¿Habéis salido del alcoholismo? Métodos, tratamientos etc...

LÖMOCONPIMIENTOS

Madmaxista
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Chupispañistán país de la fregona, el absorbe-chups
Resulta que una persona muy cercana a mi es alcohólica hasta el punto de estar todo el día bebiendo y de bares, su vida es beber continuamente y ha dejado de lado prácticamente el resto de facetas de su vida, soy consciente que de seguir así no va a aguantar mucho más.
Me gustaría saber si aquí hay foreros que han pasado por esa experiencia, o bien ellos, allegados o casos cercanos y como lo pudieron solucionar.
También me gustaría saber si una persona puede ser ingresada en una clínica de rehabilitación en contra de su voluntad, pues como bien sabemos hay mucha gente con adicciones que no se quieren tratar de ellas.
 
También me gustaría saber si una persona puede ser ingresada en una clínica de rehabilitación en contra de su voluntad, pues como bien sabemos hay mucha gente con adicciones que no se quieren tratar de ellas.
Tendrías que demostrar que el alcoholismo le ha causado graves trastorno psiquiátricos y que esa persona no puede hacerse cargo de sí misma. Es prácticamente imposible.

Lo siento por la parte que te toca.
 
Resulta que una persona muy cercana a mi es alcohólica hasta el punto de estar todo el día bebiendo y de bares, su vida es beber continuamente y ha dejado de lado prácticamente el resto de facetas de su vida, soy consciente que de seguir así no va a aguantar mucho más.
Me gustaría saber si aquí hay foreros que han pasado por esa experiencia, o bien ellos, allegados o casos cercanos y como lo pudieron solucionar.
También me gustaría saber si una persona puede ser ingresada en una clínica de rehabilitación en contra de su voluntad, pues como bien sabemos hay mucha gente con adicciones que no se quieren tratar de ellas.

Puedes dejar el alcohol con el uso de la hipnosis, a algunos la hipnosis puede acercarles a la religiosidad y a otros su propia autohipnosis o incluso a sí mismos a molares adicciones tremendas de por vida.
 
Lo familiares/allegados también tienen su día de reunión en Alcohólicos Anónimos.

Allí saben cómo puedes ayudarlo.

Creo que no es exacto esto que dices, los de AA hacen alguna reunión abierta de vez en cuando, a la que puede asistir cualquiera. Pero eso no quiere decir que sean reuniones para familiares.
Lo que si existen son grupos de ayuda para familiares de alcohólicos, que son independientes de los grupos AA propiamente dicho.
Ayudar a un alcohólico es muuy difícil, lo normal es que se le deje vivir su vida hasta que el mismo se de cuenta de que necesita ayuda.
Mientras, las personas que viven en su entorno y que puedan estar afectadas por la bebida de esa persona, pueden acudir a los grupos de familia y aprender a recuperarse de la relación con el enfermo alcohólico.
 
Fui muchas veces a las reuniones de AA apoyando a una amiga (alcohólica y cocainómana) conocí gente de todo tipo y muchos lo habían dejado totalmente, el método que usan funciona. Pero es imprescindible que el adicto se reconozca a sí mismo que lo es, y eso sólo ocurre después de experiencias negativas muy fuertes que les hacen replantearse todo. En esas reuniones conocí a uno que había perdido a su hijo en la Casa de Campo porque se sentó en una terraza y se puso a beber, la policía lo encontró, lo llevó a comisaría y un montón de horas después la progenitora histérica pudo localizarlo, él no apareció por casa hasta el día siguiente. Otros tienen accidentes de coche, separaciones, peleas, pérdidas de trabajo, etc. aunque también algunos reaccionan con cosas que a otros nos parecerían chorradas pero que a ellos les funcionaron.

Además hay que ser muy consciente de que el adicto es un enfermo y lo es para toda la vida, incluso cuando ya no se droja, de manera que siempre hay que estar en guardia.

El medicamento ese que decís que te pone a morir si pruebas el alcohol no funciona, mi amiga lo tomó y cuando vio lo que pasaba lo dejó de tomar, así de simple.

En España en prácticamente imposible ingresar a alguien en contra de su voluntad, yo conozco un caso que sí lo pudieron hacer porque aparte de adicta era esquizofrénica diagnosticada, hay una figura legal que se llama curatela y es la que se usa en estos casos.
 
Última edición:
Le ocurrió a uno de mis primos: se pasaba todo el puñetero día en el bar a base de cervezas. Luego ya empezó con los lingotazos y acabó mal la cosa. Ciertamente es mucho más chungo de lo que parece, te toca la cabeza de mala manera el puñetero alcohol.
 
Vamos que me voy a tener que esperar al desenlace que todos nos olemos y sin poder hacer nada.

La respuesta habitual es que puedes cambiar tu actitud hacia él, si es que es errónea, lo que suele suceder.
Si el alcoholismo afecta tanto a familias y allegados es porque las personas cercanas se implican sin darse cuenta en el alcoholismo del otro. ¿Cómo? Pues de muchas formas.
Hay quien le presta dinero, quien le limpia la casa o le paga las facturas. Muchos mentimos para disimular la situación ante terceros, o le quitamos importancia, o negamos la realidad.
Es fácil que se les disculpe de mil modos, por lo que han sufrido, por algún rasgo de carácter que les obliga a beber, porque son unos incomprendidos o porque es muy alegre.

Es importante que haya un cambio de actitud en su entorno, que por lo menos los cercanos a él/ella recuperen la salud y el equilibrio mental, y que dejen de ser una muleta para los malos hábitos del enfermo.
Y que aprendan a sentirse bien, que recuperen la auto estima que normalmente pierden.
Ese cambio, puede hacer reflexionar al enfermo, y con suerte ayudarle a desear el mismo un cambio.
Pero en última instancia siempre será responsabilidad y logro suyo el dejar de beber, los demás normalmente intentando ayudar empeoramos las cosas.
 
Yo he tenido épocas mejorables -digamoslo así- en este asunto. No sabría decir si mis hábitos de entonces se podrían encuadrar bajo la categoría de alcoholismo, pero sí, bebía; bebía con frecuencia y en abundancia. Era un hábito, sí, pero moderado y bajo un cierto control. No llegó, por ello, a afectarme en asuntos laborales -en realidad, a algunas reuniones y claustros llegué a ir más allá de lo razonable- ni económicos, por eso mantengo la cautela de no calificar tal costumbre de enfermedad.

Era bebedor desde joven, tanto de modo social como asociado a mi ámbito estrictamente personal, en soledad o para realizar actividad intelectual. Luego, con mi primera mujer, la cosa se acabó de jorobar, en tanto que ella era bastante peor que yo y no logramos llevar una vida precisamente sosegada. Separado de ella, el asunto, naturalmente, mejoró sin hacer nada especial, hasta estabilizarse en lo que está ahora: un hábito rigurosamente controlado que en nada afecta a mi trabajo o relaciones sociales, pero que, no sé si suerte o por desgracia, está asociado a mi forma de vida.

Ahora bebo poco, normalmente licores y casi siempre en casa. No sé si puedo ayudarle porque creo haber huido siempre del arquetipo del alcohólico: nunca he bebido porque fuera infeliz o con poca gracia ni nunca consideré el alcohol como un tótem de la autodestrucción; bebía -y bebo- por placer y nada hay en ese acto por mi parte de conciencia de una lamentación por la vida maltrecha. Vivo, en cambio, razonablemente feliz y del todo conforme con lo que me ha tocado en mi discurrir por el mundo; y, en él, bebo porque me gusta.
 
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