Txomin43
Madmaxista
Recuerdo con rabia unas palabras de María Dolores de Cospedal espetadas el año pasado al populacho, criticando los escraches y las protestas en las calles, una palabras en las que menospreciaba y condenada a los españoles a la resignación, justificando su poder absoluto por el refrendo de las urnas y retando a quien no estuviera de acuerdo con su gestión a presentarse a las elecciones, consciente de su poder respaldado por un bipartidismo intocable.
Corrían buenos tiempos para el Partido Popular, con un PSOE en horas bajas que no remontaba en las encuestas, una mayoría absoluta que les acercaba al absolutismo y un régimen con un monarca a la cabeza en el que se pensaba que todo estaba atado y bien atado.
Se gobernaba en contra del pueblo, exigiendo sacrificios en aras de una supuesta recuperación económica para la que se debía seguir el camino marcado por la Troyka (qué malos hemos sido en Europa, ahora nos toca agachar la cabeza y sufrir el castigo de nuestros socios) y por un Partido Popular en el que se debía tener fe ciega.
Pero María Dolores estaba ignorando a su pueblo, un pueblo que se estaba organizando en diferentes mareas, organizaciones, partidos políticos. Un pueblo que tan solo necesitaba una brecha para poder derribar la impresionante muralla con la que se defendía el poder.
Lo primero que se hizo fue definir al enemigo. Y surgió una palabra, casta, que englobaba a todo ese poder corrupto contra el que había que enfrentarse. El bipartidismo, la monarquía y el poder económico en primer lugar, la troyka detrás. El haber identificado el bipartidismo con la casta, y los errores del PSOE al arrimarse al PP cuando vio las brasas a sus pies hizo temblar los cimientos del régimen.
Si nos fijamos, han aparecido nuevas palabras en nuestro vocabulario. Hasta hace poco nos subyugaban palabras como prima de riesgo, dictadura de los mercados y otras referentes a la economía, a un capitalismo al que nos teníamos que plegar. Ahora han aparecido otras, casta, bipartidismo, régimen, que identifican a un enemigo social, no económico, a batir y una esperanza de que sí se puede.
El régimen reaccionó a la protesta en la calle. A las mayores manifestaciones, a las más mediáticas, mandó a la policía, y los medios afines informaban sobre los incidentes producidos pero no sobre el origen de la protesta. La inmensa corrupción se ignoró y sus efectos (todo el sistema bancario público quebrado y privatizado) nos los dieron en comunión como muelas de molino. Contra las protestas en las redes sociales se realizaron operaciones de escarmiento absurdas... ¿qué cachopo de amenazas de muerte reales suponen 140 caracteres en twitter de un crío de 17 años?
Nos vendieron el espejismo de una recuperación económica que tan sólo existe en los medios, nos intentaron colar un ajuste de cuentas entre traficantes de influencias como un asesinato político, nos colaron una pantomima sobre si un candidato (Papá Pitufo) era o no machista por estar más o menos preparado que su "contrincante" y el pueblo interpretó que a quien estaba insultando y menospreciando era a él, al pueblo, ya que nadie se identificaba con Elena nomeacuerdo del apellido.
Ahora nos meten con calzador una "sucesión monárquica" y la respuesta del pueblo ha sido salir a la calle a pedir un referendum sobre la continuidad de tan erregia institución. Nos dicen que la institución monárquica está en horas bajas y necesita revitalizarse. La realidad que percibimos es que esa institución es parte de la casta y es tan corrupta como ella. Sólo hay que ver que es la institución con el mayor tanto por ciento de sus miembros imputados en casos de corrupción.
Se está produciendo una revolución, lo que denominaría The Spanish Revolution. Esta vez la casta no espera hordas de campesinos y obreros armados luchando contra el régimen, esta vez es mucho peor. Somos millones de españoles hartos de corrupción, de incompetencia y de chulería. Millones de personas armados con una preparación técnica, social y profesional muy superior a quienes nos dirigen, que alardean de haber estudiado una carrera que nunca han ejercido (cuando la han acabado), que han chupado siempre de la berza del partido y que su único trabajo ha sido siempre a cargo de los presupuestos generales del estado.
¿Qué va a pasar? La brecha está abierta. El rey ha abdicado, y mientras el pueblo sale a la calle a celebrarlo y pedir la república el PSOE está obligado a hacer seguidillas al PP y apoyar la nominación del príncipe a ocupar el puesto de tronista que hasta ayer ostentaba su padre, algo ya invendible a sus ex-votantes, con lo que con o sin renovación (eso ya no importa) su descomposición se va a acentuar.
Todo lo que está pasando, lo describí en un libro El sueño español, al que puedes acceder gratuitamente como PDF pinchando este enlace, un libro en el que se narran 40 años de corrupción y expolio, frente a los nuevos tiempos encarnados por los líderes ciudadanos, un libro premonitorio de lo que está pasando.
El PP está asustado. No puede alardear de mantener el tipo cuando 2.000.000 de sus votantes le han dado la espalda, cuando 2.000.000 de sus votantes no se creen su "recuperación económica", cuando quizá la brecha que se ha abierto va a seguir creciendo. Porque insisto, no hay hordas de campesinos y obreros armados, hay médicos, jueces,catedráticos, profesores, científicos, ingenieros, intelectuales, y sobre todo, miles de trabajadores muy formados y con mucha experiencia en contra de la casta, una masa heterogénea que ha identificado perfectamente al enemigo a batir y que se sabe preparada para tomar el poder y sustituir al régimen.
Sabemos que el timo de las preferentes no fue justo, que la reforma eléctrica sólo beneficia a un oligopolio, que la banca pública quebró por culpa de los políticos y que lo pagamos entre todos y después se la regalamos al poder económico una vez saneada, que hay diferencias de tratamiento entre las deudas de las grandes empresas y las de los hipotecados, que se rescata al poder económico con nuestro dinero, que están dejando muchos muertos por el camino y que no es justo, y no lo vamos a permitir.
El PP posiblemente nos venda renovación, pero a apenas año y medio de las elecciones generales están atrapados en su propia trampa. Ahora llegan las municipales, y sus alcaldes tradicionales apenas van a soportar el envite, y de cara a las generales no tienen candidato, como tampoco lo tiene el PSOE. Y no lo van a tener.
El PSOE está perdido, sin rumbo y en franca descomposición. Van a colarnos a Susana Díaz como el bastión de la recuperación, pero no cuela. Harán el paripé de unas primarias, pero están sentenciados y la sangría de votos va a ser mayor aun.
Ahora toca guillotinas en la monarquía, y el futuro pasa por Europa. La troyka no es bienvenida. La gente no se identifica con el presidente de la derecha, el de los recortes, pero la gran estupidez de los socialdemócratas de postular a la presidenta del FMI, Cristina Lagardere, como su candidata a presidir la comunidad europea les va a dejar solos. O Europa cambia su postura respecto a España, o veremos tiempos revueltos en el seno de la Unión. Porque el descontento crece, y no sólo es España, sino Francia, Reino Unido, Grecia o Italia quienes han dicho basta a tanto desmán.
Para finalizar, una reflexión sobre un hecho que a muchos se les ha escapado, pero que afianza más si cabe el concepto de casta. Al parecer tanto Rajoy como Rubalcaba, así como ciertos círculos económicos conocían la decisión de Juan Carlos de abdicar, decisión tomada en enero, decisión que se ocultó no solo al pueblo sino a todos aquellos que no pertenecían a la élite de la casta. Juegan entre ellos, ellos van a caer.
Puedes ver el artículo original aquí
Corrían buenos tiempos para el Partido Popular, con un PSOE en horas bajas que no remontaba en las encuestas, una mayoría absoluta que les acercaba al absolutismo y un régimen con un monarca a la cabeza en el que se pensaba que todo estaba atado y bien atado.
Se gobernaba en contra del pueblo, exigiendo sacrificios en aras de una supuesta recuperación económica para la que se debía seguir el camino marcado por la Troyka (qué malos hemos sido en Europa, ahora nos toca agachar la cabeza y sufrir el castigo de nuestros socios) y por un Partido Popular en el que se debía tener fe ciega.
Pero María Dolores estaba ignorando a su pueblo, un pueblo que se estaba organizando en diferentes mareas, organizaciones, partidos políticos. Un pueblo que tan solo necesitaba una brecha para poder derribar la impresionante muralla con la que se defendía el poder.
Lo primero que se hizo fue definir al enemigo. Y surgió una palabra, casta, que englobaba a todo ese poder corrupto contra el que había que enfrentarse. El bipartidismo, la monarquía y el poder económico en primer lugar, la troyka detrás. El haber identificado el bipartidismo con la casta, y los errores del PSOE al arrimarse al PP cuando vio las brasas a sus pies hizo temblar los cimientos del régimen.
Si nos fijamos, han aparecido nuevas palabras en nuestro vocabulario. Hasta hace poco nos subyugaban palabras como prima de riesgo, dictadura de los mercados y otras referentes a la economía, a un capitalismo al que nos teníamos que plegar. Ahora han aparecido otras, casta, bipartidismo, régimen, que identifican a un enemigo social, no económico, a batir y una esperanza de que sí se puede.
El régimen reaccionó a la protesta en la calle. A las mayores manifestaciones, a las más mediáticas, mandó a la policía, y los medios afines informaban sobre los incidentes producidos pero no sobre el origen de la protesta. La inmensa corrupción se ignoró y sus efectos (todo el sistema bancario público quebrado y privatizado) nos los dieron en comunión como muelas de molino. Contra las protestas en las redes sociales se realizaron operaciones de escarmiento absurdas... ¿qué cachopo de amenazas de muerte reales suponen 140 caracteres en twitter de un crío de 17 años?
Nos vendieron el espejismo de una recuperación económica que tan sólo existe en los medios, nos intentaron colar un ajuste de cuentas entre traficantes de influencias como un asesinato político, nos colaron una pantomima sobre si un candidato (Papá Pitufo) era o no machista por estar más o menos preparado que su "contrincante" y el pueblo interpretó que a quien estaba insultando y menospreciando era a él, al pueblo, ya que nadie se identificaba con Elena nomeacuerdo del apellido.
Ahora nos meten con calzador una "sucesión monárquica" y la respuesta del pueblo ha sido salir a la calle a pedir un referendum sobre la continuidad de tan erregia institución. Nos dicen que la institución monárquica está en horas bajas y necesita revitalizarse. La realidad que percibimos es que esa institución es parte de la casta y es tan corrupta como ella. Sólo hay que ver que es la institución con el mayor tanto por ciento de sus miembros imputados en casos de corrupción.
Se está produciendo una revolución, lo que denominaría The Spanish Revolution. Esta vez la casta no espera hordas de campesinos y obreros armados luchando contra el régimen, esta vez es mucho peor. Somos millones de españoles hartos de corrupción, de incompetencia y de chulería. Millones de personas armados con una preparación técnica, social y profesional muy superior a quienes nos dirigen, que alardean de haber estudiado una carrera que nunca han ejercido (cuando la han acabado), que han chupado siempre de la berza del partido y que su único trabajo ha sido siempre a cargo de los presupuestos generales del estado.
¿Qué va a pasar? La brecha está abierta. El rey ha abdicado, y mientras el pueblo sale a la calle a celebrarlo y pedir la república el PSOE está obligado a hacer seguidillas al PP y apoyar la nominación del príncipe a ocupar el puesto de tronista que hasta ayer ostentaba su padre, algo ya invendible a sus ex-votantes, con lo que con o sin renovación (eso ya no importa) su descomposición se va a acentuar.
Todo lo que está pasando, lo describí en un libro El sueño español, al que puedes acceder gratuitamente como PDF pinchando este enlace, un libro en el que se narran 40 años de corrupción y expolio, frente a los nuevos tiempos encarnados por los líderes ciudadanos, un libro premonitorio de lo que está pasando.
El PP está asustado. No puede alardear de mantener el tipo cuando 2.000.000 de sus votantes le han dado la espalda, cuando 2.000.000 de sus votantes no se creen su "recuperación económica", cuando quizá la brecha que se ha abierto va a seguir creciendo. Porque insisto, no hay hordas de campesinos y obreros armados, hay médicos, jueces,catedráticos, profesores, científicos, ingenieros, intelectuales, y sobre todo, miles de trabajadores muy formados y con mucha experiencia en contra de la casta, una masa heterogénea que ha identificado perfectamente al enemigo a batir y que se sabe preparada para tomar el poder y sustituir al régimen.
Sabemos que el timo de las preferentes no fue justo, que la reforma eléctrica sólo beneficia a un oligopolio, que la banca pública quebró por culpa de los políticos y que lo pagamos entre todos y después se la regalamos al poder económico una vez saneada, que hay diferencias de tratamiento entre las deudas de las grandes empresas y las de los hipotecados, que se rescata al poder económico con nuestro dinero, que están dejando muchos muertos por el camino y que no es justo, y no lo vamos a permitir.
El PP posiblemente nos venda renovación, pero a apenas año y medio de las elecciones generales están atrapados en su propia trampa. Ahora llegan las municipales, y sus alcaldes tradicionales apenas van a soportar el envite, y de cara a las generales no tienen candidato, como tampoco lo tiene el PSOE. Y no lo van a tener.
El PSOE está perdido, sin rumbo y en franca descomposición. Van a colarnos a Susana Díaz como el bastión de la recuperación, pero no cuela. Harán el paripé de unas primarias, pero están sentenciados y la sangría de votos va a ser mayor aun.
Ahora toca guillotinas en la monarquía, y el futuro pasa por Europa. La troyka no es bienvenida. La gente no se identifica con el presidente de la derecha, el de los recortes, pero la gran estupidez de los socialdemócratas de postular a la presidenta del FMI, Cristina Lagardere, como su candidata a presidir la comunidad europea les va a dejar solos. O Europa cambia su postura respecto a España, o veremos tiempos revueltos en el seno de la Unión. Porque el descontento crece, y no sólo es España, sino Francia, Reino Unido, Grecia o Italia quienes han dicho basta a tanto desmán.
Para finalizar, una reflexión sobre un hecho que a muchos se les ha escapado, pero que afianza más si cabe el concepto de casta. Al parecer tanto Rajoy como Rubalcaba, así como ciertos círculos económicos conocían la decisión de Juan Carlos de abdicar, decisión tomada en enero, decisión que se ocultó no solo al pueblo sino a todos aquellos que no pertenecían a la élite de la casta. Juegan entre ellos, ellos van a caer.
Puedes ver el artículo original aquí
