La agonía de
Francisco y Paqui se ha prolongado durante 43 insoportables días hasta que
el corazón de su bebé,
Hugo, dejó de latir este viernes en el Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia. Alfredo Najas de la Cruz, el abogado de los padres del pequeño, ha confirmado a EL ESPAÑOL el trágico deceso: “Mis clientes me han comunicado que su hijo falleció la noche de ayer”. De esta forma acababa el infierno que sufre esta joven pareja desde que la madrugada del 26 de junio su primogénito
comenzó a padecer fiebre tras serle inoculadas tres banderillas en el Centro de Salud de Puerto Lumbreras y a la mañana siguiente tuvieron que telefonear hasta 24 veces para que les pasaran con el Servicio de Pediatría del citado centro mientras la salud de su pequeño iba empeorando por momentos.
La pediatra
no les dio cita de urgencia para ver a Hugo ese mismo viernes 26 de junio en el Centro de Salud de Puerto Lumbreras,
ni derivó al bebé al hospital, tan solo atendió a la progenitora por teléfono durante un minuto para recetarle Apiretal cada ocho horas y baños de agua templada. Francisco (23 años) y Paqui (22 años) como buenos padres primerizos, con la mayor diligencia del mundo siguieron a rajatabla la prescripción médica. El fármaco y los baños no eran efectivos con la fiebre y la progenitora del pequeño volvió a llamar al centro médico: no les volvieron a descolgar el teléfono.
Hugo se durmió y sus padres optaron por esperar a que su bebé se despertara para contactar con el Servicio de Urgencias que presta en horario de tarde el Centro de Salud de Almendricos: la pedanía de Lorca en la que reside la pareja. Cuando llegaron al Centro de Salud de Almendricos
el pequeño tenía más de 39 grados de fiebre y lo derivaron de inmediato al Hospital Rafael Méndez de Lorca. El bebé llegó convulsionando y envuelto en un mar de lágrimas: los médicos lo subieron a la planta de Pediatría para hacerle una punción para comprobar si tenía meningitis y le pusieron oxígeno. El drama y la preocupación de Paqui y Francisco por su querido hijo iba
in crescendo.
A las nueve de la noche de ese viernes 26 de junio el personal médico del Rafael Méndez decidió trasladar de urgencia a Hugo a la Unidad de
Cuidados Intensivos del Hospital Maternal de La Arrixaca de Murcia. Después de recorrer tres centros sanitarios distintos comenzó el rosario de pruebas para el primogénito de Francisco y Paqui porque presentaba unos síntomas que eran compatibles con el cólera. Los resultados del Centro Nacional de Microbiología de Majadahonda confirmaron que el recién nacido estaba aquejado de la variante 01 de la bacteria vibrio cholerae, pero no de la 139 que genera la temida toxina que desencadena el cólera. El diagnóstico definitivo fue meningitis bacteriana.
Parada respiratoria
Desde entonces Francisco y Paqui han vivido literalmente en el centro hospitalario. Una habitación del Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia se ha convertido en la particular prisión de estos padres donde han sido testigos directos de cómo su hijo no reaccionaba a sus palabras de aliento porque
tenía muy dañado el cerebro. La carita sonriente de Hugo se marchitaba: ya no hacía pucheros ni seguía con la mirada los mimos de sus progenitores. Durante estas terribles semanas han ido asumiendo que jamás volverían a sacar a pasear a su bebé por el parque ni lo verían crecer porque su bebé iba a morir.
Este viernes, a las 22.30 horas, Hugo fallecía a causa de una parada respiratoria con
solo tres meses de vida. “No tenemos ganas de hablar”, zanjaban Francisco y Paqui. Este sábado, a partir de las 19 horas, enterrarán a su hijo en Huercal Overa: la localidad almeriense de la que es oriundo el cabeza de familia. El cuerpo del pequeño está siendo velado en el tanatorio, donde el trasiego de gente es continuo para mostrar su cariño a los progenitores.