Esta cosa, artefacto, objeto... con una aparente forma humana, sólo aparente, no pasa de ser un instrumento programado cínico-orate, corolario-producto-consecuencia lógica... de una secta puramente destructiva que se hace llamar con unas siglas, creo recordar que son psoe, o algo así, en donde la oclocracia ensalza a la kakistocracia (en cristiano: la gente poco equilibrada erige a los cínicos más depravados, algo que no nos debería extrañar lo más mínimo)
Hay lo que hay, y la realidad que nos ha tocado vivir es la que es.
Unos lo llaman fin de los tiempos, de una era, otros más posmodernistas se decantan por calificarlo como la última decadencia nihilista antes del fallecimiento en la bruma angustiosa del sinsentido más absoluto.
No son molinos de viento, son monstruos, ¡Son monstruos! amigo Sancho.