El tío del bigote cogió un país totalmente arruinado y lo convirtió en una potencia industrial y militar en apenas 5 o 6 años; China pasó de ser un país rural y perversos a ser la segunda potencia mundial en 30 años; Corea del Sur lo mismo, igual que Japón.
España, con una dictadura tercermundista y una población semianalfabeta, consiguió ser una potencia industrial, y ahora, con “democracia” y las generaciones “mejor preparadas de la historia”, va cuesta abajo y sin frenos, directo a convertirse en un gran pilinguiclub para turistas, jubilados y funcivagos del que los jóvenes que aspiran a emprender o prosperar, haciendo algo más que servir copas, vegetar en el sector público o poner el cazo reclamando su IMV, huyen en desbandada.