Algo que nos puede traer un poco de tranquilidad es saber que el país donde la gente había perdido las esperanzas, el que teníamos en el 2002, hervía en euforia y optimismo unos años más tarde.
De repente en el 2007 creíamos que el futuro sería mejor, tal como el presente estaba siendo de crecimiento sostenido.
Duró poco, y la decadencia posterior parece más intensa que la de Menem a juzgar por los datos que vamos viendo. Si llega a ocurrir otro período positivo, como el que vivimos entre 2003 y 2008, les recomiendo a todos los que puedan venirse a aprovecharlo, ya que es una gran experiencia vivir en un ambiente con crecimiento.
Si llega a ocurrir...
En 2001/2002 un amigo mío tenía USD en bancolchón, y con el corralito se agenció 2 casas en Santa Fe pagando cash. Puedo asumir razonablemente que su periodo 2003-2008 fue bastante positivo (yo lo conocí en 2006), pero dudo que también lo fuese para los que tuvieron que venderle las casas por cacahuetes. O quizá si, quizá supieron invertir el dinero y multiplicaron el capital, ¿quien sabe?.
Allá por el 2010, visitando las oficinas de una empresa proveedora en Bs As, me sorprendí al oir a media mañana que la programación de la radio se interrumpía para dar un discurso de Cristina. Pensé que había ocurrido algo muy grave (como una emergencia nacional o algo parecido) y, sonriendo, los presentes me explicaron que no, que eso que oía era un “boletín informativo” (o algo así). Yo no entendía nada. Ahora, con perspectiva, lo veo como una señal sutil de todo el escombro financiero que se estaba generando en aquel momento y que intentaban cubrir con populismo a full, y es ahora cuando entiendo el interés de mis socios en comprar una empresa argentina. Ya veían, siendo más listos que yo, que en el medio plazo se pagarían los servicios con pipas de girasol.
Es una verdadera pena que un país tan extraordinario, con tanta riqueza y diversidad, se esté yendo por el desagüe. Por tener clientes argentinos, a mi y a mis socios nos impactó extraordinariamente la devaluación a partir del 2017, que aunque los clientes tengan cierto tamaño, ya no pueden afrontar ciertos gastos/inversiones facturados en U$S. Así que, tras liquidar, estoy mirando desde la barrera todo el proceso de degradación, tratando de adivinarle el fondo para volver a entrar a proveer servicios ->desde<- Argentina al exterior. A los trabajadores se les va a pagar en bolsas de polenta por los años venideros, pero esto es lo que ha elegido el pueblo argentino a través de sus sucesivos gobiernos, y Darwin lo ejecuta. Ay de aquellos con las hipotecas UBA (UVA?)... les queda por remar...
El problema para planficar es que el fondo aún no se adivine en los próximos 1-2 años, ¿2024?
Sumando todo el tiempo que he vivido en Argentina por negocios en diferentes épocas, supero holgadamente el par de años. Amo ese país, a las rosarinas finas de fernet en el boliche Madame, el asado de tira, Quinquela-Martín, La Cabrera, Villavicencio, el Kelly’s, la triple frontera, el vino de Neuquén, pizzería Italia, el Puente del Inca y la suite del Holiday Inn de Rosario donde se hospedaron el rey Juan Carlos y la reina Sofía cuando visitaron la ciudad. Y por todo eso y más le deseo lo mejor al país y sus habitantes.
Sin embargo, parece que ha llegado la hora de ajustarse el cinturón respecto a la grandilocuencia pasada. Y yo espero estar ahí para ayudar a la reconstrucción una vez el tsunami haya pasado (y también hacer un buen negocio con ello, por supuesto), pero ahora en mis términos. Espero que los argentinos acepten inversión extranjera, llegado el momento. Aunque visto lo visto, igual me llaman “empresario buitre” y tenemos que negociar los pagos en un tribunal de Nueva York. Espero que no, para ese momento cualquier centavo que entre en el país será maná, aunque acto seguido lo pesifiquen y lo conviertan en maní. Una pena, pero espero poder recibir muchas más lecciones de economía de parte del taxista de turno que me esté llevando al microcentro.
Pd.- Estoy convencido de que la Argentina hoy es la España de dentro de 15 años.