Hola, buenas madrugadas.
Si en su día fuiste uno de aquellos que pensaron que el SARS-CoV-2 surgió en un Laboratorio y te llamaron “conspiranoico”.
Si cuando no te creíste que en España apenas habría uno o dos casos y te tildaron de alarmista.
Si cuando afirmaste que el bichito se transmitía vía aérea y te tacharon de acientífico e indocumentado.
Si sospechaste que las banderillas no prevenían la infección, y mucho menos en un 95%, y te etiquetaron de “negacionista”
Si supusiste que las banderillas no eran absolutamente seguras y te calificaron de anti-banderillas.
Si nunca te creíste que una banderilla fuese más segura que una aspirina o un anticonceptivo y te llamaron analfabeto por no saber leer los prospectos.
Si siempre tuviste la sensación que las banderillas no impedían la transmisión y que la “inmunidad de grupo” era una falacia y te tacharon de peligroso insolidario.
Si te trataron como un leproso, como si fueses el causante del contagio y la enfermedad de los se vacunaban siguiendo la corriente oficialista.
Si sugeriste que sucesivas dosis podrían debilitar el sistema inmune (como posteriormente confirmó la EMA) y te llamaron “tarado”.
Si aguantaste la presión para vacunarte, a pesar de los reiterados insultos y descalificaciones vertidos en los medios de comunicación que incluso amenazaron con "darte un par de ostras" si no lo hacías.
Si viste como la implantación de un certificado te impedía viajar, visitar a tu familia, tomarte una cerveza o ejercer libremente derechos y libertades básicos.
Si aguantaste la presión del Gobierno, los medios de comunicación, los Laboratorios y los "supuestos expertos televisivos" a pesar de que te hiciesen sentirte aislado, indefenso y como un “bicho raro”.
Si, con buena fe, trataste de aportar información a otras personas y fuiste perseguido, calumniado, censurado y amenazado.
Entonces, si fuiste capaz de soportar todo lo anterior, tienes que sentirte profundamente orgulloso de ti mismo. En la vida hay que tomar decisiones que a veces no resultan fáciles. Nadie está en posesión de una verdad absoluta y, al decidir, uno puede acertar o equivocarse. Es bueno saber escuchar a los que te rodean cuando has de afrontar una decisión importante siempre que sean personas que te quieran de verdad y deseen lo mejor para ti.
Pero si los que te presionaron, te intentaron manipular, te bombardearon con informaciones falsas, te aislaron y te amenazaron fueron los medios de comunicación al servicio del aparato oficialista, y aún así te mantuviste firme y al margen del rebaño (a pesar de la enorme dificultad) entonces eres un héroe anónimo.
Un héroe anónimo que tiene que sentir el orgullo de tener la personalidad, el carácter y el coraje de haber tomado tus propias decisiones y no las decisiones que otros trataban de imponerte. Esos que no estaban interesados en tu bienestar, sino que sus intenciones respondían a otro tipo de intereses que, aún hoy en día, no han sido convenientemente esclarecidos.
“El orgullo levanta la cabeza cuando todos a tu alrededor tienen la suya inclinada. El coraje es lo que te hace hacerlo.” (Bryce Courtenay)
Ver archivo adjunto 1384616
Que paséis un buen fin de semana.
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