Si, esa obsesión tiene su razón de ser.
El cristianismo es el heredero de la espiritualidad del pilar blanco. Sí, sabemos que el mismo ha estado infiltrado y dirigido desde el principio, pero con mucha sutilez, al menos antaño. Esa espiritualidad es el reflejo del espíritu del ser "europeo". Ese ser es el único al que decir mentiras es algo que provoca rechazo pleno, y por tanto es algo que se debe reflejar desde el comienzo en la liturgia cristiana. Esto es algo perfectamente conocido por los brujos y en consecuencia también actúan teniendo eso en cuenta. No pueden vender al hombre blanco una religión árabe, donde se declare abiertamente que está bien mentir al infiel, o la talmúdica, o las de Oriente con sus filosofias de "thou as thou wilt" de carácter relativista.
Por esto los brujos amos y señores y sus siervos los limpiabotas del mandril, necesitan acabar con el cristianismo, porque atacar al mismo hoy en día es atacar al pilar blanco: el único que considera a la Verdad como algo inamovible. Ahora se llama cristianismo y antes se llamaba otra cosa pero el objetivo es el mismo: derribar el pilar derecho. Ese se el verdadero objeto de la Gran Obra. eso se alcanza a través de la disolución de los opuestos, pero hasta ahí mienten, porque el que de verdad quieren disolver es uno de ellos.
¿Cómo conectamos esto con Qanon, Trump o el Adrenocromo?
La relación es similar. En el mundo actual, el juego de los dos pilares no ha dejado todavía de tener sentido. Tiene que seguir el juego cíclico de la derecha y la izquierda, de Jaquin y Boaz. Lo que pasa es que los brujos a cargo ya tienen bajo control los resortes de ambos pilares y por tanto tienen que aplicar el juego para que el mismo sea creible dentro de la trama principal de la Gran Obra. Por eso, todo este show de Donald Trump, Q, y demás, no es más que otro juego más; un juego de hecho, metafísicamente necesario, sobre todo a estas alturas, que el mundo está prácticamente "solidificado", lo que significa lo que dije antes: que hasta el pilar derecho, al menos en su representación política, tiene que ser falso: o sea un teatro.
No os hagáis ilusiones. No hay verdadera oposición entre el bando Trump y Q, y el bando Hillary, Obama o Soros, porque lo que realmente pasa es que ambos "bandos" tienen los mismos guionistas (brujos de alto calibre), y es que además, dichos elementos necesitan crear un evento como este de The Storm, para meterlo de lleno en el drama de la "película" que es la realidad. En ese drama tito Drumpf ha de ser el malo de la película, por razones obvias. Por eso, y a pesar de supuestamente luchar contra una red de satanistas pedófilos, si el mismo los detiene e instaura una especie de dictadura americana, la misma acabará siendo vista como el mismo eje-fascista del mal. Luego, en la continuació del drama, los brujos sacarían sus cartas maestras, en ejercicios cada vez más inverosímiles, y mediante una traca final de órdago, ahora sí, traerían la tan esperada unión mundial, ya libre de Trump y cualquier vestigio de patriarcado (malote) blanco. No quiero decir que este sea el escenario que va a suceder pero sí que algo similar tiene que ocurrir. Es decir, aquí lo importante es que: el pilar derecho al final va a ser el malo (por fascista) y tiene que caer, pase lo que pase.
Por ejemplo, cuando véis a Johnny Depp con su aspecto famélico, no es que en realidad Trump le haya bloqueado el acceso a Adrenocromo, sino que son los brujos los que le dicen que tiene que actuar así para la continuación imperturbable del show. Eso, también, es parte indispensable del ritual satánico constante que es nuestra realidad.