Y creo que no estamos considerando el escenario más acojonante de todos : que algún miembro de la mesa esté contagiado y se pase toda la jornada electoral repartiendo amorl.
Tengo noticias de un hombre de 64 años, que hace unos meses terminó una quimio por un cáncer de vejiga, parece que está perfectamente (operación, y quimio durate unos meses en plazos, etc), de hecho tiene el alta, trabaja en su propia oficina y con medidas de seguridad propias a su edad y estado.
Le ha llegado la carta para ir a una mesa, ha pensado en pedirle a su médico algún documento para que no tenga que presentarse, de momento no consigue cita,
ni que le cojan el teléfono, ni el de cabecera, ni el hospital.
Indirectamente ya ha sabido que lo que le dirán los médicos es que
está de alta, y tendrá que ir. Pero no pierde la esperanza de conseguir algún documento que le libre.
No va a ir (es el suegro de una compañera de empresa), y me parece lo correcto, tiene el perfil de persona vulnerable, que además
va a estar expuesto 16 horas o más, a positivos y enfermos.
Cuando me lo han contado, les recordé las escenas con las que nos machacaban hace unos meses, con aquella
surfista de San Sebastian, que tenía un "positivo" y la sacaron del mar cómo si fuera una expedición a la selva en busca del ébola, y lo que pretenden hacer ahora exponiendo a muchos ciudadanos para unas pilinguis votaciones (unas más, de tantas):
