Ser agnóstico carece de sentido, ya que se mantiene abierto a la posibilidad de la existencia o no de esa tetera cósmica, lo cual va en contra de la lógica, pues de esa manera no se avanzaría ya que el razonamiento se vería obstaculizado por todo aquello que puede existir o no.
Por ejemplo, un arquitecto agnóstico no podría construir encima de un terreno porque hay escritos de que esa tetera destruiría el planeta si eso ocurriera y aunque no seas creyente de la tetera, al ser agnóstico, te impediría construir el edificio por si se diera esa posibilidad; en cambio un ateo construiría el edificio sin problemas.
Por tanto, el ateísmo, en su esencia, representa una postura humilde frente al conocimiento. Es simplemente no creer en algo para lo cual no existen evidencias. Es así de simple. Sin embargo, si en el futuro se demostrara de manera clara la existencia de un dios, como ateo, no tendría objeción en aceptar esa nueva consideración.