Anabel Alonso y el contador de muertes que ella inició.


No distingo de primeras a los clones de la auténtica.
 
Nunca ha valido un pimiento, pero su insistencia en el ridículo y la desvergüenza dejan claro que está yayá. A parte de su falta de escrúpulos para ir mendigando migajitas al poder, mientras ejerce de referente intelectual de la izquierda.
 
Volver