Esos que defienden la ley natural sueñan con una teocracia católica, igual que los clérigos iraníes soñaban con una teocracia chii o igual que pilinguin soñaba con que Rusia volviera a ser una gran potencia. La diferencia es que unos tuvieron la suficiente fuerza, habilidad y suerte para hacer realidad sus sueños y los otros no.No hay poderes eternos, como tampoco hay regímenes o leyes que lo sean. Un poder establecido por Dios es inadmisible cuando la mayor parte de la población no cumple con las leyes de ese Dios y no cree en él. Esos que defienden la ley natural, ¿pretenden obligarnos a ir a misa? Porque ya nos dirán cómo nos van a convencer de esa ley divina que divide la sociedad en mandarines y mandados por derecho divino, o natural, en cualquier caso incuestionable.