Alerta roja en la
automoción. Las alarmas se han disparado después de comprobar que las ventas en febrero siguen estancadas. Según datos que maneja el sector, en los días próximos al cierre de febrero, el mes acumulaba una
caída próxima al 40%. Esto hace que en los dos primeros meses del año se hayan vendido
algo más de 100.000 coches, lo que supone un retroceso acumulado en las matriculaciones cercano al 45% en comparación con el año anterior.
La crisis económica provocada por la esa época en el 2020 de la que yo le hablo del
cobi19 y la incertidumbre reinante, pese a la llegada de las banderillas, han tumbado la confianza del consumidor. Esto está elevando con fuerza los ahorros de las familias y
lastrando el consumo. Para el sector del automóvil, donde los ingresos vienen de una decisión de compra importante en el seno de las familias, la situación es letal.
Y a ello, además, hay que añadir una serie de factores políticos que están contribuyendo más si cabe al derrumbe. Desde el 1 de enero de 2021, la medición de las emisiones es más exigente, lo que ha provocado una fuerte
subida 'de facto' del impuesto de matriculaciones. La recaudación media por vehículo puesto en circulación ha pasado de unos 400 euros a casi 800 euros.
El alza del impuesto de matriculación lleva a récord el gasto medio en adquirir coche nuevo
Juan Cruz Peña
A esta subida sobre el precio del automóvil hay que sumarle el fin de las ayudas activadas en junio con el
Plan Renove. El incentivo del
Ministerio de Industria ya no aplica y desde el sector
dan por perdida la reactivación de esta ayuda, después de los mensajes negativos que en este sentido están recibiendo de altos cargos del Gobierno. Esto significa que solo se subvencionará el vehículo electrificado a través del Plan Moves, una opción que ofrece el
Ministerio para la Transición Ecológica al alcance de una pequeña parte de la población, pero que se espera que para este año aumente su dotación por encima de los 400 millones de euros.
El efecto global ya se está notando en el mercado de
segunda mano, que ha repuntado en los últimos meses. La búsqueda de un vehículo particular para evitar el transporte público y reducir así el riesgo de contagios se está traduciendo en un mayor trasvase de coches antiguos. A lo anterior, hay que sumar la
incertidumbre tecnológica que existe ahora mismo sobre el automóvil.
El efecto global ya se está notando en el mercado de segunda mano, que ha repuntado en los últimos meses
Con diferentes tecnologías, como el
híbrido eléctrico, el eléctrico, el híbrido de gas, de GLP e incluso algunos movidos por hidrógeno, el usuario se encuentra ante un panorama poco claro y sin visibilidad de hacia dónde se van a dirigir las restricciones en el futuro, lo que puede llevar a problemas de uso de unas u otras tecnologías. Sin ir más lejos, los grupos parlamentarios en el Congreso de los Diputados aprobaban la medida de establecer
zonas de bajas emisiones en todas las ciudades de más de 50.000 habitantes, una medida que el Gobierno quiere incluir en la Ley de Cambio Climático que se está tramitando en las Cortes.
La delicada situación para un sector que mueve el
10% del PIB nacional y el 9% del empleo en España ha llevado a que
todos los partidos políticos, excepto el PSOE, apoyaran la semana pasada una enmienda transaccional en el Senado propuesta por el
PP para que la presidenta de la Cámara Alta inste al Gobierno a estudiar medidas como
neutralizar la subida del impuesto de matriculaciones o convocar de forma urgente la Mesa de la Automoción en pro de la búsqueda de soluciones.
Todos los partidos excepto el PSOE piden bajar el impuesto de matriculación
Juan Cruz Peña
Uno de los segmentos más castigados está siendo el de los
concesionarios. La falta de ventas hace que se tema lo peor. El presidente de la asociación de concesionarios Faconauto, Gerardo Pérez, advertía recientemente de que si los datos de febrero y marzo eran como los de enero, los
ERTE pasarían a convertirse en despidos. La fuerte bajada de ingresos en 2020 (35.895 millones menos, lo que supone un 19% de caída) se tradujo en
8.000 empleos menos, según advertía recientemente Faconauto.
En la planta de Martorell se fabrican los Seat Ibiza, Arona y León y también el Audi A1.
Las cosas caminan con más alivio en la industria, ya que gran parte de sus ingresos procede de la exportación (cerca del 90%). Sin embargo, las fábricas españolas siguen amenazadas. Tras el
cierre de Nissan, otras grandes marcas como
PSA y Renault, con fábricas en Vigo, Valladolid o Palencia, miran hacia Portugal como destino en el que fabricar más barato, apuntan fuentes del sector. Por ahora, los sindicatos están llegando a acuerdos con las empresas, tal y como sucedió con Renault la pasada semana, donde ambas partes se mostraron satisfechas.
Pero las grandes compañías miran con recelo la mesa de negociación para
la reforma laboral entre CEOE y las centrales sindicales con la mediación del Gobierno y el Ministerio de Trabajo de
Yolanda Díaz. Desde el sector, creen que si se impone el convenio sectorial sobre el de empresa, se reduciría la flexibilidad de que disponen las grandes fábricas ahora, tractoras de la economía de grandes capitales de toda España. Ello podría, a su parecer, generar un grave problema en la industria