Buenos días.
Antes de iniciarse la campaña de vacunación, el “oficialismo”, a través de los medios de comunicación, hizo una campaña extraordinaria en favor de todas las banderillas. Particularmente, utilizó unos de sus famosos “mantras” genéricos, sencillos, directos y vacíos de contenido puesto que se trataba de una mera frase sin explicación o prueba alguna que la sustentase. La frase, insistentemente reiterada, fue la siguiente: “Todas las banderillas son totalmente eficaces y seguras”. En esta frase incluían por igual a todas las banderillas, todas eras igualmente eficaces y seguras y, en Occidente, se trasladó la idea de que dicha aseveración incluía tanto a Pfizer como a Moderna, AZ y Janssen, prácticamente sin distinción alguna salvo que las dos primeras estaban basadas en el ARNm y las otras dos eran de adenovirus.
La principal prueba de que trataron a todas las banderillas como igualmente eficaces y seguras es que te podía tocar cualquiera, según el criterio usado en cada momento. Incluso el criterio podía modificarse con frecuencia y tocarte otra diferente. Es más, podías ponerte distintas marcas en el mismo momento. Se llegó al extremo de poderse mezclar diferentes marcas.
Con el transcurso del tiempo, el “oficialismo” juega con la ventaja de que todo se tiende a guardar en el armario del olvido. Tratemos de hacer memoria y comprobar como ha evolucionado el mantra de que “todas las banderillas son total e igualmente eficaces y seguras”. Dicha evolución es la siguiente:
1º.- Una vez iniciada la campaña de vacunación, surgieron los famosos episodios trombóticos de AZ. El “oficialismo” trató de minimizar el impacto con nuevos mantras como que “se producía un trombo por cada millón de casos” o que “una banderilla era más segura que una aspirina o un anticonceptivo y bastaba con mirar el prospecto”.
Los pretextos no calaron en la opinión pública y la banderilla de AZ empezó a ser señalada como “la mala”( la maldita) y su prestigio cayó en picado, al extremo que Oxford se desvinculó de la que, supuestamente, era también su propia banderilla. En la práctica, en Occidente AZ fue paulatinamente dejándose de inocular hasta quedar totalmente marginada.
2º.- Janssen tenía una peculiaridad respecto al resto y es que era monodosis. Por un lado más cómodo pero, por otra parte, las personas tendemos a desconfiar de lo diferente. Además, se la consideraba "prima-hermana de AZ", en base a la técnica empleada en su diseño, y esto no le beneficiaba en demasía. Si a esto unimos que surgieron noticias de efectos adversos del estilo de AZ y que no tenía tanta campaña de marketing como alguna otra, pronto también comenzó su paso a la reserva. Se apuraron algunos stocks ya convenientemente pagados (y a punto de caducar) para inocularse voluntaria y masivamente a todos aquellos que apareciesen un determinado día señalado en centros, recintos, polideportivos, etc y tras esto la banderilla Janssen, en Occidente, corrió el mismo camino que su prima AZ y fue defenestrada.
3º.- Y llegamos a Moderna ( que al menos tenía un nombre acorde con cierta realidad). Pero, en la actualidad, Moderna está en la cuerda floja, a punto de pasar de moderna a vieja y de precipitarse por el vacío del olvido.
LLamó la atención que, en su día y antes de vacunar, Moderna se adjudicó una eficacia del 94,1% . Sorprendió porque esta banderilla utiliza tres veces más de moléculas de ARNm que Pfizer y, sin embargo, Pfizer se autoadjudicó una eficacia superior, del 95%. Si estas dos banderillas fuesen totalmente seguras, lo lógico sería deducir que la que más ARNm introduce en el organismo para fabricar anticuerpos sería, en teoría, la que mayor respuesta inmune produciría y resultaría, por tanto, la más eficaz.
En la práctica, todos hemos contemplado como Pfizer ha sido “la niña bonita” del “oficialismo” y no es descartable que, por razones estratégicas, comerciales u otras más inconfesables, el “oficialismo” concediese el mayor grado de eficacia a Pfizer.
La realidad es que estas banderillas de ARNm no están resultando tan seguras como rotundamente afirmó el “oficialismo”. Entonces, si introduces el triple de miles de millones de moléculas en la dosis de Moderna con respecto a Pfizer, es lógico concluir que los riesgos y efectos adversos de Moderna se disparan exponencialmente. Y ya son varios los países que la han prohibido para menores de 30 años (Suecia, Finlandia y Dinamarca, por ejemplo) e incluso países que la prohíben en todo su territorio nacional como Islandia (buen precedente Islandia, país que más eficaz y contundentemente actuó en la estafa financiera de 2008, llegando a encarcelar a numerosos banqueros). En Noruega recomiendan Pfizer antes que Moderna.
No pinta bien para Moderna, máxime si el rechazo es encabezado por los países nórdicos que suelen ser los primeros que no ceden ante la presión del lobby farmacéutico. Tiene pinta que Moderna seguirá los pasos de AZ Y Janssen y desaparecerá lentamente del mapa.
4º.- ¿Y cuál nos queda? Pues “la buena”, Pifzer o la menos mala, según se mire. En mi opinión, relación efectividad / riesgo no es la menos mala sino la que más capacidad de influencia, marketing ( y otras "cositas" relacionadas con el dinero) ha logrado introducir en Gobiernos, medios de comunicación y Agencias del medicamento. Hasta me parece ( relación efectividad/ riesgo) menos mala AZ que Pfizer. Que alguien repase el historial del Laboratorio Pfizer en sanciones, irregularidades y efectos adversos graves en algunos de sus productos, sanciones impuestas por órganos que no son precisamente enemigos del Laboratorio.
Una pregunta: ¿Existe la posibilidad de que en un futuro, más o menos cercano, se constaté que no debió procederse a la inoculación con Pfizer, como ha ocurrido con el resto? Entonces si que serían iguales las cuatro, pero igual de malas.
5º.- EN RESUMEN, volviendo al “mantra inicial” del post, insistentemente reiterado antes del comienzo de la campaña de vacunación, que decía que “Todas las banderillas eran altamente eficaces y totalmente seguras” y, puesto que ninguna de las Agencias de verificación de datos lo ha hecho, se procede a contrastar dicho "mantra del oficialismo” y se concluye que se trata de:
una AFIRMACIÓN RADICALMENTE FALSA.
No era difícil saberlo en su momento. Es como si se van a inaugurar cuatro restaurantes nuevos ( de diferentes especialidades de comida) y antes de que abran, antes de ver el local, antes de ver el personal y la atención, antes de ver la carta, antes de probar la comida y antes de saber los precios, se afirma con rotundidad que los cuatro restaurantes son igual de buenos . ¿Verdad que resultaría absurdo? Pues eso mismo hicieron con las banderillas y a ningún Gobierno le pareció extraño.
“Diez jovenlandeses se fueron a cenar. Uno se ahogó y quedaron: Nueve. Nueve jovenlandeses trasnocharon mucho. Uno no se despertó y quedaron: Ocho. Ocho jovenlandeses viajaron por Devon. Uno se escapó y quedaron: Siete. Siete jovenlandeses cortaron leña con un hacha. Uno se cortó en dos y quedaron: Seis. Seis jovenlandeses jugaron con una colmena. A uno de ellos le picó una abeja y quedaron: Cinco. Cinco jovenlandeses estudiaron derecho. Uno de ellos se doctoró y quedaron: Cuatro. Cuatro jovenlandeses se hicieron a la mar. Un arenque rojo se tragó a uno y quedaron: Tres. Tres jovenlandeses se pasearon por el zoo. Un oso los atacó y quedaron: Dos. Dos jovenlandeses estaban sentados en el sol. Uno de ellos se quemó y quedó: Uno. Un negrito se encontraba solo. Y se ahorcó, y no quedó ¡ninguno!”
(Del libro “Diez jovenlandeses”, de Agatha Christie)
Que tengáis buen día.