Una huella en una puerta y una pisada en el suelo de la casa de la maestra incriminan al presunto asesino de Rafelcofer
La jueza de Instrucción 3 de Gandia envía a prisión por asesinato y robo con violencia a Antonio S. E. y a Rubén Ú. P. , que fueron grabados yéndose a por más droja tras el crimen, tirando la cartera al barranco y limpiando la sangre que dejaron en el coche
Sergi Sapena
València/Gandia 03 MAY 2024 6:00
Antonio 'Toni' S. E., de 46 años, y Rubén Ú. P., de 44, los
dos delincuentes politoxicómanos de la Font d'En Carròs detenidos este martes por el asesinato de la
maestra jubilada de Rafelcofer Rosa Carmen Pous Escrivà, cometido en la noche de este sábado en la vivienda de la mujer, en el número 10 de la calle Xiquet de Rafelcofer,
ya están en la prisión de Picassent.
Así lo ha decidido la jueza de Instrucción número 3 de Gandia, a instancias del fiscal, después de
tomar declaración a ambos esta mañana de jueves y de examinar el atestado que le han entregado los agentes del
grupo de Homicidios de la Guardia Civil. Ambos están acusados en la causa, abierta por los
delitos de asesinato y robo con violencia e intimidación en casa habitada.
Las pruebas contra ambos son
irrefutables. Y aún falta por llegar la batería de
muestras de ADN tomadas en los
tres escenarios de este crimen: la casa de la víctima, la de Rubén Ú. P., ubicada prácticamente enfrente de la de ella, y la de Antonio S. E., en la Font.
Rubén Ú. P., el segundo detenido por el crimen de Rafelcofer, a su llegada al juzgado. / AGUSTÍ PERALES IBORRA
La
mayor parte de las
evidencias que han determinado la decisión de la jueza de acceder a la petición de la Fiscalía de encarcelarlos están precisamente
en casa de Rosa Carmen.
Allí, en la
cara interior de la puerta de la calle ha sido aislada una
huella dactilar de Antonio, a quien se considera el presunto autor material del
asesinato. En el suelo del comedor, entre el cuerpo sin vida de Rosa y el pasillo, hay además
varias pisadas suyas en sangre, esto es, la
huella de su suela –las
zapatillas deportivas que calzaba fueron intervenidas el martes en el
registro practicado en su casa de la Font– marcada sobre sangre de su víctima.
La cámara los grabó limpiando la sangre
En cuanto a Rubén, también hay
pruebas más que sólidas contra él. Para empezar, fue
grabado, junto con Antonio, cuando entraban ambos en su coche para ir, casi con toda seguridad, a
comprar más droja. Lo registró una
cámara de seguridad del
Ayuntamiento de Rafelcofer ubicada muy cerca de la casa de Rubén, al girar la esquina en dirección al barranco. En la imagen, según fuentes conocedoras de los hechos,
se les ve tirando algo al barranco, justo en el punto donde unos niños encontrarían a la mañana siguiente el
monedero vacío de Rosa. Es decir, ahí ya habían sacado el dinero y se iban a comprar más
cocaína para seguir con su fiesta. También se capta
cómo limpian sangre del interior del coche y luego arrojan el papel al mismo lugar.
El presunto asesino de la maestra de Rafelcofer tiene un largo historial de robos muy violentos
Ese papel, con sangre probablemente de
Antonio, que se cortó mientras clavaba más de 20 veces el cuchillo en el pecho de la maestra,
mezclada con la de la víctima, fue recuperado por los agentes de
Criminalística de la
Comandancia de València el mismo domingo y ya ha sido enviada al
Departamento de Biología de Criminalística, en Madrid. El resultado, sin embargo, no se conocerá hasta dentro de muchos meses. Aunque se priorice su análisis, el citado departamento procesa muestras genéticas de todas las investigaciones que lleva a cabo la
Guardia Civil en toda España, por lo que la
tardanza media para obtener resultados es de
entre ocho y doce meses.
Porque vivía sola, era maestra y estaba jubilada
Además, tal como ha venido publicando este diario, los investigadores del grupo de Homicidios de la Guardia Civil están convencidos de que Rubén no solo ayudó a Antonio a limpiar la sangre y a deshacerse de la cartera de la maestra, sino que fue él quien,
agotada la cocaína que llevaban fumando desde el jueves, le
señaló a Rosa como víctima potencial. Porque
vivía sola y, creía, tenía dinero en casa. Solo por el hecho de
ser maestra y estar jubilada.
Y también están convencidos de que
fue él quien llamó al timbre de la mujer sobre las 21.30 horas del sábado, cuando
Rosa estaba cenando. De lo contrario, de no haber conocido a quien llamaba,
jamás habría abierto la puerta. Así lo han afirmado sus hijas y las personas que la conocían de sobra.
El cuerpo sin vida de la mujer fue encontrado13 horas después por una de sus hijas, que
acudió alarmada a su casa al ver que la mujer no contestaba a sus llamadas cuando la telefoneó preocupada porque unos
niños le acababan de llevar la cartera de su madre, que acababan de encontrar tirada en el barranco. Justo donde la habían tirado sus presuntos asesinos.
Los dos presuntos asesinos fueron llevados ayer ante la jueza de Gandia que instruye el caso. El primero en ser puesto ante la magistrada fue Antonio S. E., a quien la
Guardia Civil considera
presunto autor material del acuchillamiento mortal de la mujer, del que
informó en exclusiva Levante-EMV. A su llegada, poco antes de las
11.00 horas de este jueves, soltó un
"yo no sé nada" al ver la nube de periodistas que lo esperaban, cámaras en ristre, a la puerta del juzgado.
Lo mismo sucedió una hora después, sobre las 12.05 horas, cuando el
segundo detenido, Rubén Ú. P. escoltado por la Guardia Civil desde el furgón al juzgado, un camino de apenas 10 metros. Como su compinche, se sintió en la necesidad de decir unas palabras en voz alta, aunque nadie le había preguntado.
"Soc innocent (soy inocente)", manifestó justo antes de acceder a la sede judicial.
Rubén Ú. P. concluyó que Rosa debía tener dinero porque era maestra jubilada y una víctima fácil porque vivía sola
Cambio de tornas en el juzgado: Antonio declara; Rubén se calla
Antonio S. E., que el martes por la tarde se había acogido a su derecho a no declarar ante los agentes de Homicidios a las pocas horas de ser detenido, decidió que ayer, ante la jueza, sí quería hablar. Asistido por su letrado,
Diego Verdú Fuster, explicó durante una hora que
"no recordaba haber tenido ningún conflicto con nadie" y tampoco con la vecina de Rubén. Aseguró que, de haberlo habido, lo recordaría.
Los detenidos por el asesinato de la maestra de Rafelcofer, ante la jueza: "Yo no sé nada" y "Soy inocente"
También contó que ambos
se juntaron el jueves y que, desde ese día, estuvieron fumando cocaína y consumiendo alcohol indistintamente en su casa, en la Font, y en la de Rubén, en Rafelcofer. Que entrada la noche del sábado, y después de que él se autolesionase porque
no le quedaba droja que consumir, dejó que Rubén lo llevase a su casa. Y que no sabe nada más.
Rubén Ú. P., por su parte, recorrió el camino contrario. El miércoles, en la Comandancia de València,
declaró durante dos horas antes los agentes de Homicidios, pero ayer, ante la jueza, aceptó la sugerencia de su abogada, una letrada del turno de oficio, y decidió
guardar silencio.
Extremadamente violento
Antonio S. E., de 46 años,
tal como ha avanzado hoy este diario, tiene un largo historial de delitos extremadamente violentos, entre ellos
robos con violencia a personas en los que empleó
armas blancas para intimidarlas. Exactamente igual que hizo presuntamente con Rosa Carmen. Con un
amplio historial delictivo, que incluye
tráfico de drojas y atentado a agente de la autoridad, está considerado por los agentes del
cuartel de Oliva, que lo conocen a la perfección, como un delincuente
extremadamente agresivo y violento.
Antonio S. E., a su llegada este jueves a los juzgados de Gandia. / AGUSTÍN PERALES IBORRA
De hecho, en una de las últimas detenciones
, se arrancó los grilletes tras haber sido esposado y la emprendió a
golpes con los guardias, lo que obligó a estos a emplearse a fondo para poder reducirlo y meterlo en uno de los calabozos.
Los dos detenidos por asesinar a la maestra de Rafelcofer le robaron el dinero que tenía en casa
El análisis de los cuchillos y de ADN
De momento, la jueza está pendiente de recibir no solo a los dos detenidos, sino también el atestado policial, al que aún faltan algunas pruebas por incorporar. Entre ellas, los resultados de los análisis de
ADN de las muestras
recogidas en casa de la víctima, en el número 10 de la calle Xiquet de
Rafelcofer, que tendrán que ser
cotejados con los perfiles de ambos acusados, y en otros escenarios, como las
viviendas de los dos implicados, por ejemplo.
Así mismo, está pendiente el
análisis de varios cuchillos intervenidos por los agentes del
laboratorio de Criminalística en los registros de las viviendas de ambos presuntos
asesinos, tanto en la de
Rubén Ú. P., que vive prácticamente enfrente de Rosa, en el número 5 de la calle Xiquet, como en la de Antonio 'Toni' S. E., en el número 1 de la calle Miguel Hernández de
la Font d'En Carròs, municipio del que son
oriundos ambos y donde se conocieron hace más de dos décadas, aunque el primero lleva años residiendo en Rafelcofer.
Uno señaló a la víctima; el otro la acuchilló
En principio, de la
investigación llevada a cabo en un tiempo récord por el grupo de Homicidios, se desprende que, casi con toda seguridad, ha sido
Antonio el ejecutor del crimen, pero
Rubén habría sido quien le señaló a la víctima diciéndole que
guardaba dinero en casa. Tal como han podido ser reconstruidos los hechos, los dos presuntos asesinos, ambos
politoxicómanos y con
antecedentes policiales importantes, estaban en casa de Rubén Ú. P. desde la media tarde del sábado,
consumiendo alcohol y cocaína.
Avanzada la noche, cuando se quedaron sin
droja, empezó la
espiral de violencia y ansiedad, porque tampoco tenían dinero. Es en ese momento cuando se sospecha que
decidieron robarlo para seguir con su fiesta y uno le dijo al otro que Rosa tenía dinero.
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No tuvo tiempo para reaccionar
Juntos o Antonio solo, algo que aún no ha podido ser aclarado del todo, habrían
cruzado la calle y llamado al timbre de Rosa Carmen, que estaba sentada en la mesa del comedor,
cenando, tal como adelantó ayer Levante-EMV.
Dejó el plato a medias y abrió. La puerta está muy cerca de la mesa. Sin tiempo para reaccionar, el asaltante se le echó encima. Empezaron los
gritos, el acoso y las amenazas. La arrinconó contra la mesa,
cogió el cuchillo con el que ella estaba cenando y se lo clavó una y otra vez: 16 veces totalmente profundas y otras cuantas, más superficiales. Le causó lesiones mortales en el corazón y en el pulmón.
Él también se cortó. Y dejó su sangre en el suelo del comedor. Le quitó (o quitaron el batín) y lo dejaron caído junto al cuerpo sin vida de Rosa, al pie de la mesa del comedor. Luego,
buscaron y encontraron la cartera y se fueron.
Ese fue todo el botín del salvaje homicidio: el escaso dinero en metálico que la mujer tenía en el monedero.
Mentiras, sangre y más evidencias
Luego, regresaron a la casa de Rubén. Por el camino
dejaron gotas de sangre que llevaron a Homicidios a relacionar de inmediato ambos escenarios y los especialistas de Criminalística, a inspeccionarlos. En esa vivienda, encontraron el
pantalón de chándal de Rubén con manchas de sangre. A la Guardia Civil, primero, y a los periodistas, después, les dijo que su amigo de juventud, Toni,
se había autolesionado en un ataque de ira porque se le había acabado la cocaína y que se había limpiado en su pantalón.
Mentía.
Testimonio de un interrogado por el asesinato de la maestra jubilada de Rafelcofer
Finalmente, a media mañana del martes,
40 horas después de que la hija de Rosa encontrase su cuerpo cosido a cuchilladas en el suelo del comedor de su casa y tras
varios interrogatorios a ambos sospechosos, llegaron los primeros resultados obtenidos por Criminalística en el escenario principal, la casa de Rosa: la
huella dactilar en la puerta y sus
pisadas en sangre en el suelo. Homicidios, que ya había visto las imágenes de la cámara de seguridad y había mantenido
bajo control a los dos presuntos asesinos desde el domingo por la tarde,
decidió que era el momento y los detuvo. Ahora la jueza ha decidido que tambiñen ha llegado el momento de su
ingreso en la prisión de Picassent.