Viendo la polémica que hay en la Comunidad de Madrid entre la voxtonta de Rocío Monasterio pidiendo que a partir del 8 de febrero se de más libertad de horario a la hostelería y Ayuso prometiendo lo mismo cuando las cifras lo permitan, me temo que si finalmente cede Ayuso aflojando las medidas el 8 de febrero, Madrid se va a comer una cuarta ola descomunal con las nuevas cepas creciendo de manera explosiva.
En ese escenario aperturista se provocaría un fuerte repunte que dejaría a Madrid con muy malos números en los dos próximos meses mientras que las regiones con medidas más sensatas saldrían antes del bache.
Personalmente creo que Ayuso no podrá abrir la mano por la fuerte presión hospitalaria actual, la cual se va a prolongar por un tiempo más.
Probablemente hasta principios o mediados de marzo no habrá números satisfactorios en Madrid como para dejar abiertos los bares hasta las 23:00 h.
Si aún así desoyen todas las recomendaciones sanitarias y Ayuso aprueba retrasar el toque de queda una o dos horas, se estará pegando un tiro en el pie y lo pagará caro por provocar que con su desidia trumpista se llene Ifema de ataúdes hasta el techo.