Sí, es cierto que el principal problema es la promoción de las drojas: televisión, música, cine... Las campañas antidroga ya no existen, y las pasadas fueron ridículas: aquellos tiempos de Maradona...
Pero, a mi modo de ver, legalizar y despromocionar es como sorber y soplar al mismo tiempo. Como ya dije, la ley es docente: se tiene a confundir lo legal con lo bueno, especialmente en esta sociedad cuyos valores están tan íntimamente ligados a la ley. La gente no evita hacer cosas porque sean malas, sino porque tienen miedo a la pena legal.
Si se quiere acabar con las drojas de verdad, el único camino es el asiático (China, Corea, Japón).
También es cierto que esta política choca con la libertad de cada cual de consumir lo que le dé la gana, y es cierto también que hay consumidores de droja "responsables".
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drojas como el acohol no solo llevan miles de años acompañando al hombre, sino que tienen sus lugares y tiempos de consumo, sus rituales. Todos sabemos cuándo y cómo beber una copa de vino, y la sociedad es muy intolerante, impacable, con quien bebe en el coche, en el trabajo o se abre una cerveza para desayunar. Esto es una cultura de consumo.
En los porros no existe cultura del consumo. Los porretas fuman como y cuando les da la gana: en las pausas del trabajo, en transporte público, antes de coger el coche, mientras están con los niños... Por mor de esa capa raída de libertad de la que presumen,se creen con derecho a consumir sin cumplir ningún tipo de reglamento, a diferencia de lo que ocurre con el alcohol.
A ello contribuye que los porros idiotizan mucho más que el acohol, de forma intensa pero también extensa. Un borracho está borracho cuando bebe; el porreta muestra ese estado de alelamiento o empanamiento a todas horas, fume o no fume.