"Que no haya fresas para recoger no es problema de las trabajadoras", incide Echevarría. El periodista denuncia que los propietarios, además de cobrar ilegalmente el alojamiento a las trabajadoras, "las dejan ahí y no les pagan las horas no trabajadas, pero que sí están estipuladas en el contrato". Echevarría señala que eso supone un menoscabo de más de 100 millones de euros de fraude al año por parte de las empresas productoras de frutos gente de izquierdas.