El ROCK y el HEAVY METAL solo es música para tarugos y simples.

Uritorco

The White Revolution is the only solution.
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Que la música rock y cualesquiera de sus múltiples derivados no tienen nada que ver con el arte y la cultura clásica europea y occidental, pues aquéllos nacen precisamente de una ruptura total con las cánones y conceptos artísticos y estéticos establecidos hasta el momento, es algo mas que evidente hasta para el observador más precoz. Y que dicha música ha sido promocionada intencionadamente desde las más altas instancias y esferas del poder es también algo evidente, conocido y harto demostrable. Así ocurrió con la celebérrima canción, pionera de este género musical, Rock Around the Clock. ¿Y cual ha sido la verdadera finalidad de la música rock? Pues según el conocido y legendario crítico musical hebreo Richard Goldstein, el único objetivo fue conseguir que «los jóvenes blancos bailaran como sus hermanos neցros» [1]. Objetivo más que cumplido.

Pero vayamos a lo que nos importa y proporcionemos una muestra meramente anecdótica para nuestros desorientados e ingenuos floreros:

Durante los recitales del grupo Black Sabbath (Sabbath neցro; es el sábado judío, equivalente al domingo cristiano), su líder, Ozzy Osbourne, lunático y ladrón convicto, acostumbraba a arrojar a los asistentes sangre y vísceras de animales recién sacrificados envuelto todo en un espectáculo circense de agresividad, mientras que en el transcurso de una reunión con los ejecutivos del sello CBS en 1981, arrancó de un mordisco la cabeza de una paloma viva con el objetivo de impresionar a su nueva compañía. Un año después repitió la macabra operación durante un evento musical con un murciélago. Finalizado el show, el cantante tuvo que ingresar urgentemente en un hospital para ser medicado contra la rabia. Su mala reputación le granjeó una infinita animadversión de las sociedades protectoras de animales que montaron en cólera e intentaron boicotear sus conciertos. En 1989 sus problemas con el alcohol y las drojas tocaron fondo cuando, después de beberse cuatro botellas de vodka en veinticuatro horas, intentó asesinar a su esposa, aunque la oportuna intervención de la policía frustró el magnicidio deteniendo al enloquecido cantante.

Otro grupo de rock duro —WASP―, solía arrojar trozos de carne cruda al público y hacer daño a una «virgen» semidesnuda en escena. En cada show, el cantante violaba a una monja encadenada a una gran cruz con un cuchillo atado a su pelvis. Después, le extraía de las entrañas un feto sangriento al que empalaba en su cuchillo. En otra ocasión decapitó un lechón con una enorme espada. Las siglas WASP, según explicó en cierta ocasión medio en broma medio en serio el líder de la formación, era el acrónimo de We Are sensual Perverts (Somos pervertidos sensuales).

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De características similares es el grupo de black/death metal corrosivo en spanglish, Brujería, que se presentó en 1993 con un trabajo cuya portada era la fotografía de una cabeza decapitada. Formada inicialmente en EE.UU. por tres mexicanos y un individuo llamado Billy Gould, casi con seguridad judío, practicaban un metal brutal con letras en español que hablaban de satanismo, sesso, inmi gración, tráfico de drojas, apoyo a la guerrilla zapatista y un exacerbado repruebo a los blancos. Precisamente su primer trabajo llevó por título «Matando Güeros» (básicamente, Matando Blancos), el cual alcanzó un enorme éxito gracias a la promoción de su discográfica, Roadrunner Records, una subsidiaria de Warner Music Group, que entre 2003 y 2011 presidió el empresario canadiense Edgar Bronfman Jr., presidente del Congreso Judío Mundial y uno de los principales importadores de vinos españoles al mercado norteamericano.

Por su parte, otro cantante de la "tribu", Chaim Witz (a) Gene Simmons (1949, Haifa, Israel), líder de la conocida y millonaria banda de heavy KISS que llegó a convertirse en todo un fenómeno de masas en la América de los setenta, dentro del horror y estilo más tremendista que caracterizan los grandes conciertos de rock, donde la escabrosa escenografía, las invocaciones al diablo, la simbología satánica, masónica y cabalística, junto con la parafernalia más tétrica que suele acompañar a los mismos, vomitaba sangre en el escenario entre gruñidos y vigorosos alaridos, mientras se producían explosiones por doquier, aparecían cortinas de humo, se representaban escenas violentas y se pisoteaban centenares de pollitos soltados por el escenario.

Dada la macabra y pirotécnica escenografía puesta en escena por estas formaciones musicales, no resulta extraño que Conrad Cronos, miembro del grupo de rock satánico Venom, banda británica formada en 1979 madrina del black metal, quedase prácticamente achicharrado durante uno de estos estruendosos espectáculos. Venom fue la banda pionera en el uso explícito del satanismo, tanto en sus letras como en su parafernalia, que marcarían el camino a seguir por las primeras bandas de black y death, como Metallica, Slayer y Megadeth, así como de las jóvenes bandas de black metal que surgieron en Noruega a mediados de los ochenta y que, adornados con sus característicos maquillajes fantasmales, serían lideradas por Mayhem, la banda que tomó su nombre de la canción de Venom «Mayhem with Mercy». Esta formación, que llevaría la violencia musical y la imagen satánica al límite, fue de las primeras en utilizar la pintura corporal de tonalidad blanco y neցro y el vestuario a base de cuero, armaduras y armas vikingas, que pronto se haría popular entre los grupos nórdicos. Sobre Mayhem, escribe al respecto un especialista:

«En 1988, Maniac dejó el grupo tras un intento de suicidio y su ingreso en un hospital mental. Su puesto fue ocupado por el sueco Per Yngve Ohlin, más conocido por “Dead”, un tipo melancólico, depresivo y (como su sobrenombre, “Muerto”, indica) fascinado por la fin y la oscuridad. Vivía en una cabaña en el bosque, sin luz ni agua corriente, y era capaz de mantenerse días enteros sin comer, hasta llegar al límite del desfallecimiento. Enterraba sus ropas semanas antes de un concierto, y las sacaba cuando estaban putrefactas y llenas de insectos. En sus actuaciones, inhalaba antes de cada canción el hedor de un cuervo muerto, que llevaba en una bolsa de plástico, para “sentir la esencia de la fin”. También solía automutilarse con botellas rotas y cuchillos de caza. En una ocasión, se hizo un corte tan profundo que tuvo que ser llevado al hospital con una hemorragia masiva. Fueron estas morbosas aficiones de Dead las que inyectaron una nueva atmósfera a Mayhem, acercándoles al satanismo, la oscuridad y el mal. Inspiradas por la música y la filosofía de Mayhem, nacieron bandas como Inmortal, Darktrone, Emperor y Burzum, que dieron forma a la floreciente escena del black nórdico» [2].

En abril de 1991, Dead se suicidó de un disparo de escopeta en la cabeza, tras haberse cortado las venas. Un miembro de la banda que encontró el cadaver, Euronymous, sostuvo con cierta frialdad que antes de llamar a la policía recogió pedazos de cráneo del fallecido para hacer collares, y preparó y comió un guiso que contenía algunos trozos de cerebro. Satanista fanático, Euronymous se convirtió en el «padrino» de la escena Black metal noruega. Lo único que le mantenía con vida era su pasión por la maldad: «No somos mas que esclavos del que tiene cuernos», afirmaba. Solía reunirse junto con un grupo de seguidores en el sótano de un local en el que celebraban fiestas salvajes a la luz de las velas, maquillados como cadáveres y ataviados con capas negras, en las cuales se automutilaban con cuchillos y botellas rotas. «Cuando se sentían inspirados, salían a profanar cementerios, destrozando lápidas y pintando pentáculos y el número 666 sobre ellos» [3].

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Aunque las acciones más violentas de estos terroristas satánicos fue la quema de hasta veintidós iglesias a lo largo de 1992, que ardieron hasta los cimientos. La iniciativa había sido idea de un miembro de la banda Burzum, llamado Kristian Vikernes, quien en marzo de 1993, tras una discusión con Euronymous en su apartamento, le asestó veintitrés tortas. Si ya son de por sí significativas tales conductas aberrantes, no lo son menos la enfermiza psicología de los componentes y seguidores de dicha música, habida cuenta de que el propio Simmons lo reconoce: «Hoy día casi todo el mundo está tan pervertido como yo. Por eso puedo salir al escenario y cantar y estar tan enfermo y tan normal como lo estoy siempre».

Sin embargo, en 1987 dos profesoras de la Universidad de Bowling Green (Ohio), la judía Jill Rosenbaum y una tal Lorraine Prinsky, tras realizar un experimento en el cual encuestaron a 266 estudiantes de secundaria en California para comprobar si la música rock actuaba como instigadora del comportamiento antisocial entre los adolescentes, pudieron felizmente «confirmar» que no existía ninguna conexión entre las canciones de rock y los índices crecientes de violencia, drojadicción, alcoholismo, suicidio y sesso prematuro entre los jóvenes.

Mientras ésto tenía lugar, un célebre rockero, Iggy Pop (Osterberg, apellido de su familia judía política), pionero del punk, se inyectaba heroína, se infligía cortes en el pecho y enseñaba los genitales delante del público al que se dedicaba a escupir en sus conciertos... Su mánager, como de costumbre, y la fotógrafa oficial de sus giras, eran dos judíos llamados Jimmy Silver y Esther Friedman.

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Álbum de Iggy Pop (1977), con la marca de la bestia, el "ojo de horus" masónico.

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[1] Revista “Esquire”, New York, octubre de 1970, p. 147.
[2] Miguel A. Prieto, La música del diablo, p. 260.
[3] Miguel A. Prieto, op. cit., pág. 261.

@nuestralucha
 
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InigoMontoya

CENSURADO POR querido líder
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no estoy deacuerdo, aunque esta claro que esto supera a cualquier rock:


 

BOOM2

Forero Paco Demier
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Que la música rock y cualesquiera de sus múltiples derivados no tienen nada que ver con el arte y la cultura clásica europea y occidental, pues aquéllos nacen precisamente de una ruptura total con las cánones y conceptos artísticos y estéticos establecidos hasta el momento, es algo mas que evidente hasta para el observador más precoz. Y que dicha música ha sido promocionada intencionadamente desde las más altas instancias y esferas del poder es también algo evidente, conocido y harto demostrable. Así ocurrió con la celebérrima canción, pionera de este género musical, Rock Around the Clock. ¿Y cual ha sido la verdadera finalidad de la música rock? Pues según el conocido y legendario crítico musical hebreo Richard Goldstein, el único objetivo fue conseguir que «los jóvenes blancos bailaran como sus hermanos neցros» (1). Objetivo más que cumplido.

Pero vayamos a lo que nos importa y proporcionemos una muestra meramente anecdótica para nuestros desorientados e ingenuos floreros:

Durante los recitales del grupo Black Sabbath (Sabbath neցro; es el sábado judío, equivalente al domingo cristiano), su líder, Ozzy Osbourne, lunático y ladrón convicto, acostumbraba a arrojar a los asistentes sangre y vísceras de animales recién sacrificados envuelto todo en un espectáculo circense de agresividad, mientras que en el transcurso de una reunión con los ejecutivos del sello CBS en 1981, arrancó de un mordisco la cabeza de una paloma viva con el objetivo de impresionar a su nueva compañía. Un año después repitió la macabra operación durante un evento musical con un murciélago. Finalizado el show, el cantante tuvo que ingresar urgentemente en un hospital para ser medicado contra la rabia. Su mala reputación le granjeó una infinita animadversión de las sociedades protectoras de animales que montaron en cólera e intentaron boicotear sus conciertos. En 1989 sus problemas con el alcohol y las drojas tocaron fondo cuando, después de beberse cuatro botellas de vodka en veinticuatro horas, intentó asesinar a su esposa, aunque la oportuna intervención de la policía frustró el magnicidio deteniendo al enloquecido cantante.

Otro grupo de rock duro —WASP―, solía arrojar trozos de carne cruda al público y hacer daño a una «virgen» semidesnuda en escena. En cada show, el cantante violaba a una monja encadenada a una gran cruz con un cuchillo atado a su pelvis. Después, le extraía de las entrañas un feto sangriento al que empalaba en su cuchillo. En otra ocasión decapitó un lechón con una enorme espada. Las siglas WASP, según explicó en cierta ocasión medio en broma medio en serio el líder de la formación, era el acrónimo de We Are sensual Perverts (Somos pervertidos sensuales).

De características similares es el grupo de black/death metal corrosivo en spanglish, Brujería, que se presentó en 1993 con un trabajo cuya portada era la fotografía de una cabeza decapitada. Formada inicialmente en EE.UU. por tres mexicanos y un individuo llamado Billy Gould, casi con seguridad judío, practicaban un metal brutal con letras en español que hablaban de satanismo, sesso, inmi gración, tráfico de drojas, apoyo a la guerrilla zapatista y un exacerbado repruebo a los blancos. Precisamente su primer trabajo llevó por título «Matando Güeros» (básicamente, Matando Blancos), el cual alcanzó un enorme éxito gracias a la promoción de su discográfica, Roadrunner Records, una subsidiaria de Warner Music Group, que entre 2003 y 2011 presidió el empresario canadiense Edgar Bronfman Jr., presidente del Congreso Judío Mundial y uno de los principales importadores de vinos españoles al mercado norteamericano.

Por su parte, otro cantante de la "tribu", Chaim Witz (a) Gene Simmons (1949, Haifa, Israel), líder de la conocida y millonaria banda de heavy KISS que llegó a convertirse en todo un fenómeno de masas en la América de los setenta, dentro del horror y estilo más tremendista que caracterizan los grandes conciertos de rock, donde la escabrosa escenografía, las invocaciones al diablo, la simbología satánica, masónica y cabalística, junto con la parafernalia más tétrica que suele acompañar a los mismos, vomitaba sangre en el escenario entre gruñidos y vigorosos alaridos, mientras se producían explosiones por doquier, aparecían cortinas de humo, se representaban escenas violentas y se pisoteaban centenares de pollitos soltados por el escenario.

Dada la macabra y pirotécnica escenografía puesta en escena por estas formaciones musicales, no resulta extraño que Conrad Cronos, miembro del grupo de rock satánico Venom, banda británica formada en 1979 madrina del black metal, quedase prácticamente achicharrado durante uno de estos estruendosos espectáculos. Venom fue la banda pionera en el uso explícito del satanismo, tanto en sus letras como en su parafernalia, que marcarían el camino a seguir por las primeras bandas de black y death, como Metallica, Slayer y Megadeth, así como de las jóvenes bandas de black metal que surgieron en Noruega a mediados de los ochenta y que, adornados con sus característicos maquillajes fantasmales, serían lideradas por Mayhem, la banda que tomó su nombre de la canción de Venom «Mayhem with Mercy». Esta formación, que llevaría la violencia musical y la imagen satánica al límite, fue de las primeras en utilizar la pintura corporal de tonalidad blanco y neցro y el vestuario a base de cuero, armaduras y armas vikingas, que pronto se haría popular entre los grupos nórdicos. Sobre Mayhem, escribe al respecto un especialista:

«En 1988, Maniac dejó el grupo tras un intento de suicidio y su ingreso en un hospital mental. Su puesto fue ocupado por el sueco Per Yngve Ohlin, más conocido por “Dead”, un tipo melancólico, depresivo y (como su sobrenombre, “Muerto”, indica) fascinado por la fin y la oscuridad. Vivía en una cabaña en el bosque, sin luz ni agua corriente, y era capaz de mantenerse días enteros sin comer, hasta llegar al límite del desfallecimiento. Enterraba sus ropas semanas antes de un concierto, y las sacaba cuando estaban putrefactas y llenas de insectos. En sus actuaciones, inhalaba antes de cada canción el hedor de un cuervo muerto, que llevaba en una bolsa de plástico, para “sentir la esencia de la fin”. También solía automutilarse con botellas rotas y cuchillos de caza. En una ocasión, se hizo un corte tan profundo que tuvo que ser llevado al hospital con una hemorragia masiva. Fueron estas morbosas aficiones de Dead las que inyectaron una nueva atmósfera a Mayhem, acercándoles al satanismo, la oscuridad y el mal. Inspiradas por la música y la filosofía de Mayhem, nacieron bandas como Inmortal, Darktrone, Emperor y Burzum, que dieron forma a la floreciente escena del black nórdico» (Miguel A. Prieto, La música del diablo, p. 260).

En abril de 1991, Dead se suicidó de un disparo de escopeta en la cabeza, tras haberse cortado las venas. Un miembro de la banda que encontró el cadaver, Euronymous, sostuvo con cierta frialdad que antes de llamar a la policía recogió pedazos de cráneo del fallecido para hacer collares, y preparó y comió un guiso que contenía algunos trozos de cerebro. Satanista fanático, Euronymous se convirtió en el «padrino» de la escena Black metal noruega. Lo único que le mantenía con vida era su pasión por la maldad: «No somos mas que esclavos del que tiene cuernos», afirmaba. Solía reunirse junto con un grupo de seguidores en el sótano de un local en el que celebraban fiestas salvajes a la luz de las velas, maquillados como cadáveres y ataviados con capas negras, en las cuales se automutilaban con cuchillos y botellas rotas. «Cuando se sentían inspirados, salían a profanar cementerios, destrozando lápidas y pintando pentáculos y el número 666 sobre ellos» (Prieto, p. 261).

Aunque las acciones más violentas de estos terroristas satánicos fue la quema de hasta veintidós iglesias a lo largo de 1992, que ardieron hasta los cimientos. La iniciativa había sido idea de un miembro de la banda Burzum, llamado Kristian Vikernes, quien en marzo de 1993, tras una discusión con Euronymous en su apartamento, le asestó veintitrés tortas. Si ya son de por sí significativas tales conductas aberrantes, no lo son menos la enfermiza psicología de los componentes y seguidores de dicha música, habida cuenta de que el propio Simmons lo reconoce: «Hoy día casi todo el mundo está tan pervertido como yo. Por eso puedo salir al escenario y cantar y estar tan enfermo y tan normal como lo estoy siempre».

Sin embargo, en 1987 dos profesoras de la Universidad de Bowling Green (Ohio), la judía Jill Rosenbaum y una tal Lorraine Prinsky, tras realizar un experimento en el cual encuestaron a 266 estudiantes de secundaria en California para comprobar si la música rock actuaba como instigadora del comportamiento antisocial entre los adolescentes, pudieron felizmente «confirmar» que no existía ninguna conexión entre las canciones de rock y los índices crecientes de violencia, drojadicción, alcoholismo, suicidio y sesso prematuro entre los jóvenes. Mientras ésto tenía lugar, otro judío, el rockero Iggy Pop (Osterberg) se inyectaba heroína, se hacía cortes en el pecho y enseñaba los genitales delante del público al que se dedicaba a escupir en sus conciertos...

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(1) Revista “Esquire”, New York, octubre de 1970, p. 147.
A ver, Uritonto, que por lo visto no has oido ni una cosa de heavy metal en tu fruta vida, y solo pones bandas de rock comerciales o black metal intencionalmente, e ignoras todas las otras bandas existentes. Pero adelante, puedes seguir figurando de pseudo intelectual virgen y aburguesado del siglo 20 que solo oye música clásica, eso si, en mi ignore.