El frente del Mar Rojo
Se incrementan los ataques del movimiento yemenita Ansar Allah contra barcos mercantes en el
estrecho de Bab el-Mandeb. Los hombres de Ansar Allah –peyorativamente denominados “hutis”
en la prensa occidental– atacan no sólo los barcos de armadores israelíes sino también navíos que
hacen escala en Israel. Esas acciones están teniendo repercusiones directas sobre la economía de
Israel, ya afectada por la movilización masiva de reservistas decretada en el marco de la guerra
contra la población de Gaza.
Como consecuencia de la movilización generalizada, Israel está importando prácticamente todo lo
que necesita y el cierre del estrecho de Bab el-Mandeb a los barcos vinculados a intereses israelíes
obliga a encaminar las importaciones por otras vías, mucho más costosas. Además, las compañías
aseguradoras también están aumentando considerablemente sus pólizas para todo barco
vinculado a Israel o que haga escala en ese país.
Debido a todo lo anterior, y en aras de fortalecer la seguridad de su aliado israelí, Estados Unidos
ha adoptado una nueva estrategia. Timothy A. Lenderking, el enviado especial del presidente
estadounidense Joe Biden para Yemen, ha comenzado a reactivar los grupos armados que
Emiratos Árabes Unidos había creado durante la guerra de Arabia Saudita contra Yemen,
conflicto donde el reino saudita era aliado de Israel. Washington espera así hacer el mayor daño
posible a Ansar Allah para obligarlo a renunciar a sus acciones en el estrecho de Bab el-Mandeb.
El enviado del presidente Biden para Yemen también ha iniciado consultas con los aliados de
Washington en la región para determinar qué tipo de medidas coercitivas unilaterales –lo que la
propaganda occidental llama “sanciones”– pueden aplicarse en este caso y qué tipo de
coordinación militar puede organizarse contra Ansar Allah.
Durante el incidente más reciente reportado desde el “frente” del Mar Rojo, el buque de guerra
francés Languedoc tuvo que derribar 2 misiles de Ansar Allah cuando acudió en ayuda del petrolero
Strinda, perteneciente a la compañía noruega Mownickels, que se dirigía a Israel desde Malasia.
Las potencias occidentales afirman que Ansar Allah sigue órdenes de Teherán pero ese
movimiento yemenita actúa siguiendo una lógica propia y, aunque depende de Irán en materia de
armamento, se fija sus propios objetivos y sus dirigentes se plantean ahora la posibilidad de
organizar un envío masivo de combatientes a Gaza –concretamente se ha mencionado la cifra de
500 000 hombres.
Pillamos palomitas..
