M. Priede
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Sobre los francófilos, que dominan la izquierda, lo dejaremos para otro día. Critican la resistencia de la atrasada España frente a las cultas tropas napoleónicas, saqueadoras y violadoras donde las hubo. Tampoco hablan de las intenciones de Napoleón de extender los límites de Francia hasta el Ebro. Ni siquiera el Rey asiste ya a la victoria de Bailén, y menos desde el 11-m. Ah, la divina Francia frente a la España carpetovetónica, sucia y clerical. Por eso soy de izquierdas, culto y demócrata.
¿Y la derecha? Peor, pero éstos con lo anglo. José Carlos Rodríguez:
José Carlos Rodríguez - Una mirada literaria y sentimental a Inglaterra - Libertad Digital - Cultura
Nunca hablan de las casi tres décadas que los hooligans ingleses se dedicaron a destruir estadios y arrasar calles en el Continente. Seguro que piensan que eso los hace diferentes y por tanto enriquece su patrimonio. O bien una excepción colorista al refinado carácter inglés y que tan bien conocemos los españoles cuando nos visitan de turistas.
Me recuerda este sujeto al tipo de pedante políglota que muchas veces me tocó soportar. No hacen otra cosa que hilar sandeces una detrás de otra, generalmente envueltas en términos del inglés: "es que no sé cómo decirlo en español", suelen añadir.
Vean la pedantería que alcanza:
Todavía hay gente como José Carlos Rodríguez, aunque no se lo crean. Y lo que es peor: van a más. Vox, Santiago Abascal, hombre valiente donde los haya, tanto física como moralmente, pero intelectualmente un Borja Mari de la calle Serrano, puso una fotografía de Churchill en los carteles de propaganda electoral. Eso da de sí la derecha española: lacayismo a espuertas. Más que la izquierda con Francia, bastante más.
Van a más. Sí, ya lo creo. Incluso C´s quiere imponer el trilingüismo en las escuelas. Las matemáticas y la física para los asiáticos, que son unos aburridos, para nosotros todo en inglés, porque saber inglés es lo más importante. Que un niño no se entere de nada de lo que le explican, eso importa poco, porque tanto sus padres como sus maestros y periodistas ya han dicho por activa y pasiva que lo importante es saber inglés. En Finlandia, modelo educativo para la derecha, no tienen ni asignatura de inglés antes de los nueve años. A partir de esa edad lo dan como asignatura y de manera intensiva, por eso hablan tan buen inglés. En España lo importante es formar angloparlantes porque "saber inglés es lo que realmente importa".
De interés:
El desastre del bilingüismo (inglés/español) en la enseñanza:
www.burbuja.info/inmobiliaria/politica/260840-desastre-del-bilingueismo-ensenanza.html
La pederastia en la Gran lechona bajo el mandato de Thatcher
http://www.burbuja.info/inmobiliari...erastia-gran-lechona-mandato-de-thatcher.html
¿Y la derecha? Peor, pero éstos con lo anglo. José Carlos Rodríguez:
José Carlos Rodríguez - Una mirada literaria y sentimental a Inglaterra - Libertad Digital - Cultura
Que le pregunten a los irlandeses lo bien que los trataron. O a los católicos, cuando los desposeyeron de sus tierras (casi el 80% de las tierras británicas pertenecen a la aristocracia) y los persiguieron sin piedad. Que Mohamed VI sea comendador de los creyentes es propio de un país atrasado que no diferencia entre el poder político y el religioso; que la Reina de Inglaterra sea la máxima autoridad eclesiástica es digno de elogio. Por algo es Gran Bretaña.Inglaterra suscita admiración, envidia, rechazo también, y una enorme curiosidad. Particularmente, siempre he sido muy anglófilo, porque su historia y sus instituciones se confunden, porque no han tenido que reinventarse para ser algo, porque no se han rechazado a sí mismos ni se han quedado atados a un pasado cada vez más lejano. Porque la tradición y la vanguardia han ido de la mano. Porque, como dice un autor, "libertad y tolerancia estarían en la misma base del poder político británico", y porque, como dice el mismo sin abandonar el párrafo, la suya era "una política conservadora a fuer de empírica". De esa constatación, más el veredicto aprobatorio de la historia, surge esa punzante admiración de español que tengo por Inglaterra.
Nunca hablan de las casi tres décadas que los hooligans ingleses se dedicaron a destruir estadios y arrasar calles en el Continente. Seguro que piensan que eso los hace diferentes y por tanto enriquece su patrimonio. O bien una excepción colorista al refinado carácter inglés y que tan bien conocemos los españoles cuando nos visitan de turistas.
Me recuerda este sujeto al tipo de pedante políglota que muchas veces me tocó soportar. No hacen otra cosa que hilar sandeces una detrás de otra, generalmente envueltas en términos del inglés: "es que no sé cómo decirlo en español", suelen añadir.
No te digo... Y si es gays seguro que se cree Oscar Wilde. Cuando un gays español viaja a Londres vuelve a España creyéndose Wilde. No falla.El autor citado es Ignacio Peyró. Y su libro, "Pompa y circunstancia. Diccionario sentimental de la cultura inglesa". "Pompa y circunstancia", quizás porque en el libro hay mucho de celebración, aunque sea desde la distancia. Esa distancia la acorta el aprecio por la ironía fina que vierte Peyró por todo el texto y que es tan propia del país que queda retratado en este millar de páginas.
Es decir, una colección de sandeces propias de españolito acomplejado que quiere sentirse inglés."Diccionario sentimental", porque son casi cuatro centenares de entradas ordenadas lexicográficamente y porque no se ha atrevido a escribir diccionario literario. Porque de eso se trata, de pequeños ensayos sobre algunos aspectos de la cultura inglesa.
Además, su carácter de pequeña enciclopedia permite al lector ir de entrada en entrada sin un orden sistemático. Por eso tiene, en las últimas páginas, un índice que recoge todas, para que el lector curioso se pregunte cuál es la historia de la mermerlada de naranja amarga, o la de los paraguas ("de cualquier color, siempre que sea oscuro"), con los que representamos al inglés más estereotipado. ¿Qué significa la palabra imperio, en aquel país? ¿Y el Jerez, esa españolísima ciudad, tan querida por los ingleses por su bottled sunshine? ¿Por qué son rojas las cabinas de teléfono? Las entradas despiertan la curiosidad, y el lector puede ir adelante y atrás, para descubrir aspectos desconocidos de aquella tierra.
Vean la pedantería que alcanza:
Permita el lector que resalte una de las entradas, breve, pero ilustrativa del tono del libro. Agujas:
Misteriosas entre la niebla o solemnes en el crepúsculo, Inglaterra es el país de las altas agujas, de esos chapiteles que -góticos o neogóticos, decorados o perpendiculares- van buscando el cielo desde cualquier vieja ciudad catedralicia. Se alzaron en los tiempos en que los ingleses todavía eran "los píos ingleses" e Inglaterra "la isla de los santos". Salisbury, Newark, Truro, Lichfield: como dice Simon Thurley, sus agujas compiten entre sí como los niños pequeños que levantan la mano para buscar la atención del profesor. Arnold se refirió a Oxford -metonimia de la nación inglesa- como la ciudad de los capiteles que sueñan, y cada página de Trollope tendrá de fondo de escena el remate de una torre. Será que esas agujas forman parte del archivo de un país inmemorial, entresoñado; de la vieja Inglaterra resonante de Medievo, cubierta del verdín de siglos de lluvia.
Ja, ja, ja. Eso es humor y no el de Gila.Esta entrada, como cualquier otra, es una invitación a leer las demás. El libro está tocado por un humor muy inglés, al que dedica, no podía quedar fuera, un breve ensayo: "Para Salaverría hay una risa inglesa, íntima, llena de inteligencia". Cuenta la anécdota de un espectador del cómico Morecame, que le dijo: "Ha estado usted tan gracioso que casi me hace reír". Un humor, nos dice, que se alimenta de tabúes y prohibiciones.
Cesarvidalismo a raudales. ¿Qué ingleses nos envían a España?, porque los hay todavía tan pendejos que son capaces de creerse que todos los ingleses toman el té a las cinco de la tarde con el dedo meñique apuntando al techo cuando sorben de la taza. David Niven. David Niven Rodríguez y Peyró. Quién pudiera.El autor tiene la rara habilidad de retratar a una persona con muy pocas palabras. Como la dura sentencia que se desprende de la escueta entrada dedicada a Neville Chamberlain. O la de David Niven: "En las pantallas del siglo XX, el actor David Niven fue encarnación tan típica de una pureza del englishness que, maravila de las maravillas, en sus películas tenía que ser doblado al inglés americano". Y no tiene empacho en echar por tierra algún mito inglés, como el de las fish and chips.
Todavía hay gente como José Carlos Rodríguez, aunque no se lo crean. Y lo que es peor: van a más. Vox, Santiago Abascal, hombre valiente donde los haya, tanto física como moralmente, pero intelectualmente un Borja Mari de la calle Serrano, puso una fotografía de Churchill en los carteles de propaganda electoral. Eso da de sí la derecha española: lacayismo a espuertas. Más que la izquierda con Francia, bastante más.
Jatetú.Uno de los motivos que le confieren valor a esta obra es que está escrita desde España,
No te digo... España, para el anglómano español es 'júrgol', lo demás caspa espesa. Ya digo: como la izquierda, o peor.como se ve tanto en alguno de los autores citados como en esta o aquella mención a nuestro país. Como cuando habla de fútbol: "A España le cupo el honor de ser el primer equipo continental en vencer a Inglaterra". O, con un tono menos glorioso, cuando dice:
Y cuanto más anglómano te vean, más te despreciarán. Tuyo es el mérito.Es característico que ni en la prensa inglesa de hoy ni en la de ayer se haya podido uno encontrar con las piezas casticistas tan propias de la prensa en España.
Ooooh, qué british es todo. Qué finura, qué ironía.Que Inglaterra es un país de usos sutiles lo prueba la diferenciación social en función del buen o mal inglés que hable uno. Pero hay criterios de distinción que no pueden entenderse en cualquier otro país. Dice Peyró: "Cuanto más oscuro sea el color y más corteza tenga la mermelada, mejor clase social; cuanto más picada esté la corteza y más claro sea el color de la conserva, peor clase social". Por cierto, que cuando presentó el libro el autor reconoció que, al comprar el enésimo libro sobre mermeladas, llegó a preguntarse a qué estaba dedicando su vida. Ya lo sabemos.
Ya saben, lean "el Peyró". Recomendado por José Carlos Rodríguez. Ardo en deseos de acercarme a esa literatura tan esmerada, tan fina, tan lejos de la coprofilia torrentil española.Dice Ignacio Peyró de Nikolaus Pevsner que "le cabe la rara gloria de que su apellido sirva para reconocer toda una obra". Y cuando habla de su admirado Walter Bagehot escribe: "Su libro ha adoptado el nombre del autor, y el Bagehot es fresco como de hoy por la mañana". Lo mismo ocurrirá con Pompa y circunstancia, al que los lectores denominarán "el Peyró". Es un libro para acompañarnos toda la vida, para sacarlo del reposo de la biblioteca con cada llamada de nuestra curiosidad por Inglaterra. Es, sin duda, uno de los grandes libros de los últimos años.
Van a más. Sí, ya lo creo. Incluso C´s quiere imponer el trilingüismo en las escuelas. Las matemáticas y la física para los asiáticos, que son unos aburridos, para nosotros todo en inglés, porque saber inglés es lo más importante. Que un niño no se entere de nada de lo que le explican, eso importa poco, porque tanto sus padres como sus maestros y periodistas ya han dicho por activa y pasiva que lo importante es saber inglés. En Finlandia, modelo educativo para la derecha, no tienen ni asignatura de inglés antes de los nueve años. A partir de esa edad lo dan como asignatura y de manera intensiva, por eso hablan tan buen inglés. En España lo importante es formar angloparlantes porque "saber inglés es lo que realmente importa".
De interés:
El desastre del bilingüismo (inglés/español) en la enseñanza:
www.burbuja.info/inmobiliaria/politica/260840-desastre-del-bilingueismo-ensenanza.html
La pederastia en la Gran lechona bajo el mandato de Thatcher
http://www.burbuja.info/inmobiliari...erastia-gran-lechona-mandato-de-thatcher.html
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