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Trayectoría personal
Montserrat Tura nació el 6 de noviembre de 1954 en Mollet del Vallés en el seno de una família campesina procedente de Sant Feliu de Codinas y que se había establecido en el siglo XIX en Mollet. Tura es la única mujer de cuatro hermanos.
La familia Tura destacó por su militancia antifranquista. Su abuelo, Feliu Tura i Vallderiola, había sido alcalde de Mollet durante los años treinta y, como Lluís Companys, acabó en prisión. Esta lucha por la libertad y democracia provocó que, al acabar la Guerra Civil, la familia tuviera que exiliarse e incluso uno de ellos (el tío de Montserrat Tura) acabó sus días en el campo de concentración de Mathausen.
Ya de vuelta a Cataluña, la familia se instaló en la masia de Can Pinyonaire, lugar donde Montserrat Tura pasó su infancia y gran parte de su adolescencia. Aquella casa era el refugio de muchas personas activas en la lucha antifranquista y Montserrat palpó desde muy pequeña la implicación de mucha gente por la defensa de la democracia y las libertades fundamentales. Sin embargo, no hay duda que fue su padre el personaje que más le marcó en sus planteamientos políticos. Él fue quien le enseñó a cantar el himno de Els Segadors i el Cant de la Senyera, emblemas ambos de Catalunya, mientras estaban en la cuadra de la masía atendiendo al ganado. Años más tarde Montserrat Tura recordaría que tenían que cantar muy flojito, no fuese el caso que apareciese la Guardia Civil y les multase.
Como su familia no podía permitirse que estudiase el bachillerato en el colegio de las monjas de Mollet (el único sitio donde podían estudiar las chicas entonces en esa localidad), Tura estudió los cursos por libre y obtuvo el certificado en un tiempo récord. Más tarde se matricularía en la Facultad de Medicina de Barcelona, donde se graduó en seis años en Medicina y Cirugía. Aunque era una estudiante aplicada y sacaba buenas notas en general, suspendió la asignatura de anatomía porque ella escribía los exámenes en catalán y el profesor se los corregía en castellano, con lo que no aprovaba por supuestas faltas de ortografía.
Actualmente, Montserrat Tura tiene dos hijas. Tiene una vivienda en Mollet y también un pequeño piso de alquiler en Barcelona, en la confluencia entre Les Corts i el Ensanche, donde ahora pasa la mayor parte del tiempo. Entre sus aficiones destaca la lectura, caminar, escuchar música e ir en bicicleta.
Es, además, una apasionada de la ciencia y las nuevas tecnologías. Ha reconocido que le apasionan la medicina, la biotecnología y las ciencias ambientales. Tura fue una de las primeras políticas catalanas en tener Twitter, página en Facebook e incluso un blog personal, y es ella misma quien actualiza sus páginas y sus cuentas ya que considera que las nuevas tecnologías han de ser un ejercicio de transparencia personal y, por tanto, no se deben delegar en otros.
Tiene fama de trabajadora incansable y de mujer tenaz que no se amilana frente a los retos. Sus colaboradores han manifestado en más de una ocasión que "ella es la primera en llegar al despacho y la última en irse".
[editar]Conciencia política
Habiéndose criado en un ambiente donde la política y la defensa de la democracia estuvieron siempre presentes, no es de extrañar que Tura comenzase a militar clandestinamente en grupos de izquierda con tan sólo quince años. La militancia en aquellos tiempos de dictadura implicaba muchos riesgos y, de hecho, ella fue detenida una vez en Ripollet por la policia secreta por haber repartido octavillas contrarias al régimen franquista. Como no pudieron demostrar los hechos que se le imputaban, fue puesta en libertad al poco rato. Este hecho marcó su conciencia de libertad y de entrega hasta tal punto que hoy la libertad de expresión sigue siendo para ella una bandera. Años más tarde, en 1979 se hizo militante del Partido Socialista de Cataluña (PSC).
Montserrat Tura ha reconocido que "se hizo socialista para cambiar el mundo" pero esta ambición no le ha restado un ápice de pragmatismo. Ella es, esencialmente, una socialista práctica que defiende que la política ha de estar ligada siempre al servicio de las personas y la mejora de las condidiciones de vida de los demás.
De mentalidad crítica, no acepta fácilmente imposiciones y da la bienvenida al debate y a la reflexión. Esta defensa de la libertad de pensamiento le ha valido el apelativo de "inconformista" y le ha granjeado la crítica de algunos sectores de su propio partido, más dados a no discutir los prelados ideológicos. Tura defiende que la obertura de mente es un requisito indispensable en la sociedad actual y reivindica que los partidos políticos se han de abrir más a la ciudadanía y se han de alejar de estructuras anquilosadas poco permeables a los cambios.
