Nikolay
Madmaxista
Este es un ejemplo de cuán adoctrinado está.
"Cada día estoy más orgulloso del maravilloso sistema que nos hemos dado todos los españoles. Si, puede que tenga algún fallo. Lo admito. Pero no debemos olvidar que éste es el menos malo de los sistemas posibles. Eso segurísimo.
Gracias a nuestra democracia, todos tenemos derecho a opinar lo que queramos y expresarlo libremente. Siempre que nuestra opinión se ajuste a los valores democráticos, claro, porque hay ideas que son peligrosas y deben ser erradicadas. Aunque para ello sea necesario prohibir libros y símbolos, encarcelar libreros, censurar cualquier opinión antidemocrática, o inventarse la figura del "delito de repruebo".
La democracia nos ha traído una educación gratuita estupenda. Es cierto que los libros de texto tienen unos precios desorbitados y que estamos a la cola de los países europeos en cuanto a la calidad de la enseñanza, pero lo importante es que nuestros hijos son educados en la tolerancia y la libertad.
También es verdad que esa tolerancia ha convertido a nuestros niños en una legión de tiranos indolentes, pero siempre es mejor eso, que crecer con traumas provocados por la disciplina.
Gozamos de un código penal orientado a la rehabilitación y reinserción del delincuente. ¿Que a veces se "reinsertan" auténticos depravados y se pone más afán en mantener a los criminales que en proteger a sus víctimas? ¿Que hay delincuentes que nunca son condenados, bien porque nuestro código penal es más blando que mimosín, bien porque dichos delincuentes son menores o son altos cargos de alguna institución? Eso es demagogia. La ley no es perfecta, pero es igual para todos. Bueno, para todos menos para los hombres denunciados por violencia de género (en cuyo caso, no hacen falta pruebas ni existe la presunción de inocencia, por supuesto) y para los fascistas y derivados (estos nacen siendo culpables, según un estudio de la universidad de Tel Aviv).
La liberación de la mujer es otro logro que debemos a nuestra democracia. La posibilidad de abortar, la incorporación al mercado laboral y el reconocimiento de derechos fundamentales como poder abrir una cuenta en el banco (¿quién no está deseoso de depender de un banco, hoy en día?), han hecho posible que nuestra sociedad sea el no va más del bienestar. Se ha conseguido terminar con el caduco concepto de familia tradicional que tanto daño ha hecho a nuestra cultura y se empieza a vislumbrar el final del heteropatriarcado opresor, si bien hay detalles insignificantes que parecen empañar este glorioso momento de éxtasis feminista, como la galopante inestabilidad laboral (también producto de nuestro adorable sistema) y la caída en picado del índice de natalidad.
Nada que no pueda resolverse con unos cuantos millones de pagapensiones campando a sus anchas por Europa. Puede que sus costumbres sean diferentes a las nuestras (las suyas son mejores, en todo caso), que un gran porcentaje de ellos cometa delitos y que hayan colapsado nuestra seguridad social, pero ese es el precio que hay que pagar para disfrutar de una sociedad multicultural, y no estar dispuesto a pagarlo es el primer paso para cometer un delito de repruebo, el más deleznable de los crímenes.
Algunos elementos dañinos para el espíritu democrático tratan de envenenar a la sociedad llamando estafa a nuestra sagrada democracia, inventando falacias sobre los TTIPs, criticando el sistema de autonomías, acusando a los gobiernos democráticos de acabar con todas las ventajas sociales que casualmente trajeron los fascismos a Europa y despreciando nuestro patriotismo constitucional, a la vez que enarbolan conceptos totalitarios y genocidas como meritocracia, honor, valor, patriotismo, orgullo, tradición o raza.
Afortunadamente, nuestros gobiernos, elegidos de forma legítima y democrática, velan siempre por el bien de la ciudadanía y el cumplimiento de la Constitución, manteniendo a raya a estos elementos subversivos.
¿Qué habría sido de España si no hubiera llegado esta democracia?"
Por Matria Militia
"Cada día estoy más orgulloso del maravilloso sistema que nos hemos dado todos los españoles. Si, puede que tenga algún fallo. Lo admito. Pero no debemos olvidar que éste es el menos malo de los sistemas posibles. Eso segurísimo.
Gracias a nuestra democracia, todos tenemos derecho a opinar lo que queramos y expresarlo libremente. Siempre que nuestra opinión se ajuste a los valores democráticos, claro, porque hay ideas que son peligrosas y deben ser erradicadas. Aunque para ello sea necesario prohibir libros y símbolos, encarcelar libreros, censurar cualquier opinión antidemocrática, o inventarse la figura del "delito de repruebo".
La democracia nos ha traído una educación gratuita estupenda. Es cierto que los libros de texto tienen unos precios desorbitados y que estamos a la cola de los países europeos en cuanto a la calidad de la enseñanza, pero lo importante es que nuestros hijos son educados en la tolerancia y la libertad.
También es verdad que esa tolerancia ha convertido a nuestros niños en una legión de tiranos indolentes, pero siempre es mejor eso, que crecer con traumas provocados por la disciplina.
Gozamos de un código penal orientado a la rehabilitación y reinserción del delincuente. ¿Que a veces se "reinsertan" auténticos depravados y se pone más afán en mantener a los criminales que en proteger a sus víctimas? ¿Que hay delincuentes que nunca son condenados, bien porque nuestro código penal es más blando que mimosín, bien porque dichos delincuentes son menores o son altos cargos de alguna institución? Eso es demagogia. La ley no es perfecta, pero es igual para todos. Bueno, para todos menos para los hombres denunciados por violencia de género (en cuyo caso, no hacen falta pruebas ni existe la presunción de inocencia, por supuesto) y para los fascistas y derivados (estos nacen siendo culpables, según un estudio de la universidad de Tel Aviv).
La liberación de la mujer es otro logro que debemos a nuestra democracia. La posibilidad de abortar, la incorporación al mercado laboral y el reconocimiento de derechos fundamentales como poder abrir una cuenta en el banco (¿quién no está deseoso de depender de un banco, hoy en día?), han hecho posible que nuestra sociedad sea el no va más del bienestar. Se ha conseguido terminar con el caduco concepto de familia tradicional que tanto daño ha hecho a nuestra cultura y se empieza a vislumbrar el final del heteropatriarcado opresor, si bien hay detalles insignificantes que parecen empañar este glorioso momento de éxtasis feminista, como la galopante inestabilidad laboral (también producto de nuestro adorable sistema) y la caída en picado del índice de natalidad.
Nada que no pueda resolverse con unos cuantos millones de pagapensiones campando a sus anchas por Europa. Puede que sus costumbres sean diferentes a las nuestras (las suyas son mejores, en todo caso), que un gran porcentaje de ellos cometa delitos y que hayan colapsado nuestra seguridad social, pero ese es el precio que hay que pagar para disfrutar de una sociedad multicultural, y no estar dispuesto a pagarlo es el primer paso para cometer un delito de repruebo, el más deleznable de los crímenes.
Algunos elementos dañinos para el espíritu democrático tratan de envenenar a la sociedad llamando estafa a nuestra sagrada democracia, inventando falacias sobre los TTIPs, criticando el sistema de autonomías, acusando a los gobiernos democráticos de acabar con todas las ventajas sociales que casualmente trajeron los fascismos a Europa y despreciando nuestro patriotismo constitucional, a la vez que enarbolan conceptos totalitarios y genocidas como meritocracia, honor, valor, patriotismo, orgullo, tradición o raza.
Afortunadamente, nuestros gobiernos, elegidos de forma legítima y democrática, velan siempre por el bien de la ciudadanía y el cumplimiento de la Constitución, manteniendo a raya a estos elementos subversivos.
¿Qué habría sido de España si no hubiera llegado esta democracia?"
Por Matria Militia
