crocodile
Será en Octubre
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Parte 4.
...En consecuencia, para Ucrania y Occidente, la condición para el cambio parece ser la salida del poder de una forma u otra de Vladimir pilinguin (extremadamente improbable en el futuro previsible), mientras que los dirigentes rusos aparentemente cifran sus esperanzas en una posible cambio de poder en los Estados Unidos en las elecciones de noviembre 2024 del año. Por lo tanto, lo más probable es que Moscú tenga la intención de continuar las hostilidades al menos hasta 2025, y posiblemente más, en previsión de lograr una poderosa superioridad militar sobre Ucrania...
...En condiciones de estancamiento en el frente y en un esfuerzo por ejercer presión principalmente política sobre el enemigo, se prestará mayor atención a los ataques políticamente sensibles y de importancia propagandística contra los objetivos de la retaguardia de cada uno, pasando cada vez más a una “guerra de las ciudades” en el espíritu de la guerra Irán-Irak. Esta tendencia se nota claramente en el lado ucraniano, incluso en sus constantes exigencias a Occidente de armas de largo alcance. Por lo tanto, podemos esperar que aumenten las víctimas civiles y los daños a la infraestructura civil. Los recursos rusos son importantes, pero el simple hecho de aumentar la producción y reparación de tanques, sistemas de artillería y proyectiles obsoletos no garantizará el éxito militar, sino que sólo convertirá la guerra en permanente, con muchos años de gasto colosal de la riqueza nacional y, tarde o temprano, consecuencias socioeconómicas y políticas internas negativas. El punto de inflexión sólo puede lograrse saturando las fuerzas armadas con medios de guerra modernos, principalmente de alta precisión y no tripulados, así como con equipos de reconocimiento, designación de objetivos y guerra electrónica. Se trata de una tarea nada trivial desde el punto de vista tecnológico y militar-industrial. Es poco probable que Rusia pueda arreglárselas con soluciones políticas, militares e industriales baratas y paliativas...
Pero después de tales análisis surge una pregunta razonable: "¿Quién tiene la culpa de este caos?"
...En consecuencia, para Ucrania y Occidente, la condición para el cambio parece ser la salida del poder de una forma u otra de Vladimir pilinguin (extremadamente improbable en el futuro previsible), mientras que los dirigentes rusos aparentemente cifran sus esperanzas en una posible cambio de poder en los Estados Unidos en las elecciones de noviembre 2024 del año. Por lo tanto, lo más probable es que Moscú tenga la intención de continuar las hostilidades al menos hasta 2025, y posiblemente más, en previsión de lograr una poderosa superioridad militar sobre Ucrania...
...En condiciones de estancamiento en el frente y en un esfuerzo por ejercer presión principalmente política sobre el enemigo, se prestará mayor atención a los ataques políticamente sensibles y de importancia propagandística contra los objetivos de la retaguardia de cada uno, pasando cada vez más a una “guerra de las ciudades” en el espíritu de la guerra Irán-Irak. Esta tendencia se nota claramente en el lado ucraniano, incluso en sus constantes exigencias a Occidente de armas de largo alcance. Por lo tanto, podemos esperar que aumenten las víctimas civiles y los daños a la infraestructura civil. Los recursos rusos son importantes, pero el simple hecho de aumentar la producción y reparación de tanques, sistemas de artillería y proyectiles obsoletos no garantizará el éxito militar, sino que sólo convertirá la guerra en permanente, con muchos años de gasto colosal de la riqueza nacional y, tarde o temprano, consecuencias socioeconómicas y políticas internas negativas. El punto de inflexión sólo puede lograrse saturando las fuerzas armadas con medios de guerra modernos, principalmente de alta precisión y no tripulados, así como con equipos de reconocimiento, designación de objetivos y guerra electrónica. Se trata de una tarea nada trivial desde el punto de vista tecnológico y militar-industrial. Es poco probable que Rusia pueda arreglárselas con soluciones políticas, militares e industriales baratas y paliativas...
Pero después de tales análisis surge una pregunta razonable: "¿Quién tiene la culpa de este caos?"