Es que es eso, hace poco leí de alguien, con mucho acierto por su parte, que nosotros ya no podemos devaluar el dinero. Eso es competencia de nuestros socios europeos, los cuales deben estar comprando palomitas en ingentes cantidades para disfrutar del espectáculo.
Así fue como nos libramos de la primera piña, pero lo único que hicimos fue acrecentar las posibilidades de hacernos aún más daño; metafóricamente hablando, si no nos caímos por poco de un primero en el 1992, a ver que va a pasar ahora que estamos en un quinto...