España siempre ha sido un país reaccionario, tendente al totalitarismo, apegado al pasado y sin voluntad real de progreso. El famoso "que inventen ellos!" de Unamuno. Nunca ha sido un país que haya querido liderar, que haya querido ser pionero, que haya querido ser una referencia. Es una pena porque con el descubrimiento de América, lo pudo haber sido, pero se conformó con lo de siempre: robar a los conquistados, hacer cuatro cosas para quedar bien y, con lo robado, darse la vida padre unos pocos y montar una superestructura administrativa de la que pueda vivir mucha gente hasta que todo eso colapse. Hasta Cervantes era funcivago, así que imagínate. Lo poco que ha habido en España que haya tenido visión de futuro, iniciativa y demás ha sido brutalmente abatido y la plebe lo ha aplaudido porque el gobierno es fiel reflejo del pueblo.
Francia, aún con sus cosas, es muy distinta: la UE tiene su programa espacial gracias a que los franceses tienen Kourou; intentaron hacer triunfar su propio internet, el llamado Minitel; se han mantenido férreos en el asunto de la energía nuclear; desarrollaron el SECAM mientras España nunca intentó desarrollar su propio sistema y adoptó el PAL alemán; casi todas las asociaciones deportivas internacionales las fundaron ellos, además de recuperar los Juegos Olímpicos... Son un país mucho más emprendedor y, por eso, entre otras cosas, son más que España.