No tiene ningún sentido llevar Hiyab si no eres devota del Islam y, por tanto, no crees en Al·lah. Tampoco tiene sentido entrar en un lugar sagrado de una religión si no crees solo por el hecho que seas alguien supuestamente importante en una parte del mundo. Los lugares religiosos son para los creyentes, no para los incrédulos. Además, que están dedicados a Dios, no son un lugar en el que una reina de tocomocho pueda lucirse con una falsa honestidad y humildad de la que carece.