado atrás los 40 y no saben cómo encajar las piezas de su vida. Divorcios, achaques físicos, soledad, hijos que no les hablan, suegros que tratan de sustituirles en la crianza, exmujeres que los desprecian. Viviendas sórdidas, alcohol, miedo al paro, obesidad".
 
Una magnífica serie, me ha encantado y la recomiendo encarecidamente. Reconoce el esfuerzo de nuestras FCSE para estar al servicio de la ciudadanía y el bien común, y eliminar la discriminación de raza y género, presentando una serie de conflictos raciales y de género muy interesantes que se dan a menudo en nuestra sociedad. Además, abandona todos los tópicos machistas de las series tradicionales y presenta un nuevo enfoque muy interesante, que ensalza el empoderamiento femenino y la igualdad de género.

Much@s ya estábamos cansados de ver en todas las series como protagonista al típico héroe machuno que ensalzaba todos los valores de la masculinidad más tóxica y que arreglaba todo mediante la violencia, el machismo y el racismo, mientras que las mujeres son vistas como objetos trofeo del protagonista, siempre sumisas a él.

Por eso son tan buenas estas series, además de ser innovadoras, ya que tienen como protagonistas a personas racializadas y mujeres, y no basan la película en resolver todo mediante golpes, violencia, relaciones machistas, considerar a las mujeres como objetos o ser el hombre más machuno y violento. Est@s nuev@s protagonistas recurren a otros mecanismos, a la inteligencia, el talento, la sororidad, el empoderamiento, por lo que las series alcanzan nuevas metas.

La mejor serie del año, sin duda.

Qué es lo que te molesta exactamente, ¿que la inspectora de asuntos internos sea mujer? ¿Que el muerto sea neցro? ¿Que los antidisturbios sean violentos?

Para no parecer un trol has de dejar abierto la sección de tus hilos. No lo haces.
 
No has entendido nada de mi comentario, precisamente no he dicho que la serie me moleste, sino todo lo contrario.

Te he entendido de sobra. Quizá seas tú el que no se entiende y además toma a los demás por bobos.
 
No veo esa fruta guano ni con el ojo del ojo ciego de ben gurion

Que se vayan a desespañolizar y morinegrizar a la fruta lechona de su fruta juca progenitora
 
Si necesitan recalcar que los antidisturbios son personas con sentimientos y esas cosas es que algo traman.
 
La peste a progre y a izquierda retrógrada zascandil violenta y radical se extiende por doquier, en esta serie también, como no podía ser de otro modo.
 
Desde que Movistar perdió licencias de emisión con la aparición de plataformas streaming como HBO o Netflix, tomaron la decisión de crear contenido propio aunando el estilo de una y otra plataforma. Pese a tratarse de producciones con buena factura técnica, sus narraciones son pésimas de una dualidad y maniqueísmo que roza lo atroz, intentando emular a las series americanas o francesas. A esto hay que sumar el obligado mensaje progresista y burgués tan enquistado en las películas y series que a base de Neo estereotipos, desvirtúan y falsean las realidades que quieren recrear.
 
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