Nunca fue tan fácil acabar con una megacorporación: Monsanto se dedica a un ámbito del que podemos prescindir sin que nuestra vida se vea afectada: no es una teleco, ni una empresa puntera en medicina, ni nada. Es una empresa de fertilizantes, armas químicas y semillas. Y podemos vivir sin patentes en dos de esos campos
Una simple ley, con un simple artículo, que diga:
1. Quedan excluidos del sistema de patentes todas aquellos descubrimientos, investigaciones e invenciones, cualesquiera que sea su tipo, clase o especie, que pertenezcan, total o parcialmente, al campo de la alimentación, el cultivo, las aguas o el aire, salvo las que tengan una aplicación exclusivamente industrial.
2. Se establece la excepción para el caso de los fertilizantes, pero sobre estos no podrá existir ningún derecho de uso exclusivo.
3. Asimismo, todas las patentes actualmente en vigor en estos campos quedan anuladas, y su contenido pasa a ser de dominio público.
4. No existen, ni podrán existir excepciones de ninguna clase, tipo o especie a esta norma".
Y, cinco minutos después de publicarla, Monsanto se hunde.