Que sea un chaval de 175, 180,o 160 es intrascendente.
Hace ya muchos años, más de veinte, conocí en Amsterdam a un chaval guatemalteco, indito perdido, uno sesenta, medio centímetro entre diente y diente, la cara parecía que se la habían hecho de plastilina y a martillazos.
Casado con una azafata de la klm que se te caían los narices al suelo, y cada noche de farra con una distinta, en el trabajo todos locos por una chavalita de veinte años que estaba buenísima, y el único que se la folló fue él.
Y te puedo contar muchos casos más que he visto a lo largo de mi vida.
Seguís con la idea de que para ligar hay que medir dos metros, tener los veinte centímetros de rigor, ganar mínimo 3k limpios al mes, conducir un BMW descapotable, tener un penthouse pagado en el centro de Madrid, y ser portero de waterpolo. Y no te digo que eso no ayude, eso está claro, pero pensar que si no tienes eso eres un pobre diablo que no ama en la vida es una equivocación.