Por desgracia soy licenciada en cucarachas. Vivo en un primero, y siempre hubo cucas en verano, pero pocas...nada que no se controlara con trampas de Cucal.
Sin embargo lo del pasado año ya nos obligó a tomar medidas profesionales. Más o menos hace un año empezamos a ver una ingente cantidad correteando. De las alemanas. Principalmente por la cocina, pero alguna vimos por el salón, cosa inaudita. Ni se cortaban un pelo, a veces salían de día. Eso ya no era cosa de trampitas de supermercado, y llamamos a una empresa de control de plagas. Primera consigna que me dieron por teléfono: hasta que llegaran, nada de Cucal aerosol y similares, porque crean una barrera. Llegaron, estuvieron una hora y llenaron el piso de pegotes en lugares estratégicos. El producto es uno de los que se han mostrado aquí, de Bayer creo recordar. El principio activo es imidacloprid. No es el milagrito de Lourdes, porque actúa como algunos ya han comentado: atrae a las jodías, comen, y se van tan latinoamericanas a su nido. Allí se encuentran mal, y las demás se las comen al verlas debilitadas y enfermas, envenenándose a su vez en progresión. Nos dijeron que al principio íbamos a ver a las bichas correr como pollos descabezados, porque el compuesto las hiperexcita antes de cargárselas.
En los días siguientes recogimos paladas de cadáveres. Algunas movían todavía las antenas.
Desde finales de Agosto del año pasado no he visto ni una más.
70 EU bien invertidos.
Más tarde nos enteramos del porque de la invasión: nuestros amados vecinos dejaron regalitos en forma de comida que se fue deteriorando antes de que les desahuciaran. Los inútiles de los dueños del piso se limitaron a echar un vistazo superficial cuando se piraron.
Ahora me río, pero estuve con malestares de estómago por el estrés.
Lo más poco agradable fue descubrir una bicha con ooteca recién muerta. Los bemoles habían eclosionado justo antes.