Por proteger unos tappers con unos papelitos eran capaces de pegarle a guardias civiles, hacer barricadas en líneas de tren y bloquear autopistas. Por sus propiedades privadas, la seguridad de sus calles y la protección de sus hijos no son capaces ni de dar una leche a un jovenlandés.
Es lo que tiene ser un rebaño: que si tu pastor no te lo ordena, te quedas quieto aunque violen a tu hija.