El problema que tienen los afeminados es que hasta el año 91existía una montaña inmensa de bibliografía apoyando la definición de la gaysidad como lo que realmente es, una patología de tipo psiquiátrico y una desviación sensual DE LIBRO, como tantísimas otras.
La descatalogación de la misma como enfermedad no se hizo en base a argumentos médicos, sino puramente ideológicos. Y ellos en el fondo lo saben.
Pero claro llega un momento en que infiltran y ganan poder entre determinadas opciones políticas. Saben del rechazo mayoritario de la sociedad, que es así no por casualidad ni por adoctrinamiento en tanto es demasiado mayoritario y visceral para que pueda ser así. Es la típica aversión de origen natural que es sancionada o ratificada por posteriores reglas o dogmas de carácter cultural, ideológico o religioso.
Y claro comienzan una amplia operación siguiendo la ortodoxia gramsciana para usando técnicas de ingeniería social intentar revertir o modificar la percepción de la realidad imperante.
Usan herramientas de dos tipos. Represivas, es decir persiguiendo y censurando o marginando a aquel que cuestione sus postulados y "positivas" fomentando, difundiendo y publicitando dentro de contextos SIEMPRE atractivos conductas que ellos consideran normales.
Nunca veréis en estas pelis progres dos bolleras machorras (como lo son la mayoría) o con pinta de zumbadas que resulten desagradables. Siempre son dos pijinas aseadas, guapas y muy "normales" que se dan un piquito casto y sin mayor escándalo. Están obviamente vendiéndonos un producto.
Todo va en la misma dirección. Forzar la realidad siguiendo unos perfectamente estudiados pasos en su propaganda. Que en realidad son extrapolables a casi cualquier otro ámbito. Desde convencernos de que comer insectos es guay a que vivir de una determinada forma es lo mejor.
El jamón ibérico apenas necesita propaganda. Una cerveza fresquita en un día de calor tampoco. En cambio hacer pasar por conductas atractivas o normales aquellas que son mayoritariamente rechazadas sí.
Vivimos en una sociedad que apenas es religiosa, la mayoría de los niños ya ni siquiera se sabe los 10 mandamientos o el padre nuestro. Pero la aversión a la gaysidad persiste porque simplemente es genuina y natural. Lo mismo que los niños prefieren juegos violentos y las niñas los rechazan.
Ellos lo saben. Así que la única manera que tienen de imponer su realidad es forzando y manipulando la del resto. La propaganda debe ser constante y omnipresente. Al punto de intentar convertir lo que siempre ha sido un consenso absoluto en practicamente todas las sociedades humanas en una especie de mera "superstición" plenamente superada.
No apelan a argumentos científicos o biológicos. Porque no pueden. Solo a la pura emotividad. Mirad que guapas son esas tortis, que majas y que buenas, mirad lo que se quieren ¿No se merecen lo mismo que el resto? Mirad que graciosos y excentricos son esos mariquitas ¿Veis que enrollados y divertidos?
Todo lo que sea para evitar la gran pregunta ¿Qué narices tiene que ver como sea una persona con la condición natural que lo define? ¿Acaso los diabéticos buenos y majísimos dejan de ser enfermos por ello? ¿Si tu hermano que por lo demás es una bellísima persona se pincha heroína su conducta deja de ser reprobable?
Cualquier conducta humana puede ser tolerada o permitida. Lo que no se puede cambiar es la naturaleza última de esa conducta. Y en ello están.
Por eso lo de respetar o no la gaysidad no es una cuestión solo jovenlandesal sino también científica y filosófica. O dicho en roman paladino que una cosa es dejar de apedrear gaies y otra que nos hagan para ello comulgar con ruedas de molino.