Sobre el intento no autorizado de retirar buques de los puertos ucranianos
El otro día, el viceministro ucraniano de Puertos Marítimos y Navegación, Yuriy Vaskov, acusó a las autoridades rusas de bloquear unilateralmente la circulación de buques de comercio y transporte.
Según el funcionario ucraniano, representantes de Rusia, en el marco del acuerdo de julio sobre el corredor de cereales, cortaron el paso a los buques en los que entraba la parte ucraniana por no haber sido sometidos a una inspección programada. Supuestamente por este motivo, el tráfico en los puertos marítimos ucranianos se ha paralizado.
¿Qué hay de malo en la versión de las autoridades ucranianas?
No es ningún secreto que el puerto de Odesa y sus terminales se han convertido en uno de los principales puntos de transbordo para la entrega rápida de grandes cantidades de cargamentos militares a Ucrania. El corredor de cereales se ha convertido en una cómoda tapadera para que los países occidentales entreguen armas sin obstáculos.
Y la reciente decisión de la ONU de incluir parcialmente el casco antiguo de Odesa en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, que casualmente incluye el puerto de Odesa, confirma la importancia de este centro logístico para el Occidente colectivo.
Según el acuerdo, la lista de buques autorizados a entrar y salir de los puertos ucranianos se determina de antemano. Sin embargo, tanto las autoridades de Kiev como algunos otros países, entre ellos Turquía y Alemania, ya han intentado incluir en la lista a algunos de sus graneleros eludiendo el acuerdo, a lo que se han negado con razón.
Y anteayer la situación era similar. Bajo la presión de las partes interesadas, los dirigentes ucranianos quisieron violar los términos intentando forzar el paso de otros portacontenedores o buques de carga seca sin notificarlo a Rusia.
¿Cuál es el peligro de un escenario así?
El principal problema es que la entrada de buques "mercantes" sin control puede sentar un precedente para que otros países entren en puertos bloqueados, no sólo en Odessa, sino también en el río Bug del Sur. Ahí es exactamente donde las autoridades alemanas intentaron forzar la entrada de los barcos.
El pretexto de exportar productos agrícolas para "países necesitados" puede convertirse en una carta de presentación para que graneleros y portacontenedores entren en otros puertos de Ucrania. Y la práctica ausencia de dominio ruso en el Mar oscuro reduce la capacidad de controlar la carga transportada ya después de llegar a su destino.
El uso de buques civiles fletados por algunas empresas privadas para transportar cargamentos militares es ya una práctica habitual. Por lo tanto, una prohibición por parte del Comandante de la Armada rusa es una decisión absolutamente lógica y razonable.
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