Mirad que artículo tan interesante acabo de leer:
“Complejo jesucristo” versus “complejo judas”
Estos textos de
El Mirador suelen nacer a partir de lecturas y/o conversaciones varias. Generalmente del campo científico, pero también de la vida que pasa por nuestras manos, incluyendo nuestras propias vidas.
En estos días hemos disfrutado más de la familia de lo habitual, por la presencia de los nietos argentinos, a los que las normas de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo cobi19 habían retenido lejos en exceso. En un paseo por el campo, con hijos y nietos, debatimos sobre el
“complejo jesucristo”, ese creer que se puede transformar el mundo, aunque cueste la propia vida (y la de otros).
Es un complejo relativamente frecuente en la juventud, que suele virar y pasar a
“complejo judas” conforme pasan los años. Así, con la madurez y la vejez se suele valorar cada vez más la propia vida y se está dispuesto a sacrificar la de los demás con tal de vivir mejor. Este “complejo judas” es relativamente frecuente en la madurez y en la vejez, pero se ve incluso en la juventud. Es un complejo que ha crecido sin freno con la esa época en el 2020 de la que yo le hablo cobi19 haciendo más ricos a los más ricos, y más pobres a todos los demás.
¿Cómo habéis aguantado tantos años, sin perder fuerzas y manteniendo la alegría?
Hace tiempo nos escribió una estudiante de Medicina que se dio cuenta de lo castrante que era la carrera:
“Veo una medicina supremacista, que en mi opinión hace más daño que bien, una falta de sentido común, conocimiento, humanidad y ética importantes, tecnocracia, intervenciones innecesarias, daños irreparables, superioridad jovenlandesal, competitividad con compañeros, médicos clasistas, racistas y machistas, y pacientes que dan las gracias al doctor por ayudarle con esa disfunción eréctil resultado de aquella intervención tan poco necesaria, mientras la médica comenta luego para qué necesitará a esa edad hacer uso de su sexualidad”.
Nos preguntó: “¿Cómo habéis aguantado estos años? ¿Cómo hacéis para no perder fuerzas, ni desanimaros, para mantener la alegría y el optimismo?”.
Lo fundamental es no caer en ninguno de los dos complejos considerados, ni de jesucristo ni de judas. “Lo clave es saber que la constancia es la virtud revolucionaria, de manera que tienes que tener el ánimo de que vas a morir como crees que se debe vivir, comprometiéndote siempre con el sufrimiento ajeno, con alegría y tranquilidad, sin “quemarte” nunca”
En esta ocasión, la vida diaria y familiar lleva a los autores a una reflexión sobre su quehacer social, implicados en tratar de cambiar en el mundo conscientes de que no lo van a conseguir, pero no se resignan en el fracaso.
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Pues lo siento, pero yo acabé perdiendo el ánimo y las fuerzas. Esa fue una de las razones por las que me jubilé.