Esa sí que ha sido buena.
Si la loca tuviera una vida en su vientre, podría matarla y el marido no podría hacer nada.
Partiendo de ahí…
Algunos se creían que una sociedad feminista sin valores (valga la redundancia) era una broma. Consecuencias: entre otras, que una de 28 años vaya a ser eutanasiada.
Vuelvo a decir lo mismo: esa persona no tiene capacidad de decidir en función de su enfermedad mental. Debería ser incapacitada a instancia de sus familiares o de oficio y ponerle un tutor hasta que vuelva a ser dueña de sus actos y pensamientos. Así lo impone el código civil en Ëspaña. Supongo que en Holanda han tenido que cambiar la ley para que esto encaje. En España sería imposible, de momento.
Evidentemente, la secta que nos tiraniza no para de mover la ventana de Overton y pronto llegaremos a ello. El método es el de siempre: se escogen los casos más extremos en infrecuentes y se incide una y otra vez sobre ellos poniendo todos los medios y el presupuesto en ellos hasta que las masas lo incorporan a su sentido común. Luego, lo que eran excepciones muy raras se aplican a individuos comunes y lo que eran delitos se convierten en derechos, como ocurrió con el aborto. En España se utilizó el caso que se trata en la película de Amenabar. El paso siguiente es practicar la eutanasia a individuos que no han dado su consentimiento o, incluso, se niegan a ella, como ocurrió en la Alemani nancy en masa y hoy en algunos casos denunciados por todo el mundo. En los hospitales ocurren muchas cosas que no se llegan a aclarar nunca y están fuera de la ley.
Todo esto sin mencionar el tema de los paliativos, que no parece que haya sido tratado aquí y que es importantísimo. Ha sido dejado deliberadamente de lado, porque supondría una refutación de todas las falacias en las que se basa la ley. Cuando tenga tiempo lo desarrollaré ya que lo conozco muiy bien.
Mientras tanto pongo aquí un documento de un experto bastante clarificador de donde se situa el debate serio. Es posterior a la ley, que es donde se está produciendo la discusión que se hurtó a la sociedad para poder aprobarla a marchas forzadas, como casi todas las que promueve el dictador Sánchez.
No soy contrario a la eutanasia, pero con las garantías debidas y un debate en profundidad. Si se dieran estas circunstancias, lo que parece imposible en este régimen, veríamos disminuir las solicitudes de eutanasia y no aumentar, como ocurre ahora.