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Madmaxista
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Acostumbrados a malas noticias de gente a quien le ha ido mal, seguro que os alegráis de saber lo bien que me va alquilando viviendas. Por eso lo comparto con vosotros para que -aunque haya a quien le vaya algo regular- esas dificultades se mitiguen oyendo de primera mano a alguien a quien el negocio inmobiliario le va tan bien como a mí.
Tengo un patrimonio de varios pisos en una capital de provincia, cercanos a la universidad. Los pisos fueron comprados en el 2001 y llegaron a revalorizarse allá por el 2006-2007 un 200% sobre el precio al que estaban en aquella época. Después han bajado un 66%, volviendo al precio al que estaban cuando los compré (en realidad con las subidas del IPC están ahora más bajos). No quiere decir que yo los comprara por el precio de mercado, pues también en eso tuve suerte. Esos vaivenes de los precios de compra la verdad es que no me han afectado al negocio del alquiler, que al fin y al cabo fue el objetivo de la compra.
En doce años alquilando una cantidad de pisos que no se pueden contar con los dedos de las manos, he tenido poquísimos problemas de impagos. Dichos problemas han acabado negociando con el inquilino y perdiendo dos o tres meses de alquiler. También he intercambiado meses de alquiler por reformas en los pisos. El juzgado no lo he pisado.
Ha habido momentos de nervios en estos últimos años, pero desde el 2008 tuve claro que tenía que invertir en reformar los pisos para hacerlos competitivos (creí que los bancos empezarían a alquilar a saco, cosa que no han hecho). Poco a poco invertí tiempo y dinero en mejorar las condiciones de los pisos. Además he rebajado el alquiler un 25% sobre máximos. Así que -por supuesto- me ha afectado la crisis inmobiliaria.
Pero fundamentalmente este año estoy experimentando una gran subida en la demanda de mis pisos, llegando a tener siempre hasta diez candidatos dispuestos a alquilar un mismo piso, pudiendo elegir con tranquilidad al inquilino. Las razones de que el negocio del alquiler vaya viento en popa, las achaco a los siguientes factores:
1. Es una capital de provincia. Los pisos son económicos y hay muchas personas (estudiantes o trabajadores) que se desplazaban a diario desde pueblos hasta 40 a 60 km de distancia. Ahora, con el precio de la gasolina y la necesidad de disponer de tiempo, prefieren alquilar en la capital (compartiendo piso o no) que ir y venir a diario.
2. Uso a saco las herramientas de internet, anunciando los pisos en casi una decena de páginas. Contesto inmediatamente y hago el seguimiento de las personas interesadas.
3. Cuido a los inquilinos, intento que estén a gusto y estoy pendiente de las incidencias (eso de vivir de las rentas es un cuento, tengo asumido que es mi trabajo y no basta con poner el cazo).
De momento, los impuestos no han subido mucho. El IBI y la recogida de basuras anuales los pago con poco más de la mitad del alquiler de un mes, el IRPF tiene bastantes reducciones... pero estoy alerta y me adaptaré a lo que haya; si tengo que crear una empresa lo haré, si tengo que poner los pisos a nombre de varias personás o tengo que ser residente en el extranjero lo haré. Pero eso sólo si me veo en una situación difícil debido a políticas abusivas contra los propietarios. De momento, no hay nada de eso. Sé que tengo la espada de damocles como gran propietario, pero siempre hay soluciones imaginativas a leyes lentas y políticas de efectos retardados.
De momento, ya rozando octubre del 13, podéis compartir conmigo la alegría de lo viento en popa que va en este país el negocio del alquiler.
Tengo un patrimonio de varios pisos en una capital de provincia, cercanos a la universidad. Los pisos fueron comprados en el 2001 y llegaron a revalorizarse allá por el 2006-2007 un 200% sobre el precio al que estaban en aquella época. Después han bajado un 66%, volviendo al precio al que estaban cuando los compré (en realidad con las subidas del IPC están ahora más bajos). No quiere decir que yo los comprara por el precio de mercado, pues también en eso tuve suerte. Esos vaivenes de los precios de compra la verdad es que no me han afectado al negocio del alquiler, que al fin y al cabo fue el objetivo de la compra.
En doce años alquilando una cantidad de pisos que no se pueden contar con los dedos de las manos, he tenido poquísimos problemas de impagos. Dichos problemas han acabado negociando con el inquilino y perdiendo dos o tres meses de alquiler. También he intercambiado meses de alquiler por reformas en los pisos. El juzgado no lo he pisado.
Ha habido momentos de nervios en estos últimos años, pero desde el 2008 tuve claro que tenía que invertir en reformar los pisos para hacerlos competitivos (creí que los bancos empezarían a alquilar a saco, cosa que no han hecho). Poco a poco invertí tiempo y dinero en mejorar las condiciones de los pisos. Además he rebajado el alquiler un 25% sobre máximos. Así que -por supuesto- me ha afectado la crisis inmobiliaria.
Pero fundamentalmente este año estoy experimentando una gran subida en la demanda de mis pisos, llegando a tener siempre hasta diez candidatos dispuestos a alquilar un mismo piso, pudiendo elegir con tranquilidad al inquilino. Las razones de que el negocio del alquiler vaya viento en popa, las achaco a los siguientes factores:
1. Es una capital de provincia. Los pisos son económicos y hay muchas personas (estudiantes o trabajadores) que se desplazaban a diario desde pueblos hasta 40 a 60 km de distancia. Ahora, con el precio de la gasolina y la necesidad de disponer de tiempo, prefieren alquilar en la capital (compartiendo piso o no) que ir y venir a diario.
2. Uso a saco las herramientas de internet, anunciando los pisos en casi una decena de páginas. Contesto inmediatamente y hago el seguimiento de las personas interesadas.
3. Cuido a los inquilinos, intento que estén a gusto y estoy pendiente de las incidencias (eso de vivir de las rentas es un cuento, tengo asumido que es mi trabajo y no basta con poner el cazo).
De momento, los impuestos no han subido mucho. El IBI y la recogida de basuras anuales los pago con poco más de la mitad del alquiler de un mes, el IRPF tiene bastantes reducciones... pero estoy alerta y me adaptaré a lo que haya; si tengo que crear una empresa lo haré, si tengo que poner los pisos a nombre de varias personás o tengo que ser residente en el extranjero lo haré. Pero eso sólo si me veo en una situación difícil debido a políticas abusivas contra los propietarios. De momento, no hay nada de eso. Sé que tengo la espada de damocles como gran propietario, pero siempre hay soluciones imaginativas a leyes lentas y políticas de efectos retardados.
De momento, ya rozando octubre del 13, podéis compartir conmigo la alegría de lo viento en popa que va en este país el negocio del alquiler.
