El estado no os puede garantizar inquilinos solventes del agrado de las aseguradoras con las que contratar un seguro de impago. Para ello, el salario mínimo debería ser unas tres veces superior al precio del alquiler, de forma que éste no suponga más de un 30% de este precio.
Si este porcentaje, cifra más que subjetiva - estimada por los que patrocinan este tipo de hilos- no os parece correcta, podéis modificarlo a vuestro antojo, pero siempre estaréis infinitamente por debajo de las cifras reales, el coeficiente salario mínimo/precio medio alquiler es de un 1.1, es decir, el precio del alquiler supone un 110% de media. Por una cuestión de mera estadística, solo un ínfimo porcentaje encontraréis a la tan ansiada pareja de funcionarios A1 (ansiada para alquilarless zulos, al mismo tiempo que por otro lado less deseáis morir), neurocirujanos dispuestos a al quilar un picadero en puerta del Ángel y demás quasi-aliens.
Sois vosotros los mismos los que os oponéis a la subida de salarios, tanto el mínimo, como la risión del salario por convenio. Ni siquiera los salarios en el principio del percentil 90 están al nivel de los requerimientos que os exigen las aseguradoras, siendo irrelevante el hecho de que hagáis uso de ellas o no, pues el riesgo sigue siendo el que calculan éstas y el salario mínimo requerido para contratar el seguro, superior al que pagan los empresarios.
El salario mínimo NETO en Madrid es de 1080 euros.
El salario NETO medio y moda habiendo una desviación media ínfima en Madrid ess de 1350 euros.
El precio medio del alquiler de una vivienda en Madrid según EnAlquiler es de 1776 euros.
El precio medio del alquiler de una vivienda de 3 habitaciones en zona no tensionada es muy similar a la media total: 1750.
Un puñetero estudio mínimo es 800 y el precio medio de una fruta habitación es de 450 (casi la mitad del sueldo medio).
Por tanto, no puede haber seguridad jurídica, de lo que si podéis estar totalmente seguros es de no encontrar tantos inquilinos solventes. El estado no os puede garantizar inquilinos solventes, porque no los hay. Es más, los nuevos inquilinos, son aún más pobres.
Os han dicho que el precio de un bien es el que alguien está dispuesto a pagar, pero esto no es lo que os digan que os van a pagar -los vendedhumos que os aconsejaron invertir- y otra muy distinta lo que realmente puedan y quieran (están realmente dispuesto a pagar) los clientes.
Las cuentas no salen. Vuestras viviendas no valen tanto como pensáis.
Aunque os hayan hecho creeer lo contrario:
¡Sois pobres!
Os han engañado, badulaques.