Con veinte estados saliendo de la comodidad de mirar hacia otro lado, empieza a quedar claro que algo ha pasado en estas elecciones.
Supongo que ahora el reto que se plantea al supremo es dar con la manera de emular a Salomon, y hacer algo parecido a dar justicia sin desmembrar al niño.
Repetir las elecciones porque el sistema empleado hasta ahora era defectuoso y se han dado anomalías, sin entrar en el fondo de si los demócratas han conspirado para robar las elecciones, salvaría la cara de todos, incluidos los defraudadores, y por tanto sería injusto, además de dar la oportunidad de que los defraudadores ganasen las segundas elecciones, en buena lid (no tan buena, porque habrían perdido la primera, y sus maniobras les habrían permitido tener una segunda ronda).
Entrar al fondo del asunto, investigar el fraude y buscar a los culpables, sería, ciertamente, abrir la caja de Pandora, pero para condenar a los que habían utilizado dicha caja en beneficio propio. Destrozaría al partido demócrata y probablemente acabaría con una guandoca llena de vips. Sería justo, catártico, pero me temo que muy poco práctico.
Puede que lo más práctico fuese que el partido demócrata se auto castigase, eliminando de los puestos de poder a cualquiera que haya tenido contacto con este escándalo, concediese la victoria a Trump por irregularidades cometidas por fontaneros (nunca mejor empleada la palabra) fuera de control, y tratase de reconstruirse.
Obviamente yo preferiría ver Guantánamo convertida en un plató de Supervivientes VIP American Policymakers Edition, con los Clinton, los Obama, Biden, Kamala y Bush hijo como invitado especial, pero la opción de la autopurga y el reconocimiento de la victoria del otro (siguiendo el ejemplo de Nixon, pero a la inversa) puede que fuese mejor para Estados Unidos.
Evidentemente, me estoy adelantando cinco o seis etapas, y todo lo dicho sería en caso de que, por fin, se empezase a analizar en serio lo que ha pasado, y los hechos que se han ido comentando en el hilo fuesen preponderantemente ciertos.