He estado en Detroit recientemente, todos tienen la culpa.
Lo peor del asunto es que los ciudadanos blancos del norte eran "buenistas" -comparados con los racistas xenófobos del sur- y eso atrajo a millones de almas.
Al principio todo era multiculti y buenrollismo. Luego las presiones demográficas, el dilema del prisionero -si me piro el primero mi casa vale más, si me piro el último mi casa no vale una cosa- y la crisis de superproducción hicieron el resto.
El mantra del crecimiento infinito rebentó. La mecanización -que no automatización- hizo del factor trabajo un valor residual y eso disparó las tensiones raciales.
¿Adivinen quien era gobernador de Michigan en esa época? Un tal Romney, el padre del que se presenta ahora en las presidenciales.
Los neցros también tuvieron lo suyo. Se acostumbraron a tirar del cuento del "¿Es porque soy neցro, no?" victimizándose para recibir ayudas y discriminaciones positivas.
Y no, no siempre era porque eran neցros.
Que fueran iletrados del sur con muy poco sustrato educacional tampoco ayudaba. Pero claro, lo del tonalidad de la piel coló para todo.
Cuando sus hijos fracasaban en la escuela lo hacían porque eran neցros, no porque en su casa no hubiera un mal libro ni el hábito de estudiar. Cuando no les cogían en la fábrica era porque eran neցros, no porque no hubieran acabado la formación y ahora sin formación no se podía entrar a manejar maquinaria pesada, etc.
Es decir, el "american dream" que duró unos años -para neցros, polacos, irlandeses- de trabajar sin especialización y subir una família con más posiblidades se truncó al necesitar trabajadores cualificados que requerían unas aptitudes y actitudes que muchos no supieron o quisieron obtener.
Mientras tanto no dejaban de llegar del opresivo sur. De ahí las tensiones raciales por sobredimensionamiento en un urbanismo carente del nivel de absorción necesario.
Se legisló para las minorías -entonces- se hicieron leyes de "discriminación positiva", se crearon "cuotas" para asegurar las mismas oportunidades a quienes no eran iguales... no por tonalidad sino por circunstancias.
Y pasó lo que tenía que pasar. Un desastre.
En cuanto se entronizaron algunos ghettos fué obligatorio el "busing" o los hijos de barrios buenos se van a estudiar a los barrios malos y viceversa. Los famosos autobuses amarillos.
Eso fué el colmo para muchos que no querían ver a sus hijos cruzar la ciudad a diario y se fueron al condado abandonando la ciudad.
La fabricación esos años de las autopistas y nichos de comunicación rápida entre los centros de negocio y los suburbios ricos y blancos también ayudó.
Y con la marcha paulatina de los "white tax payers" hacia condados se creo un efecto retroalimentado: Como eran menos los paganos se subían impuestos en la ciudad por peores servicios y como acababan hasta las pelotas se iban y dale a la manivela.
Así se llegó a la segregación quasi completa. Básicamente por el complejo racial y la mal interpretada idea de "igualdad de oportunidades por raza en lugar de por mérito".
Los primeros que renegaron del sistema fueron los afroamericanos que habiendo creído en la meritocracia se esforzaron en labrarse un futuro mejor y que veían que se les podía ver como otros "de quota".
Con el paso del tiempo, las minorías pasaron a ser mayorías y con la fuga de los "tax payers" se entró en bancarrota.
En Detroit, en Cleveland, en Baltimore, en las tolerantes y aperturistas ciudades industriosas y portuarias del norte.
Por cargarse la meritocracia. Por achantarse por razones de raza.