Un oligarca ruso pide al Kremlin que no castigue a los trabajadores rusos en el extranjero.
Uno de los magnates más ricos de Rusia ha pedido este lunes a las autoridades que toleren, en lugar de castigar, a cientos de miles de trabajadores que han huido al extranjero debido a la guerra en Ucrania, argumentando que el país necesita su capacidad intelectual.
"Las personas que trabajan para nuestra economía desde el extranjero, de forma remota o de otra manera, no deben ser castigadas", ha dicho el ejecutivo multimillonario de metales Vladimir Potanin al portal de noticias en línea RBC, pidiendo que se deje de hablar de medidas punitivas contra ellos, algo que ha calificado como "demagogia".
Potanin ha dicho que Moscú debía ser tolerante incluso si los trabajadores remotos tenían puntos de vista que no agradaban a los patriotas rusos, una referencia al hecho de que muchos de los que se fueron, incluidos los especialistas en TI, lo hicieron para evitar ser reclutados en el ejército o porque no estaban de acuerdo con lo que Moscú llama a su "operación militar especial" en Ucrania.
Se estima que Potanin es la persona más rica o la segunda más rica de Rusia gracias a su participación en el gigante de los metales Nornickel. La escala del éxodo, que algunos medios rusos estiman en hasta 700.000 personas, una cifra que el Kremlin sugiere que es exagerada, ha alimentado los temores de una fuga de cerebros en un momento en que Rusia está bajo duras sanciones económicas occidentales.