June y Jennifer Gibbons fueron dos gemelas Británicas cuyo vínculo se convirtió en algo excluyente y peligroso, ya que las unió fuera del mundo, y las metió en graves problemas. Cuando niñas, ambas hablaban su propio lenguaje, y raramente hablaban con nadie más. Pero su amor entre ellas algunas veces se cortaba, dando como resultado a una intentando asesinar a la otra y viceversa. Cuando se hicieron mayores, se encaminaron en una oleada de robos e incendios que les hizo ser catalogadas como orates.
Fueron enviadas al Hospital Broadmoor bajo el síntoma de locura criminal cuando sólo tenían 14 años. Más tarde, comenzaron finalmente a acercarse a alguien, la periodista Marjorie Wallace. Frente a ella, mostraron una notable conciencia de sí mismas, admitiendo que nunca podrían ser independientes mientras que la otra gemela permaneciera con vida. Jennifer comentó a Wallace, “Voy a morir. Lo hemos decidido.” Y cuando fueron transferidas a una instalación con menor seguridad que les permitiría mayor libertad personal, Jennifer cumplió su palabra. Aunque se dice que su muerte fue debida a problemas de corazón, es cuanto menos una bizarra coincidencia.