La realidad actual -por desgracia para todos aquellos que esperamos el desplome- es que, en el caso de autopromoción, los precios son habas contadas. Y aquí no se pueden hablar de teorías o hipótesis, sino que uno sólo tiene que salir al mercado.
Hoy en día, en cualquier lugar de España -aspecto que se puede ratificar a poco que uno consulte a profesionales o, por ejemplo, la página y el foro que ha enlazado Zumbido- es casi imposible construir un chalet en autopromoción por menos de 1000 euros el metro cuadrado, siempre y cuando lo que se pretenda sea construcción tradicional con estructura de hormigón y muros de ladrillo. Si lo que se pretende es algún tipo de virguería en acero u hormigón, la cosa incluso se encarece -en sistemas prefabricados la cosa baja, por supuesto, pero seamos serios.
Súmese a eso la prolija lista de gastos destinados a proyecto, impuestos, licencias y demás bagatelas de las cuales ha hecho el forero Zumbido minucioso y acertado desglose, amén del precio del terreno, que constituye, al cabo, el elemento que encarece de modo más determinante el precio final.
Digamos que, aquí en Asturias, cerca de Gijón u Oviedo, una finca de entre 800 y 1200 metros anda por los 100-120000 euros. Para 200 metros construidos -sobre 170 o 180 útiles-, sumemos 200000 euros más, aparte de unos 30000 para gastos de proyecto, licencias y demás.
Cuenta total para una casa de 180 metros habitables: entre 330.000 y 350.000 euros.
Y poco baja de ahí. Y lo que puede bajar -un cuñado, un amigo o un suegro instalando sanitarios o metiendo cables- es el chocolate del loro.
Me joroba más que a nadie, lo puedo asegurar, pero es así.