Seguimos para bingo y no, nadie hara nada, porque es muy comodo quejarse y llorar y no estar dispuesto a mover ni un puñetero dedo.
¡Esto es inadmisible, estoy harto, a ver si la gente se echa a las calles a liarla! y de mientras, se abre el paquete de papas y le pega un trago a la kokakola desde su sofa, sin intencion de hacer NADA.
Muchas quejas pero nadie dispuesto a moverse, que lo haga otro, yo no, claro.