Imagino que entre los mensajes de ayer ya se habrá puesto este artículo de Alastair Crooke, pero con tantos mensajes, imposible localizarlo.
Traducción automática.
La "destrucción constructiva" del modelo de relaciones de Rusia con Occidente
por
Alastair Crooke .
pilinguin quiere decir lo que dice: Rusia tiene la espalda contra la pared, y no hay adónde retroceder; para ella, es una cuestión existencial.
El colectivo Occidente ya estaba enojado. Y está apoplético después de que el presidente pilinguin conmocionara a los líderes occidentales al ordenar una operación militar especial en Ucrania, que es ampliamente descrita (y vista en Occidente) como una declaración de guerra: "un asalto de conmoción y pavor en ciudades de toda Ucrania". Occidente está tan enojado que el espacio de información se ha dividido literalmente en dos: todo es
blanco y neցro , nada de gris. Para Occidente, pilinguin desafió a Biden; unilateral e ilegalmente “cambió las fronteras” de Europa y actuó como una “potencia revisionista”, intentando cambiar no solo las fronteras de Ucrania, sino también el orden mundial actual. "
Treinta años después del final de la Guerra Fría, nos enfrentamos a un esfuerzo decidido por redefinir el orden multilateral ”,
advirtió el Alto Representante de la UE, Josep Borell. “
Es un acto de desafío. Es un manifiesto revisionista, el manifiesto de la revisión del orden mundial ”.
pilinguin es presentado como un nuevo Hitler y sus acciones son calificadas de "ilegales". Se afirma que rompió el acuerdo de Minsk 2 (sin embargo, las repúblicas declararon su independencia en 2014, firmaron Minsk en 2015 y fue Rusia quien nunca firmó el acuerdo y, por lo tanto, no puede violarlo). De hecho, es Estados Unidos quien ha vetado efectivamente el proceso de Minsk desde 2014, y la publicación de la correspondencia diplomática de Rusia en noviembre de 2021 reveló que Francia y Alemania no tenían la intención de presionar a Kiev para una implementación significativa. Y así, habiendo llegado a la conclusión de que un acuerdo negociado, como se estipula en los acuerdos de Minsk, simplemente no sucedería,
El difunto Stephen Cohen
escribió sobre los peligros de un maniqueísmo tan incondicional: cómo el espectro de un malvado pilinguin había invadido y envenenado tanto la imagen de Estados Unidos que Washington no podía pensar con claridad, no solo sobre pilinguin, sino también sobre Rusia. La opinión de Cohen es que esta demonización absoluta socava la diplomacia. ¿Cómo hacer la parte de las cosas con el mal? Cohen pregunta cómo pudo haber sucedido esto. Sugiere que en 2004, el columnista
del NY Times , Nicholas Kristof, sin darse cuenta explicó, al menos parcialmente, la demonización de pilinguin. Kristof se quejó amargamente de haber sido "
engañado por el señor pilinguin". No es una versión sobria de Boris Yeltsin ”.
La mayoría de los rusos, sin embargo, apoyan a pilinguin por el reconocimiento de las repúblicas de Donbass, que luego persiguió al obtener el permiso de la cámara alta del parlamento ruso para el uso de fuerzas armadas fuera de Rusia (como lo exige la constitución). La resolución del Consejo de la Federación fue respaldada por unanimidad por los 153 senadores que se reunieron en sesión extraordinaria este martes.
En su discurso nacional, pilinguin habló con una amargura que muchos rusos reflejan. Él ve los desarrollos políticos posteriores a 2014 en Ucrania como diseñados para crear un régimen antirruso en Kiev, alimentado por Occidente y con intenciones hostiles hacia Rusia. pilinguin ilustró este punto explicando que “
el sistema de control de tropas ucraniano ya se ha integrado en la OTAN. Esto significa que el Cuartel General de la OTAN puede dar órdenes directas a las Fuerzas Armadas de Ucrania, incluso a sus unidades y escuadrones separados ”. pilinguin también señaló que la constitución rusa estipula que las fronteras de las regiones de Donetsk y Lugansk deben ser como eran "
cuando formaban parte de Ucrania". ". Esta es una redacción cautelosa: las fronteras de las dos repúblicas sufrieron cambios significativos después del golpe de Maidan. (El reclamo histórico de Donetsk sobre la costa de Mariupol está en cuestión).
La declaración de reconocimiento de pilinguin estuvo acompañada de un ultimátum a las fuerzas de Kiev para que cesaran su bombardeo de artillería en la Línea de Control o enfrentaran consecuencias militares. Sin embargo, durante toda la noche del miércoles, la situación en la línea de contacto se calentó, con fuego de artillería pesada; pero el jueves por la mañana temprano, por primera vez, las fuerzas de Kiev utilizaron múltiples disparos de cohetes a través de la Línea de Control. (Alguien del lado de Kiev obviamente quería una escalada, tal vez para presionar a Washington). pilinguin ordenó de inmediato lo que obviamente era una operación especial preparada de antemano "para desmilitarizar y desnazificar Ucrania". El ejército ruso anunció horas después de la ofensiva que todos los sistemas de defensa aérea de Ucrania habían sido desactivados. Se ha confirmado una presencia aérea rusa masiva, incluidos aviones de combate y helicópteros, en gran parte del país.
Es posible que esta operación (que según pilinguin no tiene como objetivo ocupar Ucrania), siga el patrón de Georgia en 2018, donde las fuerzas rusas se retiraron a los pocos días. Este fue también el caso en Kazajstán. Simplemente no sabemos si ese será el caso en Ucrania, lo más probable es que no. Cuando pilinguin habló de “desnazificación”, se refería a que Estados Unidos cooptó una
formación neonazi en las fuerzas armadas ucranianas para
ayudar a organizar el golpe de estado de Maidan de 2014. La infame brigada de neonazis Azov demostró ser la forma más eficaz de combatir. para repeler a las milicias de la RPD en la región de Donbas. (Ucrania es la única nación en el mundo que tiene un
formación neonazi en sus fuerzas armadas y habrá cuentas que saldar).
Sin embargo, la orden especial de pilinguin, como sin duda pretendía, conmocionó profundamente a Occidente con su decisiva respuesta militar. Ha puesto al mundo, y a sus mercados financieros y
energéticos , en vilo.
Es este último aspecto el que podría convertirse en el más llamativo. En 1979, los disturbios en el Medio Oriente hicieron que los precios de la energía se dispararan (como lo hacen hoy) y las economías occidentales colapsaron. Pase lo que pase en los próximos días, debe quedar claro que la breve conferencia de prensa de pilinguin del 22 de febrero está actuando como se esperaba, como un poderoso acelerador. La “
destrucción constructiva ” del viejo orden mundial ocurrirá más rápido de lo que muchos de nosotros habíamos imaginado. Marca el fin de las ilusiones: el fin de
la idea de que el orden basado en reglas impuesto por Estados Unidos sigue siendo una opción.
¿Cómo interpretar entonces la ira extrema de Occidente? Simplemente esto: en última instancia, existe la realidad. Y esa realidad, es decir, lo que Occidente puede hacer al respecto, es lo único que importa, es decir... poco.
La primera constatación cruda que subyace a la ira es que Occidente no tiene la intención, y mucho menos la capacidad, de contrarrestar militarmente los movimientos de Rusia. Biden repitió el mantra de "sin botas sobre el terreno" a raíz de las operaciones militares rusas. Y para Europa, la imposición de un régimen de sanciones a Rusia no podría haber llegado en peor momento. Europa se enfrenta a una recesión y a una crisis energética preexistente (que se verá muy agravada si Alemania ofrece Nord Stream 2 a los hambrientos dioses de la venganza). Y la inflación vertiginosa (agravada por el precio del petróleo de 100 dólares) está provocando una crisis de los tipos de interés y de los bonos soberanos. Ahora la presión recaerá sobre Europa para que presente sanciones adicionales.
Habrá sanciones, y golpearán a los europeos directamente en sus bolsillos. Algunos estados europeos están luchando en la retaguardia para limitar las sanciones que podrían empeorar la recesión europea que se avecina. Sin embargo, en efecto, Europa se sanciona a sí misma (sufrirá más sus propias sanciones), y Moscú ha prometido tomar represalias contra cualquier sanción de una manera que perjudique a Estados Unidos y Europa. Estamos en una nueva era. Esta perspectiva y la impotencia ante ella deben explicar gran parte de la frustración y la ira de los europeos.
Washington profesa tener un "arma letal" apuntada a Moscú: sancionar los chips semiconductores. “
Sería el equivalente moderno de un embargo petrolero del siglo XX, ya que los microchips son el combustible esencial de la economía electrónica ”, afirma Ambrose Evans Pritchard en el
Telegraph : “
Pero ese también es un juego peligroso. pilinguin tiene los medios para cortar los minerales y gases esenciales necesarios para apoyar la cadena de suministro de chips semiconductores de Occidente . En resumen, el control de Moscú sobre minerales estratégicos clave podría darle una influencia comparable al dominio absoluto de la OPEP sobre la energía en 1973.
Aquí es donde radica el segundo panel de la frustración de Europa: el reconocimiento tácito de que la política de Biden en Ucrania, el fracaso de la diplomacia occidental (todos los procesos y ningún tratamiento sustantivo de los problemas subyacentes), así como el manejo frívolo de Alemania del tema Nord Stream 2, han condenó a la UE a años de declive económico y sufrimiento.
La tercera parte es más compleja y se refleja en el grito de indignación de Josep Borell: Rusia y China son dos potencias “revisionistas” que intentan modificar el orden mundial actual. El 'miedo' europeo se basa no solo en el contenido del comunicado conjunto de Pekín, sino probablemente también en el hecho de que en toda su vida el presidente pilinguin nunca ha
dado un discurso como
el del lunes al pueblo ruso. Ni nunca nombró a los estadounidenses como el enemigo nacional de Rusia en términos rusos tan claros: promesas estadounidenses: sin valor; Intenciones americanas: mortal; Discursos americanos: mentiras; Acciones americanas: intimidación, extorsión y chantaje.
El discurso de pilinguin presagia una gran división. Parece que los europeos (como Borrell) apenas comienzan a comprender el punto de inflexión que representa el discurso de pilinguin. Se enmarcó en torno a Ucrania, pero ese último tema, aunque importante, es secundario a la decisión de Rusia y China de alterar para siempre el equilibrio geopolítico y la arquitectura de seguridad del mundo.
El reconocimiento de las repúblicas de Donbass es la manifestación de esta decisión geoestratégica anterior. Es la primera concreción de esta ruptura con Occidente (nunca absoluta, por supuesto), y el develamiento del compendio de medidas "técnico-militares" de Rusia destinadas a forzar una separación del globo en dos esferas distintas. El primero fue el reconocimiento de repúblicas; la segunda medida técnico-militar fue el discurso de pilinguin; y el tercero, su posterior orden de "operaciones especiales".
Ellos, el eje Rusia-China, quieren la separación. Esto debe hacerse ya sea a través del diálogo (lo que es poco probable, ya que el principio fundamental de la geopolítica actual se define por la incomprensión deliberada de la "otredad"), o mediante una escalada del dolor (definido en términos de líneas rojas) hasta un lado. o el otro cede. Por supuesto, Washington no cree que los presidentes Xi y pilinguin puedan decir lo que dicen, y creen que, de todos modos, Occidente domina la escalada en el ámbito de la imposición del dolor.
Menos diplomáticamente, Rusia y China concluyeron que ya no era posible compartir una sociedad global con un Estados Unidos empeñado en imponer un orden mundial hegemónico diseñado para “parecerse a Arizona”. pilinguin quiere decir lo que dice: Rusia tiene la espalda contra la pared, y ya no hay ningún lugar donde pueda retirarse; para ella, es existencial.
La negativa de Occidente a admitir que pilinguin es “sincero” (lo que garantiza el fracaso de la diplomacia) sugiere que esta crisis permanecerá con nosotros durante al menos los próximos dos años. Es el comienzo de una fase prolongada y de alto riesgo de un esfuerzo liderado por Rusia para alterar la arquitectura de seguridad europea en una nueva forma, que Occidente rechaza actualmente. El objetivo de Rusia será mantener la presión, e incluso la posibilidad de una guerra, para hostigar a los líderes occidentales reacios a la guerra para que hagan el cambio necesario.
Al final, después de una lucha dolorosa, Europa buscará la reconciliación. Estados Unidos será más lento: los halcones de Beltway intentarán redoblar esfuerzos. Y es el estado de la economía y el mercado occidentales lo que finalmente determinará el “cuándo”.
Fuente:
The ‘Constructive Destruction’ of Russia’s Model of Relations with the West
www.rt.com
