azkunaveteya
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200.000 trabajadores vascos tendrán el 8 de julio como única regulación obligatoria el salario mínimo
Bilbao. "En las empresas donde no estemos organizados el empresario podrá modificar las condiciones de la plantilla a su antojo". Así define ELA el escenario en el que se moverán las relaciones laborales desde el próximo 7 de julio, fecha en la que, salvo acuerdo de última hora, decaerán la mayoría de convenios de sector de la CAV. "Es indiscutible que, si los convenios pierden su vigencia, las condiciones pasan a ser modificables por las empresas unilateralmente", afirma Cebek. ELA y la patronal vizcaina vienen a decir más o menos lo mismo: tras el 7 de julio la capacidad de maniobra del empresario al fijar las condiciones de sus trabajadores va a ser mucho mayor que ahora. Algunos solo tendrán que cumplir el Estatuto del Trabajador: 645 euros al mes y un máximo de 40 horas a la semana.
A una semana para llegar al 7 de julio, los agentes sociales prácticamente dan por hecha la pérdida de la regulación laboral que ampara a la mayoría de trabajadores vascos, esto es, los convenios sectoriales provinciales. El día 8 se abrirá por tanto un nuevo modelo de negociación colectiva que convertirá en habitual el que dos trabajadores de dos empresas situadas una enfrente de la otra, del mismo tamaño y sector, tengan condiciones totalmente distintas.
Este hecho será así, en primer lugar, porque decaerá el paraguas que hasta ahora establecía unas condiciones mínimas a través del convenio de sector. Estos acuerdos son un sostén para los trabajadores pero también para las empresas ya que, sin este marco, se abrirá la veda para que una compañía rebaje salarios y aumente jornada con el objetivo de incrementar su competitividad o, dicho de otra manera, de vender más barato. Esto dejaría en desventaja a la empresa de al lado, que se vería obligada a intentar hacer lo mismo.
El centenar de convenios de sector que desaparecerán entre el 7 de julio y final de 2013 -la mayoría decaen el 7 de julio pero algunos conservan un plazo algo mayor- amparan a 340.000 asalariados vascos que no tienen convenio de empresa. Las condiciones de este grupo, más de la mitad de los trabajadores protegidos por la negociación colectiva, pasarán a regirse por el convenio de ámbito estatal, siempre que este haya sido desarrollado por completo, algo que sucede en pocos casos.
La bajada de escalón al ámbito estatal ya supone de por sí una caída cualitativa en las condiciones laborales de estos trabajadores, como muestra la comparación de dos convenios del mismo sector, uno estatal y otro provincial vasco. La última revisión salarial del convenio de Artes Gráficas de Bizkaia establece un sueldo bruto anual mínimo de 17.320 euros al año y un máximo de 36.075, niveles similares al de Gipuzkoa, con una horquilla salarial de entre 16.660 euros y 40.443 -revisión de 2009-. El convenio estatal del mismo sector fija una retribución mínima de 13.245 euros y una máxima de 31.644 euros, una diferencia considerable tanto por arriba como por abajo.
En cuanto a la otra gran pata de los convenios, el acuerdo de este sector de Bizkaia establece una jornada máxima de 1.706 horas al año, mientras que el convenio español establece 1.776 horas anuales. La diferencia es aproximadamente de 0,3 horas más al día, es decir, hora y media más a la semana y seis más al mes.
estatuto del trabajador Los más de 2.000 vizcainos amparados hasta ahora por el convenio provincial de Artes Gráficas pasarían a regirse por el estatal. Pero, pese a la rebaja de condiciones, no son los que peor lo tienen. Y es que la mayoría de convenios de ámbito vasco no tienen un espejo estatal y, si lo tienen, las materias principales como los salarios o la duración de la jornada no están reguladas. La referencia pasará a ser, en estos casos, el Estatuto del Trabajador, que únicamente obliga a pagar el Salario Mínimo Interprofesional (645,30 euros al mes en 14 pagas) y a no sobrepasar las 40 horas semanales, es decir, 1.820 al año.
Este es el caso de sectores de peso como el metal, la construcción y el comercio. En el comercio vizcaino, los salarios oscilan entre 14.000 y 20.000 euros al año. En el caso de que un trabajador cayese al pozo del Estatuto del Trabajador, pasaría a cobrar apenas 9.000 euros anuales.
La brecha es aún mayor en el sector del Metal, en el que el acuerdo estatal no regula los salarios. El último acuerdo de Bizkaia del Metal, que caducó el 31 de diciembre de 2011, fue firmado en 2008 en minoría por CC.OO. y UGT y establecía una horquilla de entre 15.500 euros al año del peón ordinario a 26.000 del ingeniero licenciado, más complementos.
Casi con toda probabilidad, estos dos convenios, así como el de Gipuzkoa y el de Araba, dejarán de ejercer de red el 7 de julio. Entonces, los metalúrgicos que tengan convenio de empresa en vigor mantendrán las condiciones laborales, mientras que el resto, más de 100.000 trabajadores en la CAV, quedarían con la única sujección del salario mínimo.
dudas jurídicas
¿Significa esto que automáticamente, el 8 de julio, los 100.000 metalúrgicos de la CAV, así como el resto de trabajadores sin referencia ni provincial ni estatal, unos 200.000 en total, van a caer al Estatuto del Trabajador? La mayoría de sindicalistas y empresarios coinciden en que no será así. La desaparición del marco legal en principio implica que las empresas ya no tienen la obligación de mantener las condiciones, pero hay elementos que juegan en favor de los trabajadores.
El primero es que algunos convenios, como el del Metal y el de Artes Gráficas de Bizkaia, recogen en su articulado una cláusula que obliga a mantener las condiciones hasta que se firme uno nuevo -algo así como un desarrollo por escrito de la ultraactividad-. La duda que surge en esos casos es: ¿Qué tiene más valor, lo que dice cada convenio o la reforma laboral? Los sindicatos y los empresarios difieren en este asunto, que probablemente tendrá que ser resuelto en los tribunales.
Además, algunos expertos opinan que las condiciones fijadas en el convenio que se han venido cumpliendo pueden considerarse derechos adquiridos del trabajador, un punto de vista al que podrían agarrarse los sindicatos para tratar de evitar en los juzgados una rebaja de condiciones en una empresa. En lo que sí parece haber coincidencia es en que para los nuevos contratos a partir del 7 de julio la referencia, en caso de no haber convenio de empresa, será el suelo vigente en el sector, bien sea el acuerdo estatal o el Estatuto del Trabajador.
Y, lo más importante, aunque desaparezca el convenio provincial y la ley dé al empresario la posibilidad de bajar los salarios, eso no significa necesariamente que vaya a hacerlo. El responsable del área jurídico-laboral de Cebek, Mikel Andérez, aboga por que cada empresa realice una auditoría para comprobar hasta qué punto la modificación de condiciones es imprescindible para garantizar su viabilidad: "Los empresarios tienen que actuar guiados por sus necesidades, por la prudencia y asesorados por expertos".
El nuevo escenario es calificado por los sindicatos de "ley de la selva", si bien las patronales subrayan que buena parte de la responsabilidad es de las propias centrales por querer impedir la aplicación de una reforma que, recuerdan, no es sino la legalidad vigente. Por último, puede suceder que un convenio se renueve tras el 7 de julio, una vez perdida su fuerza legal. ¿Se podría recuperar o el vacío es definitivo? De nuevo, la respuesta la tendrán los jueces.
Salto al vacío de los 645 euros al mes. Deia. Noticias de Bizkaia..
Bilbao. "En las empresas donde no estemos organizados el empresario podrá modificar las condiciones de la plantilla a su antojo". Así define ELA el escenario en el que se moverán las relaciones laborales desde el próximo 7 de julio, fecha en la que, salvo acuerdo de última hora, decaerán la mayoría de convenios de sector de la CAV. "Es indiscutible que, si los convenios pierden su vigencia, las condiciones pasan a ser modificables por las empresas unilateralmente", afirma Cebek. ELA y la patronal vizcaina vienen a decir más o menos lo mismo: tras el 7 de julio la capacidad de maniobra del empresario al fijar las condiciones de sus trabajadores va a ser mucho mayor que ahora. Algunos solo tendrán que cumplir el Estatuto del Trabajador: 645 euros al mes y un máximo de 40 horas a la semana.
A una semana para llegar al 7 de julio, los agentes sociales prácticamente dan por hecha la pérdida de la regulación laboral que ampara a la mayoría de trabajadores vascos, esto es, los convenios sectoriales provinciales. El día 8 se abrirá por tanto un nuevo modelo de negociación colectiva que convertirá en habitual el que dos trabajadores de dos empresas situadas una enfrente de la otra, del mismo tamaño y sector, tengan condiciones totalmente distintas.
Este hecho será así, en primer lugar, porque decaerá el paraguas que hasta ahora establecía unas condiciones mínimas a través del convenio de sector. Estos acuerdos son un sostén para los trabajadores pero también para las empresas ya que, sin este marco, se abrirá la veda para que una compañía rebaje salarios y aumente jornada con el objetivo de incrementar su competitividad o, dicho de otra manera, de vender más barato. Esto dejaría en desventaja a la empresa de al lado, que se vería obligada a intentar hacer lo mismo.
El centenar de convenios de sector que desaparecerán entre el 7 de julio y final de 2013 -la mayoría decaen el 7 de julio pero algunos conservan un plazo algo mayor- amparan a 340.000 asalariados vascos que no tienen convenio de empresa. Las condiciones de este grupo, más de la mitad de los trabajadores protegidos por la negociación colectiva, pasarán a regirse por el convenio de ámbito estatal, siempre que este haya sido desarrollado por completo, algo que sucede en pocos casos.
La bajada de escalón al ámbito estatal ya supone de por sí una caída cualitativa en las condiciones laborales de estos trabajadores, como muestra la comparación de dos convenios del mismo sector, uno estatal y otro provincial vasco. La última revisión salarial del convenio de Artes Gráficas de Bizkaia establece un sueldo bruto anual mínimo de 17.320 euros al año y un máximo de 36.075, niveles similares al de Gipuzkoa, con una horquilla salarial de entre 16.660 euros y 40.443 -revisión de 2009-. El convenio estatal del mismo sector fija una retribución mínima de 13.245 euros y una máxima de 31.644 euros, una diferencia considerable tanto por arriba como por abajo.
En cuanto a la otra gran pata de los convenios, el acuerdo de este sector de Bizkaia establece una jornada máxima de 1.706 horas al año, mientras que el convenio español establece 1.776 horas anuales. La diferencia es aproximadamente de 0,3 horas más al día, es decir, hora y media más a la semana y seis más al mes.
estatuto del trabajador Los más de 2.000 vizcainos amparados hasta ahora por el convenio provincial de Artes Gráficas pasarían a regirse por el estatal. Pero, pese a la rebaja de condiciones, no son los que peor lo tienen. Y es que la mayoría de convenios de ámbito vasco no tienen un espejo estatal y, si lo tienen, las materias principales como los salarios o la duración de la jornada no están reguladas. La referencia pasará a ser, en estos casos, el Estatuto del Trabajador, que únicamente obliga a pagar el Salario Mínimo Interprofesional (645,30 euros al mes en 14 pagas) y a no sobrepasar las 40 horas semanales, es decir, 1.820 al año.
Este es el caso de sectores de peso como el metal, la construcción y el comercio. En el comercio vizcaino, los salarios oscilan entre 14.000 y 20.000 euros al año. En el caso de que un trabajador cayese al pozo del Estatuto del Trabajador, pasaría a cobrar apenas 9.000 euros anuales.
La brecha es aún mayor en el sector del Metal, en el que el acuerdo estatal no regula los salarios. El último acuerdo de Bizkaia del Metal, que caducó el 31 de diciembre de 2011, fue firmado en 2008 en minoría por CC.OO. y UGT y establecía una horquilla de entre 15.500 euros al año del peón ordinario a 26.000 del ingeniero licenciado, más complementos.
Casi con toda probabilidad, estos dos convenios, así como el de Gipuzkoa y el de Araba, dejarán de ejercer de red el 7 de julio. Entonces, los metalúrgicos que tengan convenio de empresa en vigor mantendrán las condiciones laborales, mientras que el resto, más de 100.000 trabajadores en la CAV, quedarían con la única sujección del salario mínimo.
dudas jurídicas
¿Significa esto que automáticamente, el 8 de julio, los 100.000 metalúrgicos de la CAV, así como el resto de trabajadores sin referencia ni provincial ni estatal, unos 200.000 en total, van a caer al Estatuto del Trabajador? La mayoría de sindicalistas y empresarios coinciden en que no será así. La desaparición del marco legal en principio implica que las empresas ya no tienen la obligación de mantener las condiciones, pero hay elementos que juegan en favor de los trabajadores.
El primero es que algunos convenios, como el del Metal y el de Artes Gráficas de Bizkaia, recogen en su articulado una cláusula que obliga a mantener las condiciones hasta que se firme uno nuevo -algo así como un desarrollo por escrito de la ultraactividad-. La duda que surge en esos casos es: ¿Qué tiene más valor, lo que dice cada convenio o la reforma laboral? Los sindicatos y los empresarios difieren en este asunto, que probablemente tendrá que ser resuelto en los tribunales.
Además, algunos expertos opinan que las condiciones fijadas en el convenio que se han venido cumpliendo pueden considerarse derechos adquiridos del trabajador, un punto de vista al que podrían agarrarse los sindicatos para tratar de evitar en los juzgados una rebaja de condiciones en una empresa. En lo que sí parece haber coincidencia es en que para los nuevos contratos a partir del 7 de julio la referencia, en caso de no haber convenio de empresa, será el suelo vigente en el sector, bien sea el acuerdo estatal o el Estatuto del Trabajador.
Y, lo más importante, aunque desaparezca el convenio provincial y la ley dé al empresario la posibilidad de bajar los salarios, eso no significa necesariamente que vaya a hacerlo. El responsable del área jurídico-laboral de Cebek, Mikel Andérez, aboga por que cada empresa realice una auditoría para comprobar hasta qué punto la modificación de condiciones es imprescindible para garantizar su viabilidad: "Los empresarios tienen que actuar guiados por sus necesidades, por la prudencia y asesorados por expertos".
El nuevo escenario es calificado por los sindicatos de "ley de la selva", si bien las patronales subrayan que buena parte de la responsabilidad es de las propias centrales por querer impedir la aplicación de una reforma que, recuerdan, no es sino la legalidad vigente. Por último, puede suceder que un convenio se renueve tras el 7 de julio, una vez perdida su fuerza legal. ¿Se podría recuperar o el vacío es definitivo? De nuevo, la respuesta la tendrán los jueces.
Salto al vacío de los 645 euros al mes. Deia. Noticias de Bizkaia..
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