Bienvenido al año 2030. Bienvenido a mi ciudad — o debería decir, “nuestra ciudad”. No tengo nada. No tengo coche. No soy dueño de una casa. No poseo electrodomésticos ni ropa.
Puede parecer extraño para usted, pero tiene mucho sentido para nosotros en esta ciudad. Todo lo que consideras un producto, se ha convertido en un servicio. Tenemos acceso al transporte, alojamiento, comida y todo lo que necesitamos en nuestra vida cotidiana. Una por una todas estas cosas se hicieron libres, por lo que terminó por no tener sentido para nosotros poseer mucho (...)
En nuestra ciudad no pagamos ningún alquiler, porque alguien está usando nuestro espacio libre cuando no lo necesitamos. Mi sala de estar se utiliza para reuniones de negocios cuando no estoy allí.
De vez en cuando, elijo cocinar para mí mismo. Es fácil — el equipo de cocina necesario se entrega a mi puerta en cuestión de minutos. Desde que el transporte se hizo libre, dejamos de tener todas esas cosas en nuestra casa. ¿Por qué mantener un hacedor de pasta y una panquequera abarrotada en nuestros armarios? Podemos ordenarlos en línea cuando los necesitamos(...)
¿Compras? Realmente no puedo recordar lo que es. Para la mayoría de nosotros, se ha convertido en la elección de las cosas a utilizar. A veces me parece divertido, ya veces sólo quiero que el algoritmo lo haga por mí. Conoce mejor mi gusto que yo ahora.
Cuando la inteligencia artificial y los robots se hicieron cargo de todo, de nuestro trabajo, de repente tuvimos tiempo para comer bien, dormir bien y pasar tiempo con otras personas. El concepto de “hora pico” ya no tiene sentido, ya que el trabajo que hacemos se puede hacer en cualquier momento. Realmente no sé si lo llamaría más, trabajo. Es más como pensar-tiempo, tiempo de creación y tiempo de desarrollo(...)
Mi mayor preocupación es toda la gente que no vive en nuestra ciudad. Los que perdimos en el camino. Aquellos que decidieron que se hizo demasiado, toda esta tecnología. Aquellos que se sentían obsoletos e inútiles cuando los robots y las inteligencias artificales se hacían cargo de grandes partes de nuestros trabajos. Los que se disgustaron con el sistema político y se volvieron contra él. Viven diferentes tipos de vidas fuera de la ciudad. Algunos han formado pequeñas comunidades que se autoabastecen. Otros sólo se quedaron en las casas vacías y abandonadas en pequeñas aldeas del siglo XIX.
De vez en cuando me molesto por el hecho de que no tengo verdadera privacidad. No donde pueda ir y no estar registrado. Sé que, en algún lugar, todo lo que hago, pienso y sueño; se registra. Sólo espero que nadie lo use contra mí.
Written by
Ida Auken Member of Parliament, Parliament of Denmark (Folketinget) via
World Economic Forum