Gerión
Madmaxista
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No puedo evitar preguntarlo, cual cree usted que es la hoja de ruta mas probable del derribo controlado useño? La union aduanera suena mas a la Comunidad de Estados Independientes post-sovietica que, por cierto, salvo los muebles a los rusos en Asia Central. Sobre los USA habia leido sobre una posible crisis de nulificacion en estados republicanos: se niegan a acatar leyes federales y los democratas, como en 1860, no pueden o no saben como aplicar la fuerza para meterles en vereda. Me cuesta creer que por ejemplo Texas tenga algun aliciente para salirse por banda y hacerse un Puigdemont.
Y sobre el ultimo parrafo, quien podria ser el sucesor de China a largo plazo? India suena hoy por hoy a ciencia ficcion. Brasil? Un historiador cuyo nombre no recuerdo llego a proponer hace años una superpotencia chicana entre USA y Mexico, lo que sorprende viendo la agitacion centrifuga actual a ambos lados de la frontera.
La geografía del poder republicano refleja una gran debilidad. Tienen el campo, pero la guerra se gana conquistando las ciudades. Casi todas las ciudades de EEUU son demócratas. La conquista de EEUU por parte de la izquierda fenicia recuerda a la de las provincias de la Romania por el Islam o a las provincias hispanas por el liberalismo. La reacción no tuvo nada que hacer y fue efectivamente aplastada en pocas décadas.
En estos casos la demolición a largo plazo de la unidad del espacio político la realizan los nuevos poderes. El Califato se rompe en Estados fiel a la religión del amores y el espacio hispano, en Estados liberales. Hoy el imperialismo progresista actúa en ferviente comunión, como toda religión, pero hay una ventana para su división. En su programa no hay ningún argumento de peso para mantener la unidad norteamericana, así que si en cualquier momento les conviene fragmentarla, lo harán.
Para que la América republicana sobreviviera, incluso para tener el poder de secesionarse, tendría que destruir las ciudades, o dejar que se autodestruyan y recoger después a los exiliados urbanos como en el fin de Roma. Las ciudades de la Anglosfera son hoy una plantación esclavista alimentada por los que aún creen en el Progreso, pero este flujo de "nuevos neցros" no tiene por qué mantenerse indefinidamente. Este proceso exige un tiempo. Aunque la Norteamérica anglosajona es un espacio muy joven y novedoso en el mundo, una especie de África americana, mirar en su historia nos puede dar alguna pista.
Lo que ocurra después de China es la nueva gran pregunta. Por demografía, India y África van a ser los grandes beneficiados de este siglo XXI. No parece casualidad que los neoliberales apuesten al supremacismo neցro tanto como al nacionalismo chino, igual que apostaron al supremacismo blanco cuando tocaba, a principios del XX. Suponen que la tendencia de nivelación global de rentas se va a mantener -cosa que tampoco tiene por qué ser eterna-. Esto arroja un escenario de nuevas potencias regionales del antiguo Tercer Mundo construyendo sus propios espacios y sin que haya nada parecido a una Europa o un EEUU, y a partir de cierto tiempo ni siquiera China, manejando los hilos detrás.
Si la guerra es la demografía, habrá hombres que apuesten a superar demográficamente a las nuevas potencias, aunque tengan que adueñarse de medio océano o explotar recursos extraterrestres para alimentar a su gente. Y reducirlo a demografía tampoco es el camino. ¿Por qué no nuevas religiones, nuevas Patrias? La religión progresista puede tener herejías o provocar reacciones tanto o más virulentas que ella. La chispa salta en cualquier lugar. Nadie podía predecir que la Castilla de 1360 iba a comerse el mundo ciento cincuenta años después.